Quédate conmigo

Parte 41: Demonio

- ¿Comprobar? ¿El qué?

- Todavía no estoy seguro de lo que él quiere comprobar, pero yo quería asegurarme de que eras tú. Cuando me enteré de que Orochimaru te tenía secuestrada temí por ti... quería ir a buscarte, pero... - Te impresionaste ante su respuesta, no esperabas que se mostrara de esa manera ante ti después de tanto tiempo. Se acercó para arrodillarse ante ti, suavemente acarició tu mejilla con suma delicadeza. - No pude encontrarte por más que lo intenté. Rezaba porque hubieras podido escapar, sin embargo, a medida que los días pasaban y no sabía noticias de ti supuse que estabas muerta. Cuando Hidan vino y te describió, cuando dijo tu nombre... sentí tantas cosas. Felicidad al saber que seguías con vida, pero cuando supe que habías estado todo ese tiempo secuestrada tuve miedo, miedo por ti. Y odio por ese mal nacido que te juro que lo encontraré y me las pagará. - Sentenció con una mirada de odio hacia el suelo, mirada que cambió a una de sorpresa al sentir tu mano en su mejilla.

- Siempre has tenido buen fondo Itachi. - Respondiste con una hermosa sonrisa que provocó un pequeño sonrojo en su rostro. - Sin embargo, no tienes por qué preocuparte, yo me encargaré de esa escoria. - Una risa se escuchó por su parte.

- A pesar de todo el tiempo que ha pasado sigues siendo la misma.

- Las viejas costumbres no cambian.

- Es cierto y eso me gusta. Me gusta que no hayas cambiado a pesar de todo lo que has tenido que vivir.

- Y ahora lo sabes mejor que la mayoría de las personas al verlo con tus propios ojos. - Respondiste bajando tu mirada al recordar que había vagado libremente por tus recuerdos observando más de los que habías revivido.

- Lo siento, era necesario. Antes de irme quiero contarte algo más, la razón por la que mi líder me pidió que mirara tus recuerdos. - Levantaste la mirada bastante intrigada por la conversación. - Creo que debería ser él quién te aclarara esta parte, una parte de tu pasado que desconoces y que deberías saber.

Tus ojos se abrieron de la sorpresa ante lo que el peli negro te estaba contando.

- Para ello te daré un día. Un día para que pienses si quieres reunirte con él y descubrir la verdad. Te estaré esperando mañana a la misma hora al suroeste de la entrada de la villa. Corre media hora hasta estar junto al río, sabrás que es la zona de encuentro porque hay una gran roca en la que te estaré esperando. Piénsalo bien (...)-chan. Este paso marcará una gran diferencia en tu vida, créeme. - Respondió mirándote a los ojos con su sharingan desactivado dándote a entender la gravedad de la situación. - Comprendo que es algo complicado, pero espero que hagas lo correcto. Ahora, debo irme, se nota que alguien está desesperado pensando que te ha podido pasar algo malo. Sin embargo, puede que tenga razón, después de todo estás conmigo y eso es peligroso, soy un asesino.

Negaste levemente con tu cabeza.

- No eres peligroso, si lo fueras ya hubieras acabado con toda la villa. Sabes cómo entrar sin ser detectado, lo tendrías más sencillo que cualquiera de los akatsuki. Si fueras malo, ya me hubieras matado hace tiempo.

El Uchiha sonrió levemente ante tu comentario.

- Cómo si fuera capaz de hacerte algo malo. - Comentó mirándote intensamente a los ojos haciendo que tu corazón diera un vuelco. - Espero verte de nuevo mañana y disculpa la intromisión en tu mente.

Asentiste lentamente viendo cómo se acercaba más a ti para depositar un beso en tu mejilla.

- Realmente me ha alegrado verte, ahora eres más hermosa que antes.

Y dicho ese cumplido, desapareció sin darte tiempo a pestañear dejándote allí al amparo de la noche.

Comenzaste a sentir como la temperatura había bajado con respecto al día, pero no tenías frío. Miraste hacia el cielo estrellado recordando cada uno de los segundos de esa conversación mientras otra lágrima se escapaba por tu mejilla. Antes de que pudieras hacer nada escuchaste como alguien se acercaba rápidamente a ti hasta llegar a ti y abrazarte con un poco de fuerza.