Capítulo 13. Es importante

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- Es el calor – la sienta – Estás toda pálida

- Estaré bien Angie – le resta importancia – Me está pasando algo seguido esto, tengo que tomarme unos días de la empresa y de todo lo que me estresa

- Te traje agua fría – se acerca Vicky – Casi te desmayas en la cocina, mejor dale un sorbo – se lo deja en la mesa

- Estás segura que es el estrés? – masajea sus hombros – Bueno de que los tienes tensos, pues los tienes hija

- Si – toma de su agua – No hace tanto fui a mi chequeo médico, en los exámenes no salió nada fuera de lo normal, cáncer de seno afortunadamente no tengo, de útero pues tampoco – sonríe leve – Estoy sana, no se preocupe, capaz y si fue el calor

- Le llamó a Luís? – pregunta Vicky algo preocupada

- No es necesario, ya se me va a pasar – se endereza – Ahorita les sigo ayudando

- Ni pensar! – niega – Te me quedas aquí sentada bajo la atenta mirada de Vicky – ordena – Yo terminaré con lo que nos queda, lo guardaré en el refrigerador porque seguro la carne aún va a tardar – se regresa a la cocina

- Segura que no quieres que lo llame? – se sienta frente a ella

- Estoy bien – ríe – Ya debo de tener hasta un mejor colorcito en mi rostro

- Oye... – suspira – No es que yo sea metiche – aclara – Pero la última vez que tu hermana apareció aquí... pues escuche algo

- Vicky... – juega con sus dedos – No puedo tener bebés, aún no suspendí mis pastillas porque... – humedece sus labios – Me conozco, al mínimo retraso o mareo que sienta... mi cabeza se va armar una historia bien espectacular de cómo vencí ese 2% – sonríe leve – Pero no va a ser así

- Pero y si ya lo venciste? A leguas se nota que quieres ser mamá – dice obvia – Y si ya lo eres?

- Te voy a confesar algo... – estira la mano a ella

- Ya lo sabes y nada más te estás haciendo pendeja verdad? – la toma

- No – ríe – La primera vez que me sentí mamá... fue cuando andábamos planeando aquí sus cuartos – admite – La segunda cuando prácticamente te obligue a que me dejarás cuidar de ti ese día que te enfermaste – la observa con ternura – La tercera pues... cada que los llevo al colegio y bueno ayer también... cuando decidiste abrirte conmigo

- Altagracia... – baja la mirada

- Yo sé – asiente – Los tres tienen a su mamá biológica – acaricia leve su mano – Y no planeó sustituirla, si se quedan con nosotros para siempre o no – limpia la pequeña lágrima que había escapado – Podré decir que sé exactamente lo que se siente ser mamá – sonríe – Y se los debo a ustedes, siempre les estaré agradecida por eso

- Pero si nos terminamos yendo... – traga el nudo en su garganta – Ya no te podrás sentir así

- Lo sé – asiente – Pero me quedarán bonitos recuerdos no? – le quita un mechón del rostro

- Si aunque igual no se me hace justo – la encara – Ustedes son muy buenas personas y siendo sincera... aquí fue la primera vez que me sentí protegida – suelta su mano para poder limpiar sus propias lágrimas – Perdón...

- No... – dice en un tono dulce – Ven aquí, ahora si necesitas un abrazo

- Odio llorar, neta – se cambia a la silla que estaba a su lado

- Somos dos – ríe abrazandola – Pero no importa, no se lo vamos a decir a nadie – soba su espalda

‐ Tengo miedo... no quiero olvidar a mi mamá – la abraza – Pero tampoco quiero que me siga lastimando

Por Casualidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora