Era un día como cualquier otro Natsu iba caminando por el bosque para realizar una misión, el iba solo ya que la misión era demasiado sencilla.
Natsu: Vaya mierda, Happy me dejó solo y encima no encuentro a la maldita bestia. - Dice frustrado.
A lo lejos cierto rubio escucha los reclamos del pequeño pelirrosa y se acerca.
Sting: Vaya sorpresa encontrarte aquí Natsu-san. - Dijo coquetamente.
Nat: Oh, Sting. - Dice desviando la mirada un poco sonrojado. - *Mierda, es Sting y encima me ha escuchado que vergüenza.* ¿Qué te trae por aquí?
Sti: Acabo de terminar una misión. - Dice observando el lindo sonrojo de Natsu. - Oh y sobre el monstruo del que hablabas me lo cruce y tuve que acabar con él. *Que suerte encontrarme con Natsu-san y encima se ha sonrojado, que lindo.*
Nat: ¿Enserio? Que pena, ahora voy a aburrirme un montón. - Dijo haciendo un puchero inconscientemente.
Sti: *Y si ...* - Sonríe pícaramente.- Natsu-san que le parece si hacemos algo divertido.
Nat: ¿Cómo que? - Pregunta inocente.
Sti: Cierra los ojos. - Dice pervertidamente.
Natsu hace caso a Sting y siente como éste lo acorrala contra un árbol, para luego sentir algo cálido y húmedo en sus labios, lo estaba besando, al principio pensó en resistirse pero le resulto agradable la sensación incluso su cuerpo empezó a pedir más. Sting se separa y ambos se miran a los ojos.
Sti: Natsu-san. - Dijo sonrojado, con la voz ronca por la excitación y un poco jadeante.
Nat: S-Sting. - Dijo rojo como tomate y rodeo el cuello de Sting. - T-tu me-me gus-gustas.- Confesó un poco tímido.
Sti: - Sonrojado y muy feliz. - Tu también me gustas, Natsu-san.
Los dos sonrieron y se volvieron a besar.
Natsu profundizó el beso y acarició el suave cabello rubio de su amado dragón de luz, mientras, Sting lo coge de los muslos y hace que le rodee la cintura con sus bien formadas piernas, luego procedió a acariciar el torso de Natsu a placer sacándole varios gemidos, Sting lo escuchaba completamente extasiado y su amiguito se lo hizo saber al más bajo. Sting completamente excitado empezó a desvestir al pelirrosa, empezando por la bufanda y el chaleco, se detuvo un momento deleitándose con las vista que su amado le daba.
Natsu sonrojado desvió la mirada, Sting empezó a besar, chupar, lamer y morder el cuello de Natsu para ir bajando poco a poco dejando marcas a su paso hasta que se encontró con un par de botones, no dudo ni un segundo en jugar con ellos pellizcándolos un poco, lamiéndolos y mordiéndolos sacándole jadeos y gemidos al dragón de fuego.
Nat: Ah- ah S-Sting. - Gemía sin parar el nombre de su amado.
Natsu también estaba completamente excitado por lo que le quito la parte de arriba a Sting deleitándose con la sexi vista de su rubio semidesnudo.
Sting un poco desesperado le quito el pantalón y el bóxer y empezó a masturbar su lindo miembro sacándole fuertes gemidos al mayor.
Nat: Ah-ah Sting me-métemelo ya~. - Dijo entre gemidos.
Sti: Na-Natsu-san~ es-esta bie-bien. - Se quita el pantalón y el bóxer dejando a la vista su gran y erecto pene.
Natsu se relamió y mordió el hombro de Sting incitándolo a seguir, Sting sin esperar más lo penetro de una sola estocada y Natsu soltó un pequeño grito de dolor.
Nat: Du-duele. - Dijo soltando unas pequeñas lágrimas.
Sti: Tranquilo. - Dijo besando sus mejillas, mientras lo volvía a masturbar para que se distrajera del dolor.
Luego de unos minutos Natsu empezó a mover sus caderas dándole a entender a su seme que se podía mover. El menor empezó a moverse con penetraciones lentas y suaves para que su uke se fuera acostumbrando.
Nat: Ah~. *Mierda Sting porque me torturas de esta manera* Sting~.
Sti: Di-dime Nat-su-san~. *En realidad ya se lo que quiere pero, quiero que me lo pida.*
Nat: Ah en-enserio me ha-harás de-cirlo~. - Dijo mirándolo a los ojos suplicante.
Sti: Si no me lo dices~, n-no sabré que qui-eres. - Dijo con picardía.
Nat: A-ah mal-dito. - Se acerca a su oído y dice con una voz "inocente". - Ma-mas du-duro onegai~ Sting~.
Sting se sorprende, pues no creía que se lo diría y el como buen seme le dio lo que su lindo uke le pedía.
Una luego de una hora en la que Sting estuvo dándole duro contra el árbol a Natsu, claramente a pedido del mayor, ambos empezaron a llegar a su límite.
Nat: *Mi-mierda estoy en mi límite.* S-Sting me ven-go~. - Le avisó completamente sonrojado.
Sti: Y-yo tam-bien~. - Le respondió con dificultad.
Sting aumento la velocidad de las embestidas, hasta que los dos se vinieron a la vez gritando el nombre del otro.
Sti: - Se vino dentro del mayor. - T-te amo mi hadita.
Nat: - Se vino en sus abdómenes. - Ah~ yo ta-también te amo mi dientes de sable.
Los dos se besan con ternura y amor, empezando así una linda historia de amo,r con algunas complicaciones de por medio que pondrá a prueba su amor, pero ambos no se dejaran separar nunca pues su amor es puro y único.