Después de la batalla

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Este fue, sin duda, el peor día de Reiner.

Si bien había pasado por muchas cosas, no creía que llegaría un día peor que el día cuando Marcel fue devorado por un titan. El destino, al parecer, tenía un sentido de humor cruel.

Lo que lo hizo aún más terrible fue que no pudo recordar la mayor parte del día. Lo ultimo que recordaba claramente era separarse de Berthold, y luego, nada. Nada más que fragmentos dispersos a los que no podía encontrarle sentido.

Cuando volvio en sí, estaba en su forma de Titan, tendido en el suelo en medio de la ruinas de Shiganshina. No tenía una idea de cómo había llegado ahí y no entendía por qué no había nadie mas cerca.

Después de ponerse de pie, vio a Berthold en su forma de Titan dirigiéndose hacia el muro, Reiner aún así no pudo evitar sentir que se estaba perdiendo algo.

Después de escuchar a Eren rugir en algún lugar del distrito, Reiner comenzó a dirigirse en la misma dirección que Berthold para ayudarlo. Si bien no estaba seguro de lo que estaba pasando, sí sabía que podían capturar a Eren, la victoria sería de ellos.

Después de que Eren rugiera por segunda vez, Reiner tuvo un mal presentimiento. Miró alrededor de las piernas de Berthold, tratando de localizar a Eren, pero no pudo.

Y entonces ocurrió lo impensable. Ocurrió tan rápido que Reiner nunca pudo decir con certeza qué sucedió. En un momento, Berthold estaba de pie alto y fuerte, al momento siguiente estaba cayendo.

Reiner estaba en shock. ¿Como fue posible que Berthold, el Titan Colosal, el dios de la destrucción, cayera? Eso tuvo que ser un error.

Reiner estaba tan artudido que se dio cuenta demasiado tarde de que debía alejarse de Berthold antes de tocar el suelo.

Cuando Berthold se estrelló contra el suelo, el impacto sacudió a todo el distrito y se lanzaron miles de escombros al aire.

Cuando la cabeza de Berthold golpeó el suelo, envió los restos de varias casas volando, y algunas de ellas se estrellaron contra Reiner, enviándolo a deslizarse hacia atrás y enterrarlo bajo una pila de escombros. La repentina colisión lo dejó inconsciente de nuevo durante unos minutos.

Cuando se recuperó, le tomó un momento salir de los escombros, que lo tenían aplastado.

 Despúes de liberarse, notó que el Titan de Berthold se había ido, aparte de algunos incendios cercanos, el distrito estaba inquietanmente silencioso.

Reiner se sintió abrumado por el miedo y comenzó a recorrer las calles en ruinas, tratando de averiguar qué le había sucedido a Berthold.

 Mientras daba vuelta a la última esquina, Reiner vio una escena que lo perseguiría por el resto de su vida.

Sus ojos se agrandaron. "¿Ese es ... Armin?"

El Titan recogió a la única persona, y aunque estaba demasiado lejos para saber quien era, tan pronto como la persona comenzó a gritar, Reiner supo que la persona a punto de ser devorada era Berthold.

Reiner se comenzó a gritar a sí mismo para que comenzara a correr y salvar a su amigo. Pero se encontró incapaz de moverse, lleno de horror y desesperación. No importa lo rápido que fuera, sabía que estaba demasiado lejos para detenerlo. Otro amigo suyo estaba a punto de morir y no había nada que hacer al respecto.

Reiner fue incapaz de distinguir la mayoría de los gritos de Berthold con claridad, pero captó sus ultimas palabras.

"¡REINER! ¡ANNIE!"

Segunda Oportunidad | SNKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora