Capítulo 8

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Se sentó sobre la cama, un ojo abierto y el otro aún cerrado,  miró a su alrededor no estaba en su casa, eso era seguro.
Recordaba que había ido a la fiesta de su amigo y que al llegar a su departamento se había encontrado con dos cuerpos desnudos que jadeaban al compás, así que sin hacer más ruido salió de esta, pero antes tomó las llaves de Jungkook para ir  a su departamento, si había sido algo descarado pero poco le importó en ese momento. También recordaba haberse topado con Yoongi y este había sido muy considerado ante su situación de desalojo por parte de su amigo y ahora su nuevo novio.
Se levantó lentamente, viendo que su camisa estaba desabrochada, ¿había sido él?, no lo recordaba pero tampoco le dio importancia. Entró al baño y mientras se aseaba vio la hora en su teléfono,  siete cuarenta y dos, mierda su cliente del día llegaría pronto y el siquiera se había preparado.
Salió de la habitación entrando a la cocina de la panadería, y allí estaba su precioso panadero, con una remera negra pegada a su sudoroso cuerpo que se movía ávido entre el horno y la gran mesada de trabajo.
Mordió su labio inferior ante la imagen que el otro le regalaba y entonces carraspeo para hacerse notar.
- Buenos días- dijo en un hilo de voz.

Yoongi giró sobre sus talones y una amplia sonrisa que dejaba ver sus encías se dibujó en su hermoso rostro.
-Buenos días Jiminie, ¿quieres desayunar?, ¿cómo te sientes?, ¿te duele la cabeza?- las preguntas salieron una tras otra.

-Debo irme, mi cliente llegará enseguida así que no tengo tiempo para nada- gimió con algo de arrepentimiento, le hubiese encantado poder desayunar con su precioso panadero.

-Es una pena- exclamó Yoongi y bajó la vista al piso.

-Oye, yo, solo espero no haber hecho el ridículo anoche- comentó mordiendo nuevamente su labio inferior.

-No lo has hecho, solo te dormiste en mi cama cuando te lleve a ella, tranquilo, imaginé que no recordarías nada acerca de tu estadía aquí- espetó Yoongi desilusionado.

-No recuerdo mucho- dijo acercándose a Yoongi. Levantó su barbilla con uno de sus dedos y lo miró a los ojos -aunque tus besos son imposibles de olvidar- comentó dándole un casto beso en los labios y guiñandole un ojo para salir de allí, dejando a un Yoongi jadeante y totalmente aturdido.

Un alto, rubio y elegante hombre tocó el timbre en casa de Jimin, este parecía que se hubiera estado preparando media hora antes, aunque Yoongi sabía que no había sido así, en menos de diez minutos Jimin se veía deslumbrante.
Salió de su departamento, miró hacia el negocio y levantó su mano para saludar a Yoongi que lo miraba casi perdido.

El panadero suspiró, no había vuelto a pensar acerca del trabajo de su sexy vecino hasta ese momento, cuando lo vio subir al auto del sujeto que lo había buscado.
-Dime algo Jungkook, ¿en algún momento le preguntaste a Tae a qué se dedican?-

-¿Por qué te importa tanto eso?- indagó curioso

-Bueno, otra vez vinieron a buscar a Jimin y eso me llena de dudas- explicó mirando a su joven amigo.

-¿Qué estás pensando?, ¿por qué tienes dudas acerca de Jimin y su trabajo?-

-¿No te parece extraño que cada día venga un tipo diferente a buscarlo por la mañana y lo traigan de nuevo a la tarde?, cada uno que viene es rico, hermoso y parecen sacados de una agencia de modelos, ¿cuántas veces puede uno cruzarse con gente así?- se rascaba la nuca mientras hablaba.

-Creo que si conoces a la gente correcta puedes ganar buen dinero, y los chicos saben con quienes rodearse y eso es bueno para su negocio- explicó Jungkook

-¿La gente correcta?- cuestionó confundido.

-La mayoría de sus clientes son empresarios, modelos, músicos, famosos de toda clase, ya sabes la imagen lo es todo y tanto Jimin como Taehyung son buenos para que esta gente se relaje y disfruten de su día. Al menos es lo que Tae me explicó- comentó mirando a su amigo.

-¿No te da celos?, ellos salen todo el tiempo con este tipo de hombres, y tu solo no dices nada- preguntó curioso

-No, no me dan celos, Taehyung  se encargó de explicarme muy bien su trabajo y si estuviese interesado en alguno de sus clientes lo podría tener si quisiera y a él no le interesa porque está interesado en mi. Es una cuestión de seguridad Yoongi, deberías dejar de enredarte pensando cualquier cosa y apurarte a decirle a Jimin que te gusta y mucho- dijo metiéndose en la cocina para seguir trabajando.

Al llegar las ocho de la noche la panadería cerró sus puertas. Yoongi decidió que se prepararía e iría a invitar a Jimin a una salida y así hablar con él.
Se miró al espejo, se veía bonito, le gustaba como se veía, tomó sus objetos personales y una campera de cuero negro. Salió de su casa y tocó el timbre de su sexy vecino. Taehyung abrió la puerta y lo miró alzando una ceja.
-Hola Yoongi- saludó.

-Hola Tae, ¿está Jimin?- preguntó.

-Oh, no, él no llegará hoy, cada semana viaja a Seúl con Namjoon así que volverá mañana- explicó.

Yoongi tragó aire y se removió incómodo, pensó que era un idiota, como no se había dado cuenta de que Jimin aún no había llegado. ¿Por qué viajaba cada semana con ese tipo a Seúl?, su incertidumbre era cada vez más grande y se sentía mal, no quería pensar más, estaba harto de enredar su cabeza, estaba harto de especular acerca de la vida del otro. Estaba harto porque sentía que no podía dejar de pensar en Jimin, no podía dejar de soñar con él,  no podía olvidar los  besos que se habían dado la noche anterior, no podía ni quería alejarse más de su sexy vecino. Pero tampoco podía dejar de pensar que no había nacido para compartir lo que amaba, no podía aceptar que Jimin pasara cada día con alguien más para luego hacer de cuenta que nada pasaba, no podía.

Y con ese sentimiento de pérdida volvió a su casa.

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