JERARQUIAS DIVINAS

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En el cielo existen muchas jerarquías perfectas que siguen el mando de dios, el decide cuando es necesaria la creación de nuevos ángeles para suplir a aquellos más viejos y cansados, porque si, los ángeles envejecen y se vuelven parte de la eternidad del cielo, entre las nubes, por eso el cielo es tan bello, infinito y etéreo.

Me toco nacer en una época llena de luz, un día en el cual el sol irradiaba intensamente que parecía que tocaría la tierra con su fulgor. Mis cabellos rubios y piel pálida hacen recordar a la fuerza del astro mayor cayendo sobre la tarde de mi nacimiento, dando paso a la noche en la que el cielo se llenó de mil brillos posándose en mi rostro formando pecas.

Mientras los ángeles se desarrollan plenamente durante su etapa "infantil" no tienen un objetivo específico, si no que deben cumplir varias funciones, por ejemplo, algunos hacen crecer las plantas, otros trabajan con la lluvia, o cuidan a los animales del mundo, además, ayudan a los ángeles viejos que son aquellos encargados de cuidar al mundo terrenal, así, para cuando les llega el turno de convertirse en guardianes puedan aplicar todos estos conocimientos a sus nuevas tareas y responsabilidades.

La misión en la tierra es asignada cuando un ángel cumple la edad celestial, que ronda entre los 12 años terrenales. Ahí es cuando recibimos nuestro nombre y se nos asigna un humano para cuidar su camino, ayudarlo en las dificultades, protegerlo y si lo necesita, corregirlo para que pueda llevar una vida de bien. Estoy tan emocionado pues pronto llegare a esa etapa, pero también algo asustado pues he escuchado algunos comentarios sobre mí.

Entre el reino de los Cielos se sabe que Dios a veces crea seres perfectos que tienen privilegios por parte de la mano del Señor, uno de estos privilegios es poder escoger al humano a quien se desee estar unido.

Ellos susurran que yo soy una creación perfecta, según porque fui dotado con alas blancas y tupidas, que al crecer se volvieron más grandes de lo que pensé que crecerían. Y antes de cumplir 10 años ya había desarrollado bastante mis nervios alados lo suficiente para volar con estabilidad. No lo niego, mi crecimiento fue muy rápido, solo que creí que era normal antes de notar que otros ángeles tenían problemas para hacer lo que yo a mi corta edad podía. Pero, aun siendo así, esos ángeles perfectos nacen cada uno en un millón.

Solo un poco antes había sido creado otro Ángel, un ser muy bello con cabellos rosados como las flores de cerezo, debido a que nació una primavera en la que abundaron los pétalos rosáceos como si de lluvia se tratara. Príncipe, le llamaban y vaya que le queda bien. - Creo que él es uno de esos seres, una de las creaciones perfectas de dios. Estoy muy seguro. Pronto cumplirá su edad y podrá convertirse en ángel guardián, y creo que ya ha elegido a su humano, pues lo sorprendí varias veces entre las nubes observando a un pequeño niño de cabellos negros. -

Hace un tiempo también comencé a observar a alguien mientras ayudaba a uno de los ángeles veteranos a cuidar los girasoles.

Es el niño más puro del mundo, y vaya que he visto cantidad de niños. Siempre con esa sonrisa en su rostro cuando canta y su energética forma de bailar con sus amigos en el parque, aunque esa felicidad solo dura mientras está fuera de casa. Con el tiempo ha cambiado, pues su familia no le presta atención. Su padre lo golpea cuando vuelve ebrio y por las noches llora mucho. Algunas veces huye de casa y su madre lo busca solo para reprenderlo. Ellos no ven su dolor por lo que se ha vuelto rebelde. Los insultos son su pan de cada día que lastiman y desgarran su corazón.

-Ojalá pudiera bajar y mostrarles lo que su corazón sufre. -

En ocasiones le mando brisas frescas por la tarde para limpiar sus lágrimas, o pequeñas lloviznas para hacerle saber que siento su dolor y que no está solo. Las veces que gira su rostro al cielo buscando una señal, ilusamente le he saludado en cada ocasión, aun sabiendo que no puede verme.

-Changbin, yo sé que eres un buen niño, lo veo desde aquí, aunque este lejos. Desearía poder elegirte, para ayudarte a sonreír. –

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