𝘿𝙊𝙒𝙊𝙊𝙑𝙀𝙍𝙎𝙀 | En la obra escolar a Doyoung le tocaba hacer el personaje de un conejo, pero Jungwoo le veía más cara de ser un príncipe.
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"¡Maestra! No encuentro mi zapato", "maestra, ese niño de allá me golpeó", "maestra, ¿me da permiso de ir al baño?", "maestra, mi ropa se rompió".
No llevaban siquiera más de 20 minutos en el teatro y ya todo era un total caos. Usualmente entre la maestra y su ayudante lidiaban con todos los niños, pero justo ese día Jihan se había sentido algo mal. A Haseul le estaba comenzando a doler su cabeza.
— Bien, ¡niños tranquilos!
Alejado de todo el caos, en un espacio del teatro, estaba el pequeño Doyoung, cantando alegremente una de las canciones que su madre solía poner cuando hacían los deberes. Bailaba con emoción cuando varias cajas se cayeron, por automático dejó de bailar y se acercó a arreglarlas como estaban.
Casi estaban otra vez en su lugar, sin embargo, se asustó al ver que una se había movido sola. Temblando levemente la empujó con su pie. No pasó nada. Un pequeño puchero apareció en sus labios, no entendía, probablemente vio mal o algo así.
— ¡Ah-Choo!
Doyoung gritó por la repentina aparición, Jungwoo había salido de la caja.
— ¡No hagas eso!
El pelirubio río, divertido de la situación. Abrazando al mayor, quien ahora estaba en el suelo, con él encima suyo.
— Deberíamos de practicar para la obra –Woo puso sus labios en forma de piquito, amenazando con darle un beso a Doyoung–.
— ¡Ah! No, ¡no! –con cuidado de no hacerle daño, empujó al chico de ahí, quitándoselo de encima y levantándose del suelo–.
— ¿Por qué no? –fingió estar triste–.
— Porque para comenzar, la obra es sobre una granja, no sobre la princesa y el sapo–.
— Uhm, no lo sé –se acercó con una sonrisa en su rostro y tomó las mejillas de el mayor–. No pareces ser un conejo, tienes más cara de príncipe –nuevamente intentó darle un beso–.
— ¡Existe el consentimiento! –Doyoung salió corriendo–.
— ¡Uno no afectara en nada! –Jungwoo fue detrás de él, perdiendo en el camino sus orejitas de rana–.
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