prólogo

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El mundo estaba dividido en dos razas, los humanos y los mestecios estos eran capaces de convertirse en animales y tener de a uno o tres poderes, ellos vivían camuflados entre los humanos ya que ellos los odiaban hasta el punto de crear un grupo para que los exterminaran, pues lograron encontrar sus debilidades.

En el bosque de Tongass en Alaska, una familia de tres estaba paseando Jack Miller de 31 años era un hombre de cabello amarillo arena y ojos de color verde, el tenía un trabajo como mecánico, su esposa June Miller de 30 años era un mujer de cabellos negro y ojos de color azules, tenía un trabajo de enfermera y Jackson Miller un niño de 10 años, los tres estaban paseando por el bosque en su forma de lobo.

¡Mira lo rápido que voy papá!-gritó Jackson a su padre mientras corría y esquivaba las ramas y raíces de suelo.

¡Más despacio campeón!-gritó su padre con una sonrisa, la cual perdió al escuchar los sonidos de un disparó, vió a su esposa para confirmar que habían escuchado lo mismo-¡Jack!-gritó horrizado mientras corría en buscá de su hijo y lo vió en el suelo con una herida de bala en la pierna.

¡Oh dios! ¡Jackson!-gritó June alarma mientras se transformaba y arrodillada a su lado, puso sus manos en su herida usando sus poderes para curarlo.

¡Corran!-ordenó Jack mientras se transformaba en humano sus manos brillaron de color amarillo.

¡Pero jack!-replicó June mientras levantaba a su hijo en sus brazos.

¡Ahora!-gritó Jack su voz decía que no iba aceptar replicas.

Madre e hijo se fueron dejando al padre para defenderlos, el niño quería bajar y ayudar a su padre, pero su madre se lo impedía cuando se alejaron lo suficiente se escucharon varios disparos y un grito, los ojos de Jack y June se llenaron de lágrimas mientras continuaban saliendo del bosque. Lo gritos de su padre inundaron los sueños de Jack a partir de ese momento.

Mientras tanto en el bosque de Aokigahara en Japón, una famila de cinco personas estaba disfrutando de un día relajante y tranquilo, los cinco estaban teniendo un lindo picnic Kimura Nakadai, un empresario de cuarenta años, tenía el cabello de color negro azulado y ojos de color Avellana, su esposa Daruma Nakadai de treinta y nueve años era una mujer de cabello de color café oscuro y ojos de color Verde, Akiko Nakadai, era la hija mayor de 15 años tenía el cabello de color azul y ojos de color Avellana, Miko Nakadai de 9 años tenía el cabello de color café oscuro y ojos verdes y Hiroki de 3 años tenía el cabello de color negro azulado y un ojo de color verde y el otro color Avellana.

¡Mamá, papá! voy a llevar a hiro para que pueda hacer pipí-Anuncio Akiko mientras se levantaba

Claro cariño-dijeron sus padres.

Que día tan bello y tranquilo-exclamó kimura con una sonrisa.

Si-respondió Daruma mientras se recostaba juntos a su esposo miró con una sonrisa a su hija del medio que estaba leyendo, en ese mismo momento se escuchó un disparó y dos gritos.

¡Niños!-gritaron kimura y Daruma en pánico, mientras corrían por al misma dirección que sus hijos, al llegar se detuvieron horrorizados por lo que vieron. Miko que había seguido a sus padres jadeó ante lo que vió, los cuerpos sin vida y llenos de sangre de sus hermanos.

¡No!-jadeó Daruma en shock mientras se derrumbaba su esposo la abrazó en un intento de consolarla-¡mis niños!

Miko se acercó a los cuerpos de sus hermanos vio un extraño símbolo en sus brazos, lo reconoció, pertenecía a la organización que se encargaba de extinguir a los cambiaformas, sus puños se apretaron en su costado y soltó un grito de irá, sus padres se acercaron a ella en un intento de consolarla, en su mente Miko juro venganza contra ellos, las lágrimas corrían por sus mejillas.

En Cancún México, en un edificio de apartamentos que le pertenecía a la familia González una pareja que luchaban por la libertad y derecho de los cambiaformas, José González de 43 años de cabello rojizo y ojos de color verdes era un empresario dedicado a su trabajo y su esposa María de 42 años ella tenía el cabello castaño y ojos de color café era una excelente abogada, su hija luna de 14 años tenía el cabello de color rojizo y ojos color verde y por último su hijo Jorge de seis años de cabello castaño rebelde y ojos de color café.

Los cuatro vivían junto a varios cambiaformas puesto que ellos los protegían, eran muy queridos en el edificio, pero odiados para la mayoría de la ciudad.

Un día llegó a su puerta el hermano menor de su padre y el líder de una organización terrorista y cazadores de cambiaformas.

¡Ya lárgate Leland!-Gritó José con rabia mientras señalaba la puerta-¡no te quiero en mi vida!

Vamos hermanó-insistió Leland mientras miraba a su hermano-debemos seguir el legado de nuestros padres.

¡Jamás!-se negó José con rabia mientras le daba la espalda a su hermano-ahora largo de mi casa.

Bien-gruño Leland molesto, su expresión se volvió fría-pero antes.

¡Papá!-gritaron los dos niños.

¡Luna!, ¡Jorge!-gritó María preocupada al ver sus hijos siendo arrastrados por los soldados.

Déjalos por favor-suplico José sintiendo miedo por sus hijos-ire contigo, solos déjalos ir.

Ya no requiero de tu ayuda-replico Leland para luego hacer señas al hombre que tenía a su sobrina, para que la empujara con sus padres-no requiero de la ayuda de ustedes. Me iré como tú querías.

Deja ir a Jorge-suplico José al ver que aún tenían a su hijo menor.

Oh no, no, no, no-negó Leland con una sonrisa macabra mientras colocaba una mano en el hombro de su sobrino-el me será de mucha utilidad.

Leland es solo un niño-le recordó José con miedo por su hijo menor.

Y será un gran arma-comentó Leland con una gran sonrisa, para después salir del apartamento arrastrando a su sobrino con él, quien se encontraba paralizado miedo-matenlos.

Jorge escuchó disparos y gritos, sus ojos se cerraron al imaginarse la masacre, sus manos se dirigieron a sus oídos en un intento de frenar el ruido, pero sintió una mano extrellarse contra su mejilla haciendo que cayera al suelo muy fuerte.

¡Ahora eres un soldado ahora!-gruño Leland con amargura mientras lo paraba de manera brusca-¡los soldados no lloran!

Ese año se arruinaron tres familias y dejaron un vacío en ellas, para la famila Miller, June y Jack tuvieron que huir y cambiar de apellidos para no ser encontrados, los Nakadai tuvieron que envíar a la única hija que les quedaba muy lejos para que estuviera a salvó y el único miembro vivo de la familia González, sufrió una tortura hasta que pudo escapar con ayuda de un soldado.

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