Las noticias no tardaron en recorrer todo Asgard, Loki había vuelto con compañeros de viaje bastante interesantes y gracias a ese acontecimiento todo se había vuelto fiesta. Tan pronto aquél hombre de color ojos miel, una piel perfecta pero rasgada con una cicatriz en su mejilla y cabellos castaños que ahora cubrían parte de su rostro debido a su barba se enteró, salió disparado hacia el castillo. En sus ojos se contenían lágrimas de frustración, emoción, impotencia, felicidad, estrés y alivio, todo un manojo de emociones que se plasmaban en el pecho de un hombre que nunca dudó ni por un segundo de su amor hacia el pequeño azabache. Entró gritando a los guardias, cuestionando en dónde se encontraba, a dónde lo habían llevado y cómo se encontraba, los guardias pidieron que fuera a verlo por sí mismo pues Loki ya no era el mismo. Fandral bufó pero se apuró a los aposentos del príncipe, sabía de memoria en dónde se encontraban.
Loki se encontraba en la que alguna vez fue su habitación de infante, no había cambiado, ni siquiera un poco en el aroma o la sensación que le generaba, era obra de Frigga se juraba seguro. En el estante de libros que siempre había cuidado cual tesoro encontró que aún estaba la ausencia de aquel libro que había llevado con él cuando decidió iniciar con su viaje, pues sí, el desplante de Odín fue planeado por Loki y hasta el momento nada estaba saliendo fuera de su control. Eso también lo incomodaba puesto que sabía que si un plan era ejecutado a la perfección había dos escenarios, uno en el que se había equivocado y algo andaba mal y otro en el que sus esfuerzos habían rendido frutos y elogiaban silenciosamente su intelecto. Estaba confiado, pero aún así, atento. De espaldas se podía ver su cabello negro algo largo, su figura alta y esbelta cubierta de sus típicos ropajes verdes y sus variaciones que escondían muy bien su bien trabajado cuerpo, no alertó la llegada de un tercero, en ese momento de soledad solo existía él y sus recuerdos.
Lo primero que los ojos de Fandral vislumbraron fue aquella preciosa figura que había soñado desesperadamente, en ese momento el castaño no pensaba con claridad pues por un momento, muy breve, olvidó las jerarquías que regían a los Asgardianos y por la espalda llegó hasta Loki envolviéndolo en sus brazos cual delicada criatura, su rostro terminó contra la espalda del menor y en ese momento el llanto no se hizo esperar para él.
— Mi príncipe... Mi señor... Mi Loki, ha regresado. —Murmuró a voz dulce y quebrada.
Para cuando Loki pudo advertir la presencia de un intruso en la que era su habitación, este "intruso" le sostenía con una fuerza acogedora y cálida. La inocencia de Loki le hizo bajar su guardia pensando por unos momentos que se trataba de él, sin embargo, cuando una voz grave y quebradiza sonó en la habitación su corazón se volcó con fuerza separándose inmediatamente de esos brazos sólo con intenciones de darse la vuelta.
— Fandral. ¡Fandral! —Loki llamó en un tono de desespero y emoción atreviéndose a ser él quien tomase al otro entre sus brazos y concluyera un abrazo que esperó, quizá demasiado, tiempo. — ¿Cómo... Cómo has estado todo este tiempo?
— Loki ya no suenas como antes. —Fue lo primero que el lloroso hombre profesó con una risotada reteniendo entre sus brazos la delgada figura del azabache.
— Claro que no, ya no soy un niño. —Aseguró sin atreverse a apartarse. — No has respondido mi pregunta.
— He estado bien... Estuve buscándote por mucho tiempo y justo cuando decidí volver tú también lo haces. —Se rió. — Necesitamos encontrar una mejor forma de comunicarnos. ¿Has hablado con Odín? ¿Con Thor?
— Para, para. Acabo de llegar y lo primero que me preguntas es esto. —Negó. — Quería verte, tengo mucho que contarte... Tengo mucho que decirte, pero primero... Escuché que estás comprometido. Felicidades. —Loki esbozó una sonrisa observando a los ojos amielados del hombre mayor. En uno de los puertos donde Loki se había parado antes de llegar a Asgard escuchó acerca de las noticias que traía consigo la ciudadela, gente un tanto ociosa que deseaba hablar de la vida de los guerreros, de prenombre como Fandral, y otros un tanto más famosos por su apariencia que por sus aptitudes.
Fandral no esperó aquella felicitación, no de parte de Loki y conforme veía al otro sus brazos se bajaban sin poder evitar el componer una mueca al momento de recibir esa clase de expresión por parte del azabache. — No es realmente algo que me haga muy feliz. Sabes bien que no. Pese a no habernos visto en todos estos años... Yo...
— No me quedaré mucho tiempo. Mis intenciones son de irme en un par de días mientras nos abastecemos. —Y antes de poder continuar una tercera figura interrumpió en la habitación y esta figura hizo que los ojos de Loki se abrieran con sorpresa, obligándole a sus más primitivos instintos nublarle el juicio y retroceder un paso apartándose de Fandral.
— Escuché que habías regresado. Yo también regresé. —La imperiosa voz de Thor se hizo presente en la habitación y como si fuese cosa hecha a propósito, Loki agachó su mirada reprendiéndose a sí mismo por ello. Thor había cambiado mucho en esos 8 años y por lo poco que pudo ver, cambió mucho más que él. Fandral fue el único de los dos que no bajó la mirada, sino que sonrió mirando a Thor y conforme el más alto avanzaba hacia ellos, Fandral se iba interponiendo ligeramente para quedar frente al rubio. — ¿Fandral? —Thor pensó que aquello sería un desafío, pues le bloqueaba el acceso hacia Loki y eso lo frustró, sin embargo, Fandral no escondía maldad en él. Abrazó fuertemente a Thor y eso descolocó al rubio.
— Mis príncipes volvieron a salvo. —Masculló apretando con la fuerza que no podía a Loki, a Thor y tras breves momentos de confusión Thor terminó por corresponder el abrazo relajando su expresión. — Volvimos a salvo. —Mencionó mirando ahora a Loki sobre el hombro de Fandral.
La impresión de Thor con respecto a Loki sobrepasó sus expectativas. Se había vuelto un hombre hecho y derecho, de porte elegante y justo a la clase de persona que siempre fue su hermano menor. Su pecho ardía con molestia al saber que hubo incontables batallas libradas por el azabache en las cuales el rubio no fue partícipe. Era un destino injusto pero que de alguna forma supo sobrellevar.
— Vaya Thor. Parece que viste un fantasma. —Loki rompió con el conmovedor momento esbozando una sonrisa cabrona en su rostro. — ¿Tanto he cambiado? La reacción de Fandral fue más atesorable. —Y omitió detalles ahí. El par de hombres se separó y ambos dirigieron la mirada hacia el más joven con una sonrisa cómplice. Hubo un intercambio de miradas entre el rubio y el castaño, una que Loki supo preveer, y para cuando el par pensó en lanzarse encima de Loki para aplastarlo, como solían hacer mucho cuando eran niños. Loki se abrió paso entre ellos al hacer uso de su teletransportación pasando en medio de ellos y terminando al otro lado de la habitación. La burla se dejaba ver en la expresión de Loki mientras negaba y rodaba los ojos, dándole la espalda al par siendo el primero en salir de su habitación.
— ¿Quieren ir a dar un paseo? Par de cavernícolas predecibles. —Bufó y el par no necesitó más ante esa ligera provocación. Lo siguieron como un par de perros emocionados por dar un paseo.
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Más que hermanos (ThorXLoki) Yaoi
Hayran KurguUna historia que describe lo cruel y ambicioso que puede ser el destino tratandose de la persona que se ama, una vez que se ama es imposible salvarse.