2 | 𝐸𝓃 𝑒𝓁 𝒶𝒷𝒾𝓈𝓂𝑜 𝒹𝑒𝓁 𝑜𝒸é𝒶𝓃𝑜.

𝟢𝟩🌊𝑅𝑒𝓋𝑒𝓁𝒶𝒸𝒾𝑜𝓃𝑒𝓈.

"And I don't know where I'll go

And I don't know what I'll see

But I'll try not to bring it back home with me

Like the morning sun your eyes will follow me

As you watch me wander, curse the powers that be"

"Far far away

No choices passing

No time confounds me

And you're still there

In the full moon's light I listen to the stream

And in between the silence hear you calling me

But I don't know where I am

And I don't trust who I've been

And If I come home how will I ever leave"

Full moon de The black ghosts.

Los nervios invadían mi cuerpo con cada paso que daba. Me encontraba en la locura al no saber qué camino tomar y al cuestionarme si era buena idea ir tras ese par de hombres sin pensar o avisar a alguien que iba con ellos. Es más, en ningún momento me pidieron o exigieron algo como una condición para verlos, entonces, podría avisar a mis amigos o a mi novio de mi ubicación, inclusive, podía pedirle a alguien que me acompañara, porque después de tantas películas y tantas historias leídas, sabía que ese tipo de llamadas cambiaban vidas y no sabía que era lo mejor para esto. 

Por eso, caminaba dando pasos hacia un frente y después retrocedía de estos nerviosa, sin saber si era adecuado acercarme a Eloy y a Bruno, que se encontraban en aquella cabaña que hace tan sólo unos días había despertado perdida con Marina dándome bebidas extrañas.

¿Era correcto lo que hacía?

Detuve mis pasos al instante y miré a mi alrededor con miedo, tragando saliva y alejándome del lugar, esperando poder regresar pronto, pero con alguien más a mi lado. No podía ir ahí sola, porque no podía a arriesgarme a confiar en un par de desconocidos.

Entonces, cuando estuve a punto de dejar todo atrás, la voz de Bruno hizo presencia, atándome a continuar con mi caminata ante su sutil llamado, provocando que detuviera mis pasos y volteara a verlo, percatándome de su enorme sonrisa, que le daba un toque tierno a su rostro, y más por las pecas que decoraban de este, mientras su cabello negro se movía de un lado a otro con mucha libertad.

—¿A dónde crees que vas? —cuestionó Bruno mientras me miraba con detenimiento, observando cada parte de mi rostro como si analizara de este, mientras yo me sentía incómoda por aquello.

Era claro que él esperaba que yo hablara, pero, ¿yo que tenía que decir? ¿Cómo explicaba que quería huir? No. No podía decirlo.

Piensa, Celeste, piensa.

—Hola, Bruno.

Bien, palabras sencillas, que, con este saludo, olvidaría el tema.

—Te estábamos esperando en la cabaña —aclaró él manteniendo su mirada alegre y yo asentí mirándolo con duda mientras él comenzaba a alejarse de mí, pero cuando se dio cuenta que yo no iba detrás de él, este dio la vuelta, y me observo confundido. Extrañándose que no fuera detrás suyo, pero yo no podía hacer eso, algo en mí me decía que no era una buena idea hacerlo. El ir a casa de alguien que no conocía sin que nadie lo supiera no era muy inteligente de mi parte—. ¿Qué pasa? —cuestionó Bruno, acercándose a mí, interesado en mi comportamiento, pero yo no sabía que decir.