Me levanto de la cama, es aún temprano en la mañana y todo está oscuro. Me acerco a la ventana para encontrarme con el cielo que parece cubierto de estrellas, sonrío y camino a la cocina por mera inercia. Es un hábito, pienso en mi yo de hace unos años: Era el viento que temía a la rutina quería moverme sin dirección, sólo por instinto, por su puesto, en ocasiones me estrellaba con alguna roca, otras más, atravesaba las hojas de los árboles perdiéndome entre el verde de sus hojas.
En casa acostumbramos a tomar café a primera hora de la mañana, el día de hoy lo ha preparado Chanyeol que madrugó, tiene una junta en la empresa y está nervioso por lo que le puedan decir de su proyecto. Él está ahí cuando entro a la cocina, lo veo caminar de un lado a otro, mantiene una conversación consigo mismo que es todo gestos y muecas, ocasionalmente pasa una mano por sus cabellos revolviéndolos cada vez un poco más. Lo veo limpiar la cafetera mientras asiente así mismo.
Sonrío sólo de verlo, es uno de esos días en las que su naturaleza juguetona y bromista se hace a un lado para dejar a lado al músico apasionado, ese que quiere ser juzgado por lo que hace y no por cómo se mira. Ha estado tan ensimismado que sólo nota mi presencia cuando se encamina a su estudio, se sobresalta por encontrarme ahí.
—¿Dormiste bien, babe? — me pregunta mientras una de las comisuras de sus labios se levanta y un hoyuelo se forma en su mejilla.
—Mejor que tú, estoy segura—le digo en cuanto noto las ojeras debajo de sus ojos, más negras que de costumbre.
—Sólo lo necesario para recuperarme—dice insinuante, se acerca a mí y baja la cabeza para besar mi mejilla tan despacio que ese segundo se vuelve eterno.
Chanyeol es más alto que yo, mucho, su espalda es prominente y la manera en la que me ve en ese momento me hace querer deshacerme de nuevo en él. Supongo que me escucha suspirar y se hace hacia atrás para mirarme desde su altura.
Sus ojos me recuerdan las noches estrelladas y el aire fresco de la madrugada. Sí, Chanyeol es la tranquilidad de la noche, es el recuerdo de todas las escapadas nocturnas mientras maneja por carretera o en la ciudad con la música de fondo y el viento entrando por las ventanillas. Pienso que es extraña la manera en la que siempre terminamos en los asientos del auto y la manera en la que nos acostumbramos a ello.
Al principio era molesto encontrarlo de pie en la puerta de la habitación en el piso que compartimos. Apenas abría la puerta cuando él ya tenía la mano extendida, siempre llevaba café casi a modo de ofrenda, supongo que creía el detalle habría de aligerar mi molestia por haber sido interrumpida.
—Necesitas un poco de aire o terminaras por dejar sin teclas ese aparato.
En algunas ocasiones pensé en gritarle, decirle que no podía disponer de mi tiempo, ni yo del suyo. Chanyeol usaba una sudadera gris esa tarde cuando le dije que, que viviéramos juntos, no le daba derecho a entrometerse en mi vida y que, sobre, todo no desperdiciara su tiempo conmigo.
—Pasar el rato con una persona a la que quieres no es una pérdida de tiempo, T/N.
Chanyeol puso la bebida en mi mano y dio media vuelta. Yo me metí en la habitación de nuevo, meditando sus palabras. Siempre había creído que lo nuestro era más bien una cuestión de comodidad, era práctico tener alguien con quien dormir sin las complicaciones de una relación. Metí la laptop a mi bolso y tomé uno de los libros. La puerta de su estudio estaba cerrada, me debatía en entrar cuando escuché que algo se había caído. Nuca supe de que se trató, pero le dije que quien parecía necesitar el descanso era él.
Ninguno habló en el camino, sólo nos detuvimos hasta que ya no pudimos ver nada a nuestro alrededor. Chanyeol aparcó el carro y se bajó de él, se sentó en el cofre y cerró los ojos. Escuché mis pasos sobre la tierra, el aire alrededor y los insectos que salen en la noche, me senté a su lado, sin estar segura de lo que debía decir.
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Noche estrellada
FanfictionAU Espero no verlo de nuevo, ni que sus palabras se vuelvan estrellas. Pareja: Chanyeol X T/N X Suho Género: Angst-Confort