Capítulo 1: Así comienza esta historia

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"Una simple aventura puede revelar los más oscuros secretos de la gente, tal como ocurre en esta historia que van a presenciar."

Estaban los dos equipos, rojo y azul, en el Valle de las Carreras. Se llevará a cabo una carrera de obstáculos, en la que compiten por una estrella más del paseo de la fama. Dicho reconocimiento les ayudará a los competidores a luchar por el honor y una expedición sorpresa que tendrán como premio al juntar la mayor cantidad de estrellas.
Evelyn Goodall es la que más se obsesiona con las estrellas, ya que quiere ganarle a Zudi Ruiz y a Patricio Talavera, los más populares del equipo rojo. Por su parte, Ernesto Cázares estaba decidido a ganar una de esas estrellas, no sólo por el reconocimiento y la expedición sorpresa. También quiere tener ese logro para mejorar su rendimiento y durar más tiempo en el internado deportivo Elite, ya que sin quererlo, está en el antepenúltimo lugar de rendimiento (David y Eugenio Randall en realidad están en las últimas posiciones, sin que les preocupara el puntaje). Aún así quiere enorgullecerse a sí mismo y al equipo.
Antonio Daniels, el mentor y máxima autoridad del internado, dirigió la carrera que consiste en una pista de atletismo con vallas y un módulo de tiro con arco. Todos estaban muy emocionados.
-Tienes que hacerlo muy bien.- dijo Evelyn a Casandra Hastings. - Si no ganamos, dejaremos de ser amigas.
Casandra, extrañada, sólo escuchó sin decirle nada que pueda molestarla, ya que Eve se autoproclamó líder de las chicas.
Cecilia Salvatore le dijo lo mismo a los demás, especialmente a Ernesto y a los hermanos Randall, quienes están en los últimos lugares de efectividad.
-Porristas- dijo Doris Brooks medio escéptica, ya que Cecilia y Evelyn son niñas fresas y porristas desde los 5 años. - Ernesto, no les hagas caso a las porristas. Sólo haz lo correcto y listo. -Le dijo para animarlo.
La carrera empezó y ambos equipos necesitaban 15 puntos para ganar. Todo iba bien hasta que empataron con 14 cada uno. En eso Antonio Daniels ordenó una carrera de relevos con un hombre y una mujer.
Por el lado de los rojos fueron la porrista Ana del Valle y el karateca Misael Watanabe, mientras que por el lado de los azules iban Ernesto Cázares, trazador de parkour, y Doris Brooks, patinadora. Los azules tuvieron ventaja en el circuito hasta que llegaron a la zona de tiro con arco, del cual Misael logró dar el último punto. Dicha acción hizo feliz a los rojos, mientras que a los azules, o a la mitad de ellos les causó molestia. Evelyn y Cecilia les reprochó a Doris y a Ernesto por no dar el último punto. Mientras Doris decía que no siempre se podía ganar ni tener buena puntería, Ernesto se puso a llorar y a alejarse del grupo, aunado a las burlas de la mitad del equipo. Se sentía muy culpable de no obtener el triunfo, ya que los triunfos lo ayudarían a colocarse en la universidad.
Iba caminando muy triste y afligido cuando se topó con su hermano Aristeo besando a su novia María del Villar.
-¿Qué demonios está pasando? -Dijo gritando y llorando por la traición que acababa de presenciar.
Aristeo le dijo que no es nada de lo que parece, pero Ernesto no le cree y le da un puñetazo en la cara. Por su parte María le dio una bofetada a Neto y Aris le devuelve el golpe. Y así ambos hermanos empezaron a pelear mientras que Maria se retira un poco y furiosa confiesa la verdad.
-La verdad te estuve engañando con Aristeo porque eras un inmaduro y un perdedor y Aristeo no lo es, Ernesto.-
-¡¡¡Ya cállate, María!!! No te quiero escuchar. De una vez terminó todo lo que luchamos hace un año porque a la señorita se le ocurrió cambiarme por mi hermano.- Dijo Ernesto llorando mientras a María parecía no importarle.
María y Aristeo, hartos de la situación, pensaron en lo extremo. María encontró una pala y se la dio a Aristeo para propinarle a Ernesto cinco golpes en la cabeza. Finalmente Ernesto se desmayó por el impacto mientras que Aristeo y María, un poco espantados, salieron corriendo. Casualmente estaban Valery Gray y Samara Campos, amigas de Neto, quienes preocupadas estaban buscándolo, y se espantaron al encontrarlo inconsciente cerca de unas tapias. Rápidamente fueron corriendo a avisarles a los demás sobre lo ocurrido.
20 minutos después, Ernesto logró levantarse, con un dolor de cabeza por el golpe que sangraba y una visión un poco borrosa. Logró correr como pudo saliendo de la base y llegó a la Ciudad de Riderville. Iba muy desorientado y desesperado rumbo a su casa. Cuando de la nada un auto deportivo lo atropelló y lo dejó más herido. Un adorno metálico del capó del auto se le clavó en el abdomen y le produjo una hemorragia. La gente se detuvo a ver lo ocurrido y cerca del lugar, don Tomás García, dueño del bar "El Dicho", llamó a la ambulancia a pedir auxilio.
La ambulancia llegó y puso a Ernesto en una camilla y se lo llevó al Hospiral de Especialidades Médicas. Tenía varios golpes en la cara y el cuerpo, una herida abierta en la cabeza por los golpes con la pala, el rostro sangrante y un ojo morado, así como una herida en el costado izquierdo producido por el adorno del auto, el cual le hizo perder sangre. Los paramédicos se pusieron a trabajar duro para salvarlo. Por su parte, el conductor resultó ser Heliud de la Colina, quien al ver lo ocurrido, salió corriendo con Matilde Ramos, ya que ambos desobedecieron una regla de la base al salirse sin permiso y con un auto robado.
Volviendo al internado, las chicas azules volvieron al lugar donde presenciaron el ataque de Ernesto y vieron a Aristeo y a María corriendo. Intentaron seguirlos sin éxito, ya que los perdieron de vista. Al regresar se dieron cuenta que Ernesto ya no estaba y de inmediato salieron corriendo hacia donde los otros azules para informarles sobre lo sucedido.

Ernesto Cázares: Entre El Dolor Y La Redención.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora