*Benedikt*
—Estaremos en contacto señor Vólkov —me dirijo hacia el hombre frente a mí, quién está interesado en traer su caballo para una próxima carrera que se llevará a cabo en mi hipódromo.
—Estoy muy emocionado con este nuevo negocio Jóven Kent, espero su respuesta pronto —asiento y sale de mi oficina.
Hoy ha sido un día muy ocupado, quisiera solo largarme a mi casa y dormir. Tomo un cigarrillo que tengo en mi escritorio; hace mucho tiempo que no fumo, luego de que aquella mujer y yo terminamos, dejé de fumar y también muchos vicios más, así que ahora solo lo hago para desestresarme.
Doy una calada y mientras suelto el humo escucho un quejido que logra retumbrar las paredes de mi oficina, siento un dolor en mi pecho y salgo corriendo hacia el establo donde ese encuentra "Trueno" tirado en el pasto, rápido me agacho hacia él, no se que carajos hacer, así que le hablo intentando calmarlo pasando mis manos sobre su cara.
Mi padre —si se le puede llamar así— me regaló a Trueno cuando cumplí cinco años, es mi caballo favorito desde entonces, cuando lo ví por primera vez supe que cuando fuera grande tendría mi propio hipódromo, dónde Trueno pudiera participar en las carreras. Mi pasión por cabalgar empezó cuando mi madre acostumbraba ver carreras de caballos, en un hipódromo que se localizaba cerca de nuestra casa y siempre me llevaba con ella.
—Estarás bien mi pequeño Trueno, vamos, quédate hasta el final —suelto en un sollozo—, solo tú y yo contra el mundo ¿recuerdas? —siento como una lágrima baja por mi mejilla y me limpio rápidamente, solo escucho sus quejidos de dolor, el hecho de que esté en este estado me pone mal.
Llamo al veterinario y no duda en responder de inmediato, le explico la situación y antes de colgar me dice que tardará 10 minutos para llegar al establo, no medí mi ira y exigí que se apresurara.
Los diez minutos más largos de mi vida y mientras mi caballo sigue tirado en el suelo, cada segundo que pasa siento que lo pierdo poco a poco, giro la mirada por quita vez hacia atrás y al fin veo el hombre con su vata blanca entrar por la gran puerta del establo.
—¿Cuánto tiempo lleva así? —es lo primero que pregunta el veterinario para luego revisar las pulsasiones de mi caballo.
—Casi media hora, ¿por qué tardaste tanto? mi caballo está muriendo y sabes lo que significa Trueno para mí, mientras tú te estás gastando todo el puto dinero que te doy para que lo mantengas en revisión siempre. —hablo molesto.
—Lo-Lo lamentó joven Benedikt, si-si me deja atenderlo lo podré mantener a salvo —balbucea nervioso —, pero con la presión que usted me dispone no puedo conce...—lo interrumpo.
Está tardando demasiado en actuar y paciencia es algo que no tengo en lo más mínimo.
—No puedes ni hablar bien, no sé en qué estaba pensando cuando te contraté. —me levanto del suelo y hago que se ponga de pie también —escúchame bien —tomo su cuello, saco el arma que se encuentra a un lado de mi pantalón y apunto su cabeza —si ese caballo que estás viendo ahí —señalo y él lo mira —llega a morir, te juro que tú le vas a hacer compañía, así que es mejor que vayas haciendo un maldito milagro o si no, te mueres.
Fue mi última palabra para luego salir del establo, estaba muy alterado y con miedo de perder a lo que más aprecio. Salir a cabalgar con Trueno me ayuda a sobrellevar la mierda de vida que tengo. Llevo otro cigarrarillo a mis labios, no había fumado dos veces el mismo día.
Mientras veo a otros de mis caballos correr, giro la mirada al observar el veterinario saliendo del establo, habían pasado más de dos horas luego de que lo dejé solo con Trueno.
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Wish Dark
Dla nastolatków¿Sexo, placer o deseo? ¿Cuál elegirías tu? Elijamos, deseo. Un deseo oscuro que te atará a una persona, una persona común y corriente, pero ahí es donde obtenemos ese pequeño error, esa típica persona que le llamamos común y corriente, no es común y...