¿Puedo decirte ahora cuánto te quiero?

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Redactado por: Alejandro Antequera
Fotografía: Betzabeth De Sousa

Hace dos años luego de salir estresado de una práctica de laboratorio en la universidad, conocí a una señora cerca de la parada de autobús. Deduzco que su edad rondaba entre los 70 a 75 años, pude notarlo por su cabello, su físico y por esa increíble historia de su hijo que decidió compartir conmigo en ese momento.

Nunca le pregunté su nombre, pero me causó mucha intriga como pude llegar a ensamblar una conversación tan inolvidable con una persona que a penas conocía.

No recuerdo cual fue la razón, ni como pudimos empezar a conversar en ese momento. Solo me acuerdo de cómo llegó a establecerse una confianza tan sorprendente en cuestión de minutos.

Sentada mirando su cuaderno, me pregunta...

¿Puedo decirte ahora cuánto te quiero?

La miré a la cara, pero me sentía muy confundido, era alguien que a penas conocía. La verdad, una persona muy extraña.

Una parte de mí pensó que a lo mejor esa señora se sentía sola, y la otra parte de mí estaba totalmente intrigada. Así que opté por sonreír, y le respondí:

- ¿Por qué me pregunta eso? Solo llevo hablando con usted 20 o 30 minutos.

Ella sonriendo muy feliz, me dijo:

- Exacto ¿Te has dado cuenta? No importa cuánto tiempo pasó, esos minutos se han convertido en un momento de felicidad para mí.

Recuerdo que en ese momento llegó el autobús que ella estaba esperando, la ayude a ponerse de pie y sonriendo tocó mi hombro en señal de agradecimiento. Luego se fue...

Han pasado 747 días desde ese momento, no volví a saber más nada de ella. Hasta hace a penas dos días que una señora llegó al hospital preguntando por mí para entregarme una carta. La carta decía:

"Hoy conocí a un muchacho en la parada de autobús, se parecía mucho a tí hijo. Le conté la historia de lo buen muchacho que eras y de lo bien que te portabas cuando venías a visitarme. Estudia la misma carrera que tú cuando tenías su edad, vi su nombre en su uniforme y es semejante al tuyo. En un momento pensé que eras tú".

Mi cara estaba totalmente perpleja, y no supe como reaccionar.

La señora que me mostró la carta me dijo:

- Soy su hija. Mi hermano mayor murió hace 3 años, mi mamá le escribía cartas, y las guardaba debajo de su colchón. Nos dimos cuenta 2 meses después de su partida, encontramos 50 cartas, y una de ellas tenía como título su nombre doctor.

Anónimo - 01

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⏰ Última actualización: Feb 20, 2021 ⏰

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