Capitulo 9 : La princesa, la asistente, y el comerciante

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Notas:

"Habla normal"

'Pensamiento'

(Magia silenciosa)

[Magia normal]

{Cambio de ubicación, hora o punto de vista}

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Capítulo 9: La princesa, el asistente y el comerciante

Hilma selló la última carta que acaba terminar de escribir. El sol desapareció del horizonte hace unas horas y la luna ya estaba en el cielo.

Ató las siete letras y las puso dentro de una caja de madera, antes de sellarla. Luego se la llevo a la figura fantasmal que estaba junto a su escritorio. El no-muerto no habló, simplemente agarro la caja y se fue después de volverse invisible.

Hilma suspiró profundamente y se estiro en su silla. Han pasado tres meses desde la adquisición de Satoru. Ella habia estado muy ocupada desde entonces. Por la mañana trabajaba en su tienda, por la tarde y por la noche manejaba Seven Hands.

El primer mes fue un desastre. La violenta y repentina toma de posesión de Satoru dejó algunas cicatrices en la organización. Se perdieron algunos cabos sueltos y por un tiempo pareció que toda la organización colapsaría. Afortunadamente, se las arregló para mantenerla unida. El éxito no se debió en pequeña parte al miedo y el terror que la figura inspiró en los lideres de Seven Hands. Una simple mención del lanzador de magia no-muerto fue suficiente para silenciar cualquier protesta y obligar a cualquiera a trabajar tan duro como pudiera.

La propia Hilma estaba avergonzada de admitir que no estaba segura de qué hacer después que se revelara la verdadera naturaleza de Satoru. Por supuesto, habia escuchado rumores sobre el odio que los no-muertos tenían por los vivos. Pocos días fueron suficientes para que todas sus dudas la dejaran. Satoru fue tan amable e inspirador como antes de la revelación.

Ha sido fácil para ella ignorar el hecho de que él era un no-muerto. Después de todos sus años con Eight Fingers, aprendió cómo no debería confiar en nada de lo que alguien le dijera antes de verificarlo.

Los rumores sobre el odio de los no-muertos por los vivos probablemente eran ciertos, pero por supuesto habían excepciones. Tal vez era un instinto interno que tenían y dado que la mayoría de los no-muertos eran simplemente insensatos, actuaban solo por instinto. Era muy razonable pensar que los no-muertos inteligentes y consientes de sí mismos fueran capaces de controlar sus instintos. Hilma no tenía ninguna duda de que Satoru era uno de esos pocos.

No tenía ninguna razón para perdonarla. Podría haberse hecho cargo de la organización solo con poder. No la necesitaba, sino que le dio lo que ella siempre quiso y más. Ahora era la líder suprema de una organización que poseía la mitad del poder de una nación. Ella estaba feliz con su vida. Sabia como se sentía estar en paz consigo misma. Satoru fue quien le dio todo esto y ella nunca podría pagarle.

Sacudiendo la cabeza como para dejar ese hilo de pensamiento, Hilma obligó a su mente a volver a asuntos más urgentes. Era cierto que sé que se habia evitado la crisis interna, pero aun quedaba mucho por hacer si quería lograr su objetivo de cambiar para siempre la organización que alguna vez se conoció como Eight Fingers.

Ella pensó mucho en eso, lo que ella quería que Seven Hands fuera. Por supuesto, le preguntó a Satoru al respecto, pero él fue muy vago en su respuesta. La dejo con casi total dominio sobre eso, otra señal de que confiaba mucho en ella en la mente de Hilma.

Después de muchas semanas, finalmente se le ocurrió un plan para remodelar la organización. Toda organización necesitaba un objetivo o algo en lo que aspirar. Decidió que Seven Hands se centraría alrededor de la figura de Satoru. Sus metas serian sus prioridades. Normalmente, este seria un plan peligroso. Normalmente, tal organización colapsaría en grupos más pequeños tan pronto como la persona central muriera, pero la naturaleza única de Satoru transformó una gran debilidad en su mayor fortaleza.

Overlord: La Bruja y El HechiceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora