"Vuelve a mí, Incluso si este mundo desaparece.
Aunque deba esperar mil vidas, lo haré, sólo por ti.
Esta es mi eterna promesa, la cual ni el ser más poderoso logrará quebrantar.
Renace, amor".
Te amo, Jinyoung".
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El viento sopló con fuerza, los árboles parecieron llorar intensamente, gimiendo ante un poderoso individuo del cual temían. El tiempo estaba detenido, lo cual provocó algo extraño en la atmósfera, Jaebeom soltó un bufido al ver a Sang-je cruzando los brazos en el pecho y mirando al contrario como si de un pequeño niño problemático se tratara; incluso luchar resultó algo en vano, aquel poderoso ser jamás iba a cambiar su percepción sobre él.
Por otro lado, la figura de Paritegi se alzó desde la parte menos iluminada de la cocina— ¿Qué haces aquí? No eres bienvenida y lo sabes...— exclamó el gumiho, el cual no soportaba a la deidad. De mala forma tomó un vaso y vertió agua en él, al mismo tiempo que intentó ignorar a los seres frente celestiales; su mala relación con Sang-je y el desprecio hacia la diosa colmaron la paciencia de Lim. Los dioses no se mezclan con humanos por placer ¿Qué motivó de la visita de los extraños?
— ¿Qué haces aquí emperador? — expresó el gumiho, para luego chasquear la lengua.
— ¿Es así cómo te refieres a tu padre?
— ¿Padre? ¿De verdad eres uno? Excelencia...— apretó la mandíbula con fuerza.
— He venido por ti ¿No comprendes la noción de control? Aquel humano será tu perdición— indicó frunciendo el ceño.
— ¿A qué te refieres? — inquirió Jaebeom
— ¡Emperador! — clamó Paritegi.
— ¡Las mujeres no tienen permiso de hablar! — los ojos de la fémina se tornaron amarillos.
— Soy una madre ¿Crees que temo a tus amenazas? — reveló la deidad.
— ¡No te atrevas! O tu vástago pagará las consecuencias— Paritegi lanzó un gruñido.
— ¡¿De qué mierda hablan?!— clamó Lim.
— Jinyoung es mi hijo, hace mucho tuve que renunciar a él. Fue la única de salvar su vida— enunció colérica, mientras apuntó al emperador.
— ¡¿QUÉ?! E-Eso quiere decir...— Lim palideció ¡¿La madre de Jin?!
— Tocas un cabello de mi Jinnie y te cortaré la polla...— sentenció sin miedo.
— ¡No puedes insultar al hijo del emperador celestial!
— ¡¿De verdad?! Le aseguro "Alteza" que no estaríamos en estas condiciones si usted hubiera derrotado al engendro de Yeomna ¿Recuerda? — la deidad hizo una mueca.
— ¿Qué tiene que esa rata del inframundo? — formuló curioso el gumiho.
— Escucha, Jaebeom...— Paritegi soltó un bufido— Cuando Sang-je configuró tu existencia hizo que gran parte de su poder fuera albergado en ti, lo que te volvió inmortal e invencible, sin embargo, si alguien logra controlar la fortaleza y alma del gumiho celestial tendrá la llave para derrotar al emperador, sumergiendo al mundo en la oscuridad— Lim alzó una ceja frente a la declaración.
