Isabelle y Joel tienen algo en común. Un amor tan real y hermoso que podría considerarse un cliché de esos que sólo encuentras en las páginas de un buen libro...pero al igual que todos los clichés; tiene su lado malo. Y cuando descubren que la valen...
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Joel camina con pasos lentos por el pasillo que conduce a la habitación de Jossie. Han pasado tres meses desde la muerte de Isabelle e irónicamente todo a su alrededor parece gris. Todo se la recuerda: por no hablar del enorme moño negro que han colocado en la puerta de la universidad y del mural con su fotografía que han hecho en una de las paredes recordándola como una alumna excelente y un ser humano ejemplar expresándole sus sentimientos a su familia y personas cercanas tratándoles de hacer las cosas menos dolorosas y más llevaderas. Y por más que Joel intenta no pensar en eso de vez en cuando se pregunta si de esa manera serán las cosas cuando le llegue su turno. ¿Las personas lo irán a recordar como un ser humano ejemplar? ¿Cómo un buen alumno? ¿O solamente como el chico que murió a causa del VIH?
Pero no. Las cosas no están siendo menos dolorosas o llevaderas de ningún maldito modo.
Christopher no ha aparecido hasta un mes después de la muerte de Belle y cuando ha visto todas las muestras de afecto hacia ella; todo lo que hizo fue seguir adelante ignorando las muestras de empatía y cariño que cada uno de sus amigos le ofrecieron. Jossie y él entonces caminaron a su lado en todo momento como si fuesen una especie de guardaespaldas listos para protegerlo pero en el fondo sabían que no podían hacer nada. No cuando el enemigo número que era el dolor lo tenía por dentro y lo llevaba consigo en todo momento.
Que lo lleva consigo en todo momento. Joel se quedó al margen pero en el fondo sabe que él no la está pasando bien. ¿Quién podría pasarla bien cuando acabas de perder a la mujer que más has amado en la vida? Christopher apenas habla cuando están juntos a pesar de que él y Jo se desviven en atenciones hacia él, por más que tratan millones de temas diferentes que lo lleven lejos del dolor aunque sea un momento no logran tener éxito.
Es como si solamente fuese un cuerpo que no tiene alma, como si solo fuese un corazón que a pesar de que late ya está muerto.
Un corazón sin vida.
Y Jo tampoco lo hace fácil cuando están a solas. Delante de Christopher es valiente pero cuando él no está cerca es solo una chica rota y con el alma en pedazos por la muerte de su mejor amiga. Pasa la mayor parte del tiempo encerrada en su habitación y cuando no está ahí está tratando de animar a Christopher como una especie de protectora. Como su protectora. La protectora y la compañía que Isabelle Carson se encargó de dejarle para que el sufrimiento fuese menos o al menos más llevadero.
Pero no funciona. Nada funciona. El rizado detiene sus pasos delante de la puerta y la golpea lentamente.—Adelante.—responde Jossie desde el interior.
La empuja suavemente y sus ojos se encuentran con los de su novia que permanece sentada delante del escritorio con el ordenador abierto.—Hola.—saluda.
—Hola.—responde en voz baja. Joel conduce sus pasos hasta ella y toma asiento en el filo de su cama sin dejar de mirarla.
