𝟣𝟥🌊𝒩𝓊𝑒𝓋𝒶 𝓋𝒾𝒹𝒶.

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Mis nervios incrementaban cada vez más. Me sentía terriblemente mal y angustiada, ya que todo en mi vida poco a poco comenzaba a derrumbarse en todos los aspectos, lo único bueno que sucedía en ella, era la llegada de Bruno y un poco la de Eloy, pues con ellos comenzaba a introducirme a una nueva vida, y, ahora que sabía que pronto conocería aquel lugar, me emocionaba un poco, pero también era consciente que con cada paso que daba a este nuevo camino, era un paso más a dejar mi vieja vida, y eso me hacía sentir fatal, porque los estaba dejando atrás a todas las personas que alguna vez me provocaron una sonrisa, una oportunidad y su amor, y olvidarlos sólo significaba ser una mala persona. Y eso me aterraba.

Por eso, cuando Eloy aceptó mi condición, me ofreció quedarme aquí a dormir, y al no tener mi celular en la mano, no me podía comunicar con mi familia. Sin embargo, a la vez aquello me alegraba un poco, ya que sabía que con cada hora que transcurría, el castigo era más pesado, por eso me quedaría aquí hasta la luna roja, y después, volvería a enfrentar lo que sucedería. Sabía que también era una mala opción, pues mi familia estaría preocupada porque desaparecí, pero lo bueno era que estaba en buenas manos, o eso quería creer.

La puerta de la habitación en donde estaba se abrió el cuarto en donde antes se hospedaba Marina, y de forma instantánea me limpié las lágrimas que bajaban por mis mejillas, pero, a pesar de eso, que había tratado de esconderlas de los demás, sabía que la persona que había entrado, se había dado cuenta de mi tristeza, y eso me hacía sentir incómoda.

¿Te encuentras bien, Alanney? cuestionó Bruno con voz calmada, hincándose frente a mí para tratar de verme a los ojos, ya que mi vista estaba en el suelo, pero aparté la mirada para evitarlo, y él soltó un suspiro cansado. Te vi muy triste en la comida.

Y ahora yo fui la que solté un suspiro, y limpié las pocas lágrimas que había en mis mejillas y dirigí mi mirada hacia él, negando con la cabeza, contestando a su pregunta; porque, aunque quisiera ocultarlo para que Eloy no diera sus discursos, era cierto que, no podía olvidar todo mi mundo en unas pocas horas.

Siento que todo se me ha ido de las manos confesé limpiando una vez más mis lágrimas, mientras mi mirada se enfocaba en la ventana del lugar que daba hacia el mar, dándome paz. Siento que estoy perdida.

¿Por qué dices eso? preguntó Bruno, colocando sus manos en las mías para sostenerlas y estrechar de estas, brindándome apoyo, mientras sentía su mirada penetrante en mí.

Mis maestros no creen que soy suficiente para la carrera, mis padres no confían en mí, mis amigos ya no me hablan y mi novio..., ya ni siquiera sé si tengo uno solté, volviendo a repetir las palabras que había dicho en la tarde, pero ahora solamente a Bruno, en espera que este me calmara y no me dijera lo mismo que Eloy, que él si me entendiera y me diera paz, porque a pesar de todo, de esta gente que había cambiado mi vida, sólo Bruno me daba paz y confianza. Siento que he perdido todo lo que amaba y me hacía feliz. Me siento recaída y sin ansias de seguir en la vida.

Una lágrima, dos lágrimas y varias lágrimas comenzaron a bajar, mi vista se nublo y las limpie con rapidez, esperando que él dijera algo, unas palabras, que me brindara paz en este momento, sin embargo, el hombre frente a mí me miraba atónico, sin saber que decir o cómo actuar, pero a la vez se miraba comprensivo y angustiado por mí.

No sé qué decir aclaró soltando mis manos y parándose de forma recta, haciendo que alzara la mirada hacia él, y este acariciara su barbilla pensativo—. Nunca había pasado algo así.

Solté un bufido y froté mi rostro con mis manos, cansada, ya que era claro que me diría algo así. No sabía que estaba esperando con exactitud, ya que era lógico que él no había pasado por esto, porque él vivía y venía de un mundo diferente al mío, tal vez perfecto mientras que yo...

2 | 𝐸𝓃 𝑒𝓁 𝒶𝒷𝒾𝓈𝓂𝑜 𝒹𝑒𝓁 𝑜𝒸é𝒶𝓃𝑜.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora