Con que te vas a interponer en mi camino- comentó el peli rosa haciendo tronar sus dedos al mismo tiempo que una gran sonrisa se dibujaba en sus labios. Al contrario de lo que su ceño fruncido y su mirada con expresión de furia reflejaba.
Claramente...
(Los sucesos que sean iguales que en el anime nobsera narrados de nuevo a menos que haya cambios)
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La blonda caminaba hacía donde la batalla entre los dragon slayers se había tomado acabo, lo había estado observando todo desde que Juvia casi le suplicó que no matara a los magos de Fairy tail por distintos factores. Ella y la maga de agua, juntas caminaban hacia el derrotado Gajeel el cual estaba tumbado boca arriba mirando de manera un tanto pensantiva al cielo.
- Parece que has sido humillado Gajeelcito - dijo con cierto tono burlón la rubia hacercandose junto a la maga de agua.
- Ese Salamander es mucho más fuerte de lo que parece - comentó con frunciendo su ceño notablemente el dragon salyer del hierro mientras entre cerraba sus ojos demostrando que estaba claramente molesto por su derrota.
- Entonces admites que es más fuerte que tu - dijo de manera un tanto soberbia la chica de rubios cabellos entre cerrando sus ojos mirando de manera interrogatoria y un tanto burlona.
- ¡Ese idiota solo tuvo suerte! - exclamó molesto el peli negro sentandose rapidamente para así mirar con su ceño fruncido y ojos blancos hacia ambas chicas.
- La suerte no creo que haya afectado Gajeel-kun - dijo Juvia entre cerrando sus ojos. La peli azul ladeo levemente la cabeza.
- ¡Hay no! ¡Tu tambien ni Juvia! ¡Ya tengo suficiente con una princesa amargada tocapelotas! - saltó Gajeel mirando de manera fulminante a la maga de agua y a la rubia de ojos achocolatados.
- Quejica - suspiró la rubia con cierto tono melancolico.
Aquel tono melancolico era bastante extraño en la rubia, una maga que nunca demostraba su debilidad hasta el punto en el cual tan solo el maestro, Juvia y Gajeel en el gremio sabían de su estado. Y aún así solo la habían visto realmente triste unas pocas ocasiones, tan pocas que se podrían contar son los dedos de una mano.
— ¿Qué te pasa Lucy? — preguntó con seriedad el peli negro mirando por encima del hombro a la rubia la cual simplemente suspiró con agotamiento.
— Me llamaste Lucy, en verdad te has puesto serio ¿Cierto? — indicó la rubia bajando levemente su cabeza entre cerrando sus ojos mientras una pequeña sonrisa sulce se dibujaba en sus labios.
Juvia colocó su mano en el hombro de la maga celestia sirviendo cómo una especie de apoyo para la chica de ojos achocolatados la cual apoyó su mano sobre la de la peli azul manteniendo esa expresión melancolica.
