III: Secundaria

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Secundaria, la peor etapa que había podido vivir fue esa. Si pudiera decir algo bueno de su Adolescencia sería el Sr Toshinori, que dejó de ser eso para convertirse en su padre. Definitivamente era lo único bueno que le había pasado en ese tiempo.

Probablemente te preguntes. ¿Que pudo haber pasado para pensar algo así? Bueno, cuando vives en un mundo donde no eres, estéticamente perfecto, todo está mal.

Su antes menudo cuerpo había empezado a cambiar, se veía más alto, pero junto con ello se había vuelto también, más gordo. El nunca había sido acomplejado, pero cuando eres el blanco de las burlas olvidas tu propia belleza interior.

Su cuerpo había pasado de ser bonito, a ser un gran asco. Una cara llena granos, unos lentes de marco grande debido a sus problemas de la vista, una voz repugnante, y un cuerpo que con cada día que pasaba se volvía cada vez más y más gordo y grasoso. Era una mierda, su vida lo era. Aún así, mantuvo su mente centrada en estudiar y ser el mejor, porque si quería estudiar Derecho como sus padres y estar a su altura debía dar lo mejor de sí mismo.

Pero sin importar cuanto ignorara los comentarios de los demás estos se enfrascaban en hacerle la vida imposible.

Cuando por fin le habían dejado la vida en paz por no tener padre, empiezan a molestarle por su físico.

Por más que su vida era una mierda rotunda, no le decía nada a sus padres, no quería preocuparlos, así que sonreía, ponía una cara feliz y ante todo lo que preguntara el siempre respondía: todo esta bien

Su madre había tenido una vida dura cuidándolo a él y tratando de salir adelante como para que él venga a darle preocupaciónes por tonterías como esa.

O al menos, él pensaba que eran tonterías

...

La época de su adolescencia le trajo cosa malas, si. Pero también cosas buenas, y una de ellas era la convivencia en familia, ya que su madre apesar de ser una abogada con una vida ocupada, siempre sacaba tiempo para estar con su familia. Aunque no lo demostrará, Inko se preocupaba, sabía la situación que estaba pasando su hijo, pero no quería agobiar lo, así que trataba de pasar tiempo con él para que tuviera la confianza de contarle sus problemas.

Yagui, apesar de no ser su padre de sangre estuvo a su lado desde que era un bebé, y muy en el fondo siempre quiso que ese amable señor fuese su padre. Él era un gran padre y hombre, siempre cuidaba de ellos, junto a su madre llevaban el pan a la mesa, le ayudaba a él con sus tareas y le consentia en todo. También iba a las demostraciónes de padres en el día del padre, contándole a sus compañeros su trabajo como justiciero.

Era feliz con su familia, mucho. Ellos eran su todo, hacían que todo lo que sucedía en la secundaria quedará en segundo plano.

ESTHETIC - La belleza lo es todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora