-¡¿Por qué no me dijiste que estás saliendo con Haijime-kun, hijo?! siempre me tengo que enterar por otras personas, no sabes la vergüenza que pasé con la madre de tu novio, por cierto, no creo que deban vivir juntos, es muy pronto para ustedes, en fin... pero claro la última en enterarse siempre soy yo, pareciese como si no fuera tu madre, aaa pero cuando necesitas algo soy la primera a la que llamas, no tienes consideración conmigo, ¿qué te hice para que me trates así?, aún recuerdo cuando te tuve en mis brazos...- y continuaba el reclamo, Tooru tuvo que cambiar de posición el teléfono, luego ponerlo en speaker, después volver con el aparato en el oído. Sopló resignado, sabía que si cortaba la llamada su madre podría viajar a Tokyo para reclamarle en persona, solo dejaba que se desfogara.
-Madre, madre, escúchame... -trató de interrumpirla, tenía que salir y quería explicarle la situación.
-No me interrumpas cuando te estoy hablando, en mi época si hiciera eso a mi madre...- y continuó el monólogo.
Iwaizumi, llegó al departamento después de uno de sus viaje al interior del país y vio que Oikawa estaba rendido echado en la mesa con cara más de muerto que de vivo. Le hizo señas para que le dijera qué pasa. El omega se sentó derecho e hizo muecas con los labios, como diciendo "mi madre". El alfa extendió el brazo para que le diera el teléfono.
-Hola Okkasan, soy yo Hajime, ¿cómo están todos por allá?- se escuchaba la voz feliz de la mujer al otro lado del teléfono, tapó el dispositivo y le dijo a Tooru- Anda que tienes entrenamiento, ¿no? Yo me encargo- y volvió a la llamada.
El omega se fue hacia el Gimnasio Nacional Yoyogi. Hoy era el día en que clubs nacionales e internacionales iban a observar por última vez las prácticas de la selección juvenil. Estos encuentros iban a ser transmitidos por TV nacional. Tenía cierta tensión acumulada no sólo porque de hoy dependía su futuro como deportista, también por la situación con Iwaizumi.
Llegó y empezó a calentar tratando de mantener la concentración. Los entrenadores se acomodaron en los estrados perdiéndose entre la gente, era normal que todos los jugadores estuviesen tensos, entre ellos estaban Kotaro Bokuto y Wakatoshi Ushijima, dos alfas que eran reconocidos desde la secundaria como estrellas prometedoras del volley. Tooru sacudió los brazos como botando la tensión, a pesar que no lo iba a manifestar, estar así le hacía recordar esas épocas de secundaria en que era él contra todo el mundo, un omega en el mundo de alfas, aunque todavía se encontraba en esas épocas...
Miró a su alrededor y vio que todos iban acompañados de sus familiares, amigos, parejas y él... solo, no avisó a sus padres por lo pesados que se ponen con respecto a su carrera y Hajime hubiera ido como en muchas otras ocasiones, pero decidió no hacerlo. Su independencia y orgullo lo impulsaba a no querer depender de nadie, sabia que en este mundo vinimos solos y moriremos solos.
Sonó el silbato, los jugadores se alinearon y comenzaron los partidos simultáneos. Como en la seducción, también sabía manejar muy bien sus cartas en el volley, utilizaba las fortalezas y debilidades de sus compañeros; estrategias corrían por su mente en milésimas de segundo. Otra de las cualidades que tiene este dios hecho hombre es que mientras más presión, más precisión en sus colocaciones, más violencia en sus saques y eficacia en su juego. Para el colmo de la bondad, el sudor corriendo por su cuello y los gritos de victoria que daba hacían excitar a cualquiera. Simplemente, la perfección encarnada en persona.
A kilómetros de ahí, por casualidades del destino Hajime encendió la tv y entre zapping y zapping dio con el partido de su amigo de la infancia. Se sorprendió al verlo /¿por qué no me dijo nada?/ Su corazón sentía nuevamente esa opresión de incertidumbre, de admiración y de pasión rendida por ese hombre, el verlo así, solo hacía que lo deseara aún más /Quiero tocarlo/. Era innegable el relucir de su presencia, simplemente dejaba a todo lo demás opacado.
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¿Puedo quedarme contigo? [Haikyuu omegaverse]
Fanfiction"Es muy simple: sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos" Hinata Shoyo estudia en la Universidad de Miyagi, se sentía feliz y tranquilo hasta que algunas noticias irán cambiando su vida, como el hecho de enterarse que es o...