III. Ocho no da lo mismo que ochenta

264 24 7
                                    

Hikaru tomó la palabra tras escuchar el relato completo. — ¿Entonces no fue en joda?

. — ¡Ya te dije-ya les dije anoche que no! —. Se desesperaba Kariya a primera hora de la mañana, hundiéndose en su banco. Ya era la segunda vez que le explicaba a sus amigos con detalle la situación de la cena, la primera siendo por el mismísimo chat. Y por supuesto que no le creyeron nada, haciéndolo sentir como Pedrito con el lobo.

Aunque ya aclarada la situación, no tenía sentido llorar sobre leche derramada. Tenma amablemente lo había mencionado: "Desparramaste la lata de lombrices, ahora acuéstate sobre ellas" y no sabía como lo había hecho sonar mucho peor. Ahora entendía porque Midorikawa se enojaba tanto cuando otro que no fuera él decía proverbios.

La única chica del grupo le palmeaba la espalda en un vago intento de consuelo. — No te preocupes, Kariya, que tampoco es para tanto. Yo sé que si te esforzas mucho conseguirás aprobar, ¡Tsurugi te ayudará en todo lo que puedas! —. El chico la miró de mala gana, y Aoi le devolvió el ceño fruncido. — Bueno, el mejor en esa materia sos vos.

. — No te lo niego pero eso no te da derecho a tirarme al muerto.

. — ¡Kariya no es un caso perdido! —. Apuró a defender con tal de que su amigo no se deprimiera más. Intentaba que se parase recto en la silla cuando finalmente el último integrante del grupo llegaba silbando alguna canción irreconocible, y es que Shinsuke no silbaba muy bien que digamos.

Al ver a todos tan decaídos (normal porque no vio el chat al irse a dormir más temprano) le preguntó a Tenma por la situación. — ¿Por qué las caras largas?

. — Si Kariya no pasa la prueba de matemática del sábado sin errores, no puede acompañarnos a Okinawa.

Shinsuke parpadeó para luego ver a su amigo ahí sentado cual perro pateado en la lluvia. — Estás muertísimo.

. — ¡Qué gran amigo!

Hikaru terminó uniéndose al bando de los que creían en la fortaleza del dorsal número quince. — Quizá si estudiamos entre todos consigas tu meta de sacarte el cien.

. — ¿Me ayudarán? —. Aquellas palabras fueron como el arcoíris tras la horrible tormenta. — Pero ustedes tienen también cosas que hacer...

. — Podemos juntarnos una tarde después de clases—. Propuso la chica, aunque corrigiéndose inmediatamente. — ¿Qué día podemos estar todos?

Se miraron entre ellos continuamente, y es que había demasiadas cosas a tener en cuenta. Primero, que no todos eran expertos matemáticos y los que mejor comprendían los números eran Tsurugi y Hikaru, pero ya el primero estaba algo descartado porque siempre después de entrenar se iba directo al hospital. Y Kariya sabía muy bien que no debía interponerse entre los lazos de sangre del delantero.

Hikaru podía ser, pero los miércoles se sabía que tenía que irse a sus lecciones de guitarra así que no lo podían contar mañana. Aunque el viernes aseguró que estaba disponible, un solo día no alcanzaba para hacerle entrar a Kariya todo un temario de gráficos y cuadráticas.

Tenma y Shinsuke estaban obviamente descartados, porque ellos estaban en la misma que Kariya con respecto a la materia pero milagrosamente siempre terminaban zafando. El defensa jamás envidió tanto la suerte con la que nacían algunos.

Y luego estaba Sorano, que hoy y el jueves no podía. Había quedado con las chicas para lo de la pastelería y el jueves tenía que hacer un trámite en nombre de su padre haciéndola tener que saltar incluso el horario del club.

Nadie te enseña a ser padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora