Parte 3

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Joder, pienso. Cojo el móvil y respondo sin ganas:

-¿Si?

-¿Es usted... Jade Johnson?- Me dice una voz masculina.

-Eh... Sí, por?- Respondo intrigada.

-Ehem... Bueno, pues... Tengo que decirle que hemos hallado a su padre borracho e inconsciente en la calle con unas cuantas heridas. Ahora mismo esta en el hospital. ¿Quieres que mandemos a alguien para que te lleve a verlo? Está bastante grave.

-¡¿Qué!? ¡¿Otra vez?¡- No me lo puedo creer. Este hombre está loco. Puto alcohólico.

-Pues sí. Bueno, en fin, ¿qué opina?

- Bah. Sí, por favor.

-Ahora mismo viene mi compañero. Adiós.

-Adiós-. Cuelgo el teléfono. Estoy confusa.

Diez minutos después llega un tipo alto y fuerte y me lleva hasta el hospital. No dice nada, ni yo tampoco. Para qué. Me lleva hasta la habitación donde descansa mi padre, y al verme parece alegrarse.

-¡Jade, cariño! -grita.

- Oh, vamos. ¿Otra vez, papá? ¿Tenías que hacerlo? Mira la mierda en la que te has convertido.

-No me hables así. No sé por qué lo he hecho, lo siento, vale? -la rabia en su voz es evidente.

-Si, yo también siento que seas tan desgraciado-. Me giro y me marcho. Por qué. ¿Por qué a mi? ¿Por qué a él? ¿ Qué he hecho yo para merecerme esto? No lo entiendo. Le pido al hombre que me ha llevado hasta aquí que me devuelva a mi casa, y así lo hace. Al llegar ahí, me siento tan mal, que cojo una cuchilla y me hago unos cuantos cortes en la muñeca. No me hará más daño del que ya me estan haciendo todos. Me corto una vez más. Joder. Sienta tan jodidamente bien.


Es hora de decir adiós.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora