Sangre, cuerpos y chacra elemental chocando entre si era todo lo que divisaba mientras corría. Al ser el hijo del líder tenía la tarea de recoger y sellar todo pergamino importante existente del lugar (para que no cayera en manos de las otras aldeas y nuestros secretos de clan se desvelaran) mientras los pocos médicos, ancianos ,niños restantes evacuaban y los adultos nos protegían, aunque igualmente eran brutamente asesinados si no escapaban lo suficientemente rápido.
Seguí corriendo tan rápido como mis piernas me permitían esquivando y acabando con los enemigos que estaban en mi camino y finalmente llegué al punto de reunión de emergencia. Allí vi a varios miembros del clan heridos, entre ellos mi padre. En cuanto este me vió corrió hacia mi suspirando con alivio mientras me abrazaba.
Me soltó y dio un vistazo general. Al ver que nadie mas venía empezó una serie de sellos, puso su sangre y tocó el suelo apareciendo así el sello del jutsu de invocación.
Al instante un gran e imponente ciempiés apareció y sin perder tiempo mi padre gritó.
- ¡Rápido! Haz una invocación inversa a todos los de aquí, nos están atacando - Dicho y hecho, en un segundo fuimos transportados al lugar de invocación de los ciempiés. Una sensación de mareo me envolvió, cosa que pasó a los pocos segundos afortunadamente. A pesar de eso, caí rendido al suelo por el cansancio, tanto físico como mental.
Vi como mi padre y el miembro restante del consejo hacían un recuento y se acercaban.
- ¿Tienes los pergaminos sagrados Byakuya?- Uno los ancianos del consejo me preguntó preocupado
- Si, sellé todo lo que encontré hasta que no quedó nada, luego prendí fuego al lugar para que creyeran que la información estaba ahí. También sellé la estatua del templo del fuego, no podia dejarla allí para que la derribaran - Al decir eso algunos soltaron un suspiro de alivio junto a alguna lágrima y me felicitaron.
Sin perder tiempo los médicos evaluaron los daños y empezaron con la curación. Mientras, mi padre habló con el líder de las invocaciones para volver a los pocos minutos y yo ayudaba en lo que podía vendando y limpiando algunas heridas que la gente tenía.
- Escuchadme por favor, sabíamos que este dia iba a llegar pues el odio contra nosotros no para de incrementar y ya nos han atacado antes, aún así no estábamos preparados para semejante masacre. No solo eran los samurais del hierro, las aldeas se han aliado con ellos para esto. Ya éramos pocos, a penas llegábamos a los 70 habitantes, Me entristece decir que con esto nos hemos reducido a 15, 7 son médicos, 3 son niños, 3 ancianos y solo 2 samurais contándome a mi y a mi hijo. He hablado con el líder de los yokai, ha dicho que podemos ir a instalarnos allí permanentemente.
Después de eso volvimos a ser invocados pero esta vez en el mundo yokai, donde un kitsune nos guió a donde nos podria mos instalar, siendo esto un pequeño poblado donde algunos de nuestros antepasados habían vivido, antes de ser samurais.
Cada uno se fue por su lado, intentando procesar que lo habíamos perdido todo, nuestra aldea, nuestra gente... las lágrimas salieron por fin, cuando todo ya había pasado y estaba en la intimidad de nuestra nueva casa. Mi padre volvió a abrazarme y lo senti temblar, dándome cuenta al instante de que el también lloraba, por lo que volví a tragarme las lágrimas y le consolé todo lo que pude.
Un shinobi no muestra sus sentimientos, pero todos tienen un límite, mi padre és el líder, el responsable del bienestar del clan, y ahora mas de la mitad han muerto, incluyendo amigos, familia, vecinos.. nos conocíamos todos entre si y eso era lo mas duro.
¿Que les hemos hecho a los de afuera?
No nos lo merecemos, no molestamos a nadie y no salimos de nuestro territorio si no es para misiones. Aún así ese odio que nos tienen casi ocasiona nuestro exterminio total.
¿Acaso es este el verdadero mundo shinobi, Un lugar lleno de odio?
Parece que así es, pensé mirando a mi padre intentando reponerse.
-Voy a parar esto papá... Voy a luchar por un mundo de paz- Susurré mientras él me acariciaba la cabeza
-Solo mantén una cosa en mente, el odio solo trae desgracia, ¿lo has visto verdad?- Me dijo con la voz apagada y ronca por el llanto
-¿Pero como voy a poder hacerlo? No entienden a razones, solo se guían por su temor, como con nosotros. Igual que le pasó a aquel clan del remolino.
- El camino que quieres tomar no es fàcil, los humanos solo funcionan con miedo y violencia, parece que eso es lo único que saben hacer. Si quieres paz has de imponerla. Aunque eso es solo lo que yo creo, guíate por lo que corazón y mente te digan, pase lo que pase, hagas lo que hagas vamos a estar contigo. El clan te respalda, después de todo eres su futuro líder - Al decir eso mis ojos se volvieron a humedecer
- ¿Aunque haga cosas malas para llegar a mi meta?- Mi voz sonó mas lastimera de lo que querría.
- Esto és el mundo Shinobi hijo, aquí no existen los buenos y los malos, cada uno hace lo que es más beneficioso para su propia gente o si piensan en grande, para la humanidad misma
-Entiendo, antes no estaba de acuerdo en lo que voy a decir, pero en este caso creo... que el fin puede llegar a justificar los medios. No estamos hablando de competencia, o una misión, sino la paz mundial, si no lo entienden por las buenas, habrá que cambiar de táctica - Antes probablemente no pensaría así, pero los acontecimientos recientes me han obligado a cambiar de perspectiva, no se puede ser tan ingenuo siempre o te impones o te pisotean. Eso esta mas que claro. Un claro ejemplo son, como dije antes, los Uzumaki y nosotros mismos, no queríamos guerra con los demás, éramos pacíficos a pesar de ser poderosos ¿y que ganamos? Que nos maten. Esto no puede seguir así, ya es hora de actuar.
A partir de ahí empecé a entrenar más duro mi padre me enseñaba todo lo que podía con ayuda de los pergaminos sagrados y al acabar fui junto a los kitsune a mejorar mi Kekkei genkai.
Creo que aún no he explicado en que consiste.
Se trata de la habilidad de controlar los fuegos fatuos/Hitodama: técnicamente són las almas de los fallecidos en forma de llama (esferas azules o en ocasiones verdes con estela larga) hechas de la inflamación de las sustancias de seres vivos en putrefacción. Realmente estan por todas partes, aunque sobretodo en cementerios, lagos o también en bosques dado que la mayoría de ninjas mueren en estos. La gente fuera del clan no lo ven a menos que lo utilicemos o que sea de noche y el ser vivo acabe de morir.
La utilización del Kekkei genkai és como cuando se usa senjutsu, invoca los fuegos fatuos de alrededor cuál energia natural también pueden robar vida y convertirla en fuegos fatuos (obviamente el animal, humano, planta, etc. al que convierte en Hitodama muere)
No gasta mucha energía, y le suma una vida extra por vida que quita, es decir si convierte en Hitodama a 3 personas y le cortan la cabeza seguiria con vida, como si fueran comodines. En cambio si se le acaban y se la vuelven a cortar esta vez sí estaria muerta. És una habilidad que les hace inmortales pero no muchos lograron dominar esa técnica.
Tengo 20 años actualmente, pasaron 2 años desde el ataque y me he dedicado a aprenderla desde entonces. Tal como mi padre, lo conseguí. Además he estado perfeccionando lo que ya sabía de mis jutsus de tierra y fuego, añadiendo más a mi repertorio y mejoré mi kenjutsu, como buen samurai que se precie. Por ultimo entrené junto a mis invocaciones, mas adelante aparecerán.
Es hora de partir a las naciones elementales, estoy más que listo.
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¡Hola! Esta és mi segunda història y al igual que en la primera, el primer capítulo es corto para ver que tal va, agradecería mucho que comentarais que os está pareciendo y si hay algo en lo que mejorar, os leo!
PD: Byakuya en multimedia, es el personaje Aohitsugi Samatoki de hypnosis mic , es precioso shfgjh.
Att: Lucas