II: Esfuerzos Maternos

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Quien haya dicho alguna vez, que ser madre soltera, trabajar y estudiar, era fácil, no tuvo que pasar por nada de lo que paso ella después de la ausencia de Hisashi.

Antes de que Izuku naciera ella era estudiante en el área de Derecho, era su pasión, siempre creyó que no todo el mundo podía ser malo como Hisashi le pintaba. Prefería creer en las palabras de su mentora, Nana Shimura.

A pesar de que la tenía difícil, nunca se rindió. Aún embarazada continuó sus estudios, siempre con el apoyo de Nana y su sobrino, Yagui. Debido a que apenas estaba en el primer semestre de la carrera no podía empezar a trabajar en sus pasantias, donde podía conseguir dinero suficiente para pagar las cuentas, así que empezó a trabajar en la caja registradora de un Café, que para su buena suerte era muy recurrido.

Sus jefes eran buenos con ella y también le dieron el apoyo necesario para salir adelante con el embarazo, en especial el pequeño de tres años que era hijo de sus jefes.

Y luego, en medio de una clase y con ocho meses de embarazo, entró en labor de parto. Recuerda los gritos y la ambulancia, el recorrido al hospital y las constantes contracciones que le daban cada cierto tiempo y luego, pudo eschucar el llanto de un bebé, de su Bebé. No podría explicar la alegría y amor que sintio cuando tuvo a su bolita de amor en brazos. Era una sensación que solo llegan a sentir las mujeres al dar a luz. Ese lazo que no es visible, pero sabes que esta ahí, conectando su alma a la suya. Es ahí donde las mujeres sabemos que es el verdadero amor.

...

Despues de que su bebé naciera fuerte y sano, fue dada alta. No podía ir a la Universidad porque debía guardar reposo y mucho menos al trabajo. Eso no quitaba que su mentora y su sobrino se tomaran la libertad de ir a visitarle, Nana le daba clases privadas para que no se atrasara y Yagui le ayudaba con las demás materias y tareas, además de eso, le ayudaba en la crianza del pequeño Izuku.

Inko, sin saberlo, había empezado a sentir más que sólo amistad por el sobrino de su mentora. Y no podía sentirse culpable.

Yagui era un hombre cariñoso, atento, paciente, amable e ingenuo. Era guapo, mucho más que Hisashi, y era todo un caballero. Pero lo más importante, amaba a Izuku como un hijo, le llenaba de mimos, le enseño a caminar y estuvo ahí cuando Izuku dijo sus primeras palabras; que ella no pudo oír porque para ese entonces ya había comenzado a trabajar, mandándole un video de Izuku diciendo: Mam-Mamá.

Poco tiempo después, Izuku estaba en su cumpleaños número 4, y se encontraban todos celebrando dicha fecha. Habían pocos niños, el hijo de sus jefes - que ya tenía siete años -, y el de su mentora - 10 años -. Cuando Yagui, tímidamente le pidió permiso para poder cortejarla.

Inko jamás había vivido una experiencia como esa, ser cortejada. Sin embargo, debe admitir, que todo salió bien para ella y para su Bebé. Porque nueve años después, portaba una hermosa argolla de casados en su dedo. E Izuku por fin, podía decir que tenía un verdadero padre.

La vida por fin le sonreía, después de esfuerzos pudo conseguir su título y trabajar en el bufete de Abogados Todoroki, donde fue recomendada por Nana y Rei Todoroki. Encontró el amor después de años y su Izuku por fin se veía feliz de tener una figura paterna.

ESTHETIC - La belleza lo es todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora