Espero les guste! Este es un poco más... subidillo de tono para sus mentes sucias. Votar y comentar si les gusta :(!
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Harry es una de esas personas que si tú las miras ahí en la calle o sentado en un café, te parece un joven inocente y puro. Esa cara de cachorro es capaz de engañar a todo el mundo, excepto a él.
Porque él, es el afortunado que conoce ese otro lado del chico, ese lado más salvaje y ardiente. Ese lado que, básicamente, lo convierte en un ninfómano cualquiera.
No es algo que le desagrade a decir verdad, él también tiene necesidades y no es precisamente un santo. Disfruta el acto como cualquier persona caliente, diría.
Y es que a veces, quiere un relajo y sirviéndose una copa de vino opta por un baño de burbujas tranquilo en el baño de su habitación. La tina es amplia pero no exagerada, como para caber cómodo sin preocupaciones a la hora de entrar o salir. Tiene la luz apagada y un par de velas aromáticas, recostado relajadamente con la tibia agua abarcando todo su cuerpo a excepción de los brazos y la cabeza, recostada en el borde de la tina.
No siente cuando abren la puerta pero si siente cuando alguien se escabulle dentro de la tina y cuando ese alguien decide que es buena idea repartir besos por su cuello, el olor a frutos del bosque inundando la habitación.
-¿Qué haces? -Se ríe, abriendo los ojos y mirándolo, su cara a medio iluminar al sólo tener la luz de las velas.
-Estaba aburrido sin ti afuera. -Dice y medita un poco.- Y estoy algo... -Lo mira con una sonrisa, grande sin dientes, notándose en el brillo de sus esmeraldas lo que quiere y piensa.
-Oh.
-Sí, oh... -Se ríe de él y le besa los labios, moviéndose un poco sobre su miembro en estado normal. Él por su parte, desliza sus manos suavemente dentro del agua para acomodarlas en su lugar favorito: una en cada nalga.
-Tú no te cansas nunca, ¿Cierto? -Se ríe y comienza a besar su cuello, incorporándose suavemente, moviéndose el agua y cosquilleando sus cuerpos. Harry estaba sentado en su ingle, con las rodillas apoyadas entre las costillas de su contrario y la superficie de metal. El menor se muerde el labio travieso y suelta una pequeña risa, notándose el brillo de sus ojos más negros que verdes, ante la falta de luz y ante el deseo que tiene y el ojiazul se derrite. Tan dulce, tan inocente y a la vez tan salvaje e insaciable. Suspira suavemente, levantando las cejas en sorpresa cuando siente la mano de su contrario moverse bajo el agua en su amigo. Jadea y estruja suavemente el trasero del menor, siendo un masaje delicado al estar la presencia del agua y las burbujas. Sonríe grande cuando nota que ya está casi completamente listo, expectante de poder estar preso en las carnes de su amante. Acaricia su trasero, acercándose a su entrada y pasando las puntas de los dedos, metiendo de a poco uno de estos, siendo un movimiento pequeño, corto y constante. Mientras más se adentra sólo con uno, siente como la respiración del menor comienza a acelerarse, a su vez moviendo su mano más rápido y más apretado. Louis cierra los ojos y suelta un gemido suave y contenido, siendo ese un detonante para ir con otro dedo y pasar más allá del límite que se había auto-impuesto, dejando ambos casi completos dentro antes de quitarlo, creando una frecuencia permanente, llegando a la próstata y presionando suavemente cada vez que pasa por ahí. Harry gime alto, fuerte, totalmente duro sobre su abdomen y sonríe.- Acomódate bebé, te quiero ya. -Dice, acariciando su barbilla con el pulgar y el índice, acercándolo para besarlo. Siempre ha tenido más manejo, quizás es la edad y la experiencia, quizás es la diferencia de personalidades. Está ardiendo por dentro, pero se nota tranquilo, más seguro y dominante. Harry está sonrojado y gracias al vapor y parte del sudor de la situación se le pega el cabello a la cara. Sus pupilas dilatadas lo miran ansioso mientras obedece, acomodándose con una mano en la base de la erección de su pareja, ayudándolo a entrar lentamente. Suelta un jadeo, una pequeña tos pero sólo de voz y un suspiro fuerte al llegar hasta el final.- ¿Estás bien?
-Sí. -Responde, sonriendo y mordiéndose el labio, comenzando a moverse lentamente mientras el agua se agita y acaricia cosquilleando su propio problema. Louis deja su cabeza caer hacia atrás, agarrando las nalgas de Harry nuevamente, separándolas para que su extensión pueda pasar más fácilmente. Le ayuda a moverse, pero lo deja a él. Le gustan esas pocas veces que le lleva el mando, que lo hace al ritmo que a él le gusta al principio. Sólo lo disfruta, pero es difícil contenerse con semejante presión apretándose contra su estructura y mantener la cordura con los soniditos que salen desde la boca de su pequeño.
Ninguno de los dos se da cuenta cuando el movimiento deja de ser lento y delicado y pasa a ser rápido, generando un desastre en el agua, salpicando mucha para afuera. Los gemidos del ojiesmeralda retumban en un fuerte eco en las paredes del baño, apoyando las manos en el pecho del mayor, dejándose caer casi con violencia. Lou gruñe, y entierra los dedos en el trasero de su contrario, ayudándolo a bajar fuerte, rápido, jadeando. Se sienta, pegándolo a sí mismo, besándole los gemidos y tragándole los jadeos, siendo un beso rápido y apasionado. Mueve sus caderas, al ritmo que Harry baja, quizás un poco más rápido y violento, salpicando grandes cantidades de agua fuera pero sin importarle en lo más mínimo. Se esconde en el espacio de su cuello y su hombro y muerde fuerte, sabiendo que luego quedarán marcas no muy bonitas estéticamente pero hermosas para sí mismo. Harry gime, jadea, sisea y luego susurra cosas, sin sentido o al menos sin entenderse el sentido que busca.
-Lou... -Ronronea en la oreja del mayor, abrazándolo fuerte, suspirando complacido, apretándose sus carnes alrededor del cuerpo extraño. Ambos gimen, siendo más fuerte y largo el del menor. Se desliza hasta el final y en la boca abierta del ojiazul sale un suspiro seco y fuerte. Se detiene y lo mira fijo a los ojos, notándose la lujuria y el placer en esto, en su expresión y su rostro completo. Louis no resiste verlo así, es demasiado para sí mismo.
Lo besa, fuerte, tirando un poco de su cabello hacia atrás, dominando la situación y bajando con su boca por la línea de la mandíbula hasta el cuello, mordiendo nuevamente, esta vez un poco más abajo de la oreja mientras retoma el ritmo fuerte y agresivo, agarrando el cuello de Harry con una mano, apretando un poco pero no lo suficiente como para llegar a ahorcarlo o hacerle daño. Éste tiene los ojos cerrados y una enorme sonrisa mientras recibe los cariños de su contrario, gimiendo fuerte y cortado ante la velocidad y la intensidad. Sin mayor aviso, suelta un gemido fuerte y seco, casi hacia dentro mientras se corre, flotando su esencia en el agua. Louis sonríe complacido y sigue embistiéndolo fuerte, aprovechando el orgasmo de su contrario para empujarse a sí mismo, dando estocadas precisas y perfectas para llegar él mismo a su propio orgasmo. Se refugia en el cuello de quien está bajo su poder, pegando la frente a su clavícula para usar ambas manos en la ayuda para llegar. El menor ni siquiera es capaz de gemir, sólo salen sonidos ahogados y suspiros altos y raspados de su garganta, cortándose su respiración a ratos y finalmente lo consigue. Con un gemido grave y corto se corre, moviéndose un poco más, disfrutando la sensación. Se ríe y besa el cuello del ojiverde, despacio, sin dejar de moverse. Cuando está listo se retira del cuerpo de su contrario, ambos soltando pequeñas risas y comparten un beso lento y pasional, acariciando el mayor la espalda de su contrario.
-Tengo hambre. -Lou murmura contra su boca y Harry se ríe.
-Y yo también, pero no de comida. -Se muerde el labio inferior y se ríe ante la expresión un tanto descolocada de su contrario.
-Eres increíble. -Lo besa suavemente antes de que se le ocurra mirar hacia el lado.- Creo que alguien deberá limpiar la piscina que quedó ahí, hay más agua fuera que ahí dentro.
Entre risas se quedan un poco más compartiendo, antes de que la noche haga lo que tenga planeado en sus vidas.
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Candles {Larry Stylinson}
FanfictionHarry es una de esas personas que si tú las miras ahí en la calle o sentado en un café, te parece un joven inocente y puro. Esa cara de cachorro es capaz de engañar a todo el mundo, excepto a él. Porque él, es el afortunado que conoce ese otro lado...