capítulo 6

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Más tarde, una vez que mi melena está perfectamente peinada decido comenzar a cambiarme.

—¿Quieres que te preste un poco de fijador o perfume? —pregunta Liam, y yo me miro al espejo de nuevo.

Mi cabello está bastante bien sin el.

—¿crees que me despeine en la fiesta? —pregunto.

Con una sonrisa, Liam me pasa el fijador y yo decido colocarme sólo un poco

—El morado quedaría genial con tu color de ojos —observa mi camisa y yo sonrío pero niego con la cabeza—. Tienes unos ojos extraordinarios. ¿Nos los cambiamos? —bromea.

Sin embargo, el tiene unos preciosos ojos cafe, ¿por qué iba a querer cambiármelos?

su móvil empieza a vibrar y lo saca del bolso.

—Niall ya está aquí —dice.
Cojo mi billetera, me aliso la camisa y me pongo mis zapatillas Toms planas y blancas. El las mira, pero no dice nada.

Niall nos espera delante del edificio, con la música heavy sonando a todo volumen a través de las ventanas abiertas de su coche. No puedo evitar mirar a todas partes para ver si alguien nos está observando. Agacho la cabeza y, cuando levanto la vista, veo a Harry sentado en el asiento delantero. Debía de estar agachado cuando hemos salido.

«En fin…»

—Señoritos —nos saluda Niall.

Harry me mira mientras me meto en el coche detrás de Liam, y acabo sentado justo detrás de él.

—Eres consciente de que vamos a una fiesta, no a misa, ¿verdad, Lou? —dice.

Miro el retrovisor derecho y veo una sonrisa burlona en su cara.

—No me llames Lou, por favor. Prefiero Louis —lo aviso.

Además, ¿cómo sabe mi nombre? El nombre de Theresa me recuerda a mi padre, y preferiría no oírlo.

—Claro, Lou —replica.

Me dejo caer contra el respaldo y pongo los ojos en blanco. Decido no seguir discutiendo con él. No merece la pena.

Me quedo mirando por la ventana, intentando bloquear el estruendo de la música mientras avanzamos.

Finalmente, Niall aparca al lado de una calle bulliciosa repleta de casas enormes y aparentemente idénticas. El nombre de la fraternidad está escrito en letras negras, pero no distingo las palabras porque las enredaderas que trepan por la enorme vivienda que tenemos delante las ocultan. Largas tiras de papel higiénico se extienden por toda la casa blanca, y el ruido que emana desde el interior pone la guinda a la estereotípica casa de la fraternidad.

—Es enorme. ¿Cuánta gente habrá aquí? —digo tragando saliva.

El jardín está lleno de chicos y chicas con vasos rojos de plástico en la mano, y algunos de ellos están bailando, directamente ahí, sobre el césped. Me siento totalmente fuera de lugar.

—Un montón. Vamos —responde Harry al tiempo que baja del coche y cierra dando un portazo.

Desde el asiento de atrás veo cómo varias personas chocan o le dan la mano a Niall, pasando de Harry. Lo que me sorprende es que los demás no están repletos de tatuajes como él, Niall y Liam. A lo mejor, después de todo, voy a poder hacer algunos amigos esta noche.

—¿Vienes? —Liam me sonríe, abre la puerta y sale del coche.

Asiento casi para mí mismo, salgo a mi vez y me aliso la camisa de nuevo.

AFTER (LARRYSTYLINSON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora