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Algunas personas se quedan rotas. Algunas otras recogen sus partes y las vuelven a unir con todos los filos hacia afuera.

En este caso, Yuta era algo parecido a eso último, lo conocí una noche de un frío invierno, los reflectores apuntaban hacia el escenario, su cabello rubio hacía juego con sus cejas.

Era hermoso, él no cantaba para el público, cantaba para sí mismo, le lloraba al futuro incierto y maldecía el presente que cada vez lo hacía recordar que tenía que mirar adelante porque el pasado ya no era una opción. Cantaba a la realidad, le cantaba a sus sueños y se esforzaba en cada uno de ellos para que al final del día al menos fuera capaz de decirse: "Estoy avanzando."

Éramos polos opuestos que se atraían y que incontables veces se repelían, lo conocí aquella noche, con los bolsillos llenos de esperanza y determinación.

Una determinación que envidiaba y una vida a la que no podía pertenecer.

La vida es una obra teatral que no importa cuánto haya durado, sino lo bien que haya sido representada, Mark.— comentaste un viernes por la noche cuando me miraste con tus pupilas dilatadas y te negabas a ver un mundo sin mi.

Estabas enamorado, por supuesto que, yo también lo estaba de ti, nuestro primer beso fue atrás del escenario. No te conocía, yo estaba con amigos y tú te escabulliste para llevarme a la parte trasera y decirme que era el chico más bonito de la noche.

Poco después cambiaste esa frase y dijiste que era el chico más hermoso de tu vida.

Sonreí, ¿por qué tenías que ser tan tierno?

No podíamos estar tanto tiempo juntos, las historias de amor trágicas siempre terminan con una pérdida y lamentablemente nosotros no estábamos dispuestos a perdernos.

Pero si miro atrás, creo que lo mejor hubiera sido que nuestros caminos jamás se hubieran cruzado.

Un productor había encontrado a la banda, firmaron un contrato y cada vez iban siendo más reconocidos, el costo de la fama conllevaba muchas cosas, el olvido por ejemplo.

Era la banda exacta en el momento exacto, era la voz que movía a una multitud entera y los hacía replantearse sobre lo cruda que era la vida. Lo admiraba, ese coraje para sacar adelante un proyecto dejando atrás todo lo que en algún momento le hizo daño, a él no le importaba ser sincero. Esas eran sus bases, si algo no le gustaba lo decía, sí quería cambiar algo entonces lo hacía, me quería y eso jamás lo pudo cambiar.

Nos necesitábamos, no podíamos estar lejos sin querer rompernos a llorar por la ausencia del otro, decidí dejar la universidad y seguirlo a cualquier parte que fuera, nos divertimos y muchas otra veces también peleábamos. Éramos dos niños que crecieron muy rápido y que tuvieron que madurar para asegurarse la supervivencia en una sociedad que parecía demasiado perdida en drogas y alcohol.

Quisiera decir que ese no fue nuestro caso pero vaya que nos perdimos poco a poco.

Yuta tuvo problemas con la cocaína, los chicos de la banda habían pausado la agenda debido a que todos estaban bastante mal como para siquiera subir a un escenario sin caerse en el proceso.

Eran recipientes enteros de cocaína, botellas interminables de vodka las que se encontraban tiradas en el piso del pequeño cuarto que compartíamos. Recuerdo que le gustaba escribir letras en cartones vacíos de pizza, a la mañana siguiente esa se convertía en una nueva canción que seguro tendría éxito.

Diciembre llegó y tú no estabas en la cama conmigo, Johnny tocó la puerta e inmediatamente entendí lo que pasaba. Te habías marchado.

"Cuando te encontré...supe que te amaba tanto, que no podía condenarte a estar conmigo, así que te dejé ir."

destruction ┊yumark  ᬉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora