Debido a sus actividades criminales de hacker junto a su amigo Ethan y a su reciente adicción a las sustancias tóxicas, Hope Stark es enviada a S.H.I.E.L.D. a mejorar su disciplina.
Pero las cosas no salen tan bien como fueron planeadas...
¡Gracias...
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Hope se deshizo de sus prendas y se metió a la ducha. Giró de la perilla y por un momento sintió alivio al sentir el agua bastante tibia recorrer su cuerpo, pero después de unos pocos segundos, el agua comenzó a salir caliente, casi hirviendo. Hope, asustada y adolorida por el grado del agua, cerró la perilla y se quedó acurrucada en un rincón de la ducha, con la mirada perdida.
Posteriormente, decidió que era mejor abrir la llave que sacaba agua fría ya que por alguna razón, sentir el agua hirviendo le había afectado; al parecer le había recordado al incidente que tuvo hace algunos minutos con Paul: cuando sintió mucho calor.
Aunque ahora comenzaba a tener mucho frío.
Pero cuando el agua tocó apenas una mínima parte de su piel, la adolescente soltó un pequeño grito al sentir que el agua estaba igual de caliente que la anterior. Cerró la perilla y verificó estar abriendo la correcta y así era, pero por alguna razón, Hope sentía que estaba ardiendo por dentro, como si alguien hubiera dejado caer un fosforo dentro de ella y se estuviera incendiando.
No era una sensación bonita.
Hope cayó al suelo y se retorció de dolor cuando de nuevo sintió como si la estuvieran quemando viva. Era una sensación espantosa que la golpeaba cuando ella menos se lo esperaba.
Gritó de dolor y se arrastró hasta alcanzar su toalla y envolverse en ella mientras otra punzada le lastimaba el pecho y el brazo.
En la parte de abajo, Paul escuchó el primer grito desgarrador, luego el segundo, el tercero y así sucesivamente. Sabía que si Shirley quería permanecer limpia, tenía que sufrir y pasar por un camino lleno de vidrios rotos estando descalzo, tal y como lo había hecho él. Nadie dijo que era fácil, pero a futuro lo valía.
Shirley terminó de vestirse con dificultad y se recostó en el suelo. Ni siquiera había podido ducharse correctamente porque no sabía cuándo llegaría esa insoportable sensación.
