Parte única: de cuando Aura y Diana tienen una sencilla misión de rescate.Aura, apurada salió corriendo hacia la entrada de la gran academia. Su respiración era agitada cuando abrió de golpe la puerta de madera del aula, el profesor viejo la miró con intriga entre el silencio tan pesado que se comenzó a formar.
—Llega tarde.— empezó él con un pesado libro aún reposando en sus manos. Aura se vio nerviosa mientras pasaba su peso de un pie a otro.
—Lo sé... yo me quedé dormida.— explicó con una larga mirada de disculpa esperando a que le diera una respuesta, él hizo un gesto con la cabeza mientras proseguía con su clase.
Ella, caminado de manera rápida pasó por los asientos de los demás que murmuraban levemente. Cuando localizó su pupitre tomó asiento lo más rápido posible sacando algún cuaderno de su mochila.
—Llegas tarde.—se burló Diana a un lado de ella fingiendo poner atención a la lenta voz del hombre.
—Me quedé dormida...— la más alta hizo ademán de reírse cuando ella alzó un dedo parandola —estaba leyendo algo anoche, dormí tarde.
—Eso sigue siendo motivo de burla.— aclaró riendo bajo para no captar la atención de los demás.
—Hemos visto el funcionamiento de las diferentes esferas de fuego, y los relojes de plata...
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Ambas chicas caminaban por el largo pasillo repleto de estudiantes y profesores que caminaban hacia la cafetería. Algunos corrían y chocaban contra las paredes de piedra mientras otros se quedaban a conversar en las entradas que cada salón.
—Por cierto, ¿Leíste lo que te pide?— cuestionó Diana cuando notó que Aura buscaba a alguien entre la multitud.
—Estaba... ocupada.— se excusó sin prestar demasiada atención. A su lado, Diana soltaba un codazo sin fuerza como reclamo.
—Literalmente me dijiste que te dormiste tarde leyendo.—opuso entrando al lugar repleto de mesas y ruido.
—Sí, bueno, no encontré el libro en la biblioteca, ¿Bien? Y el que estaba leyendo era más interesante.—contestó con la intención de molestarla cuando tomaron asiento en un par de sillas de una mesa redonda dónde ya habían otro par de chicos que desconocían.
—Puedes pedir el mío prestado.— dijo Diana mientras extendía el libro sacado de su mochila —Cuídalo bien, las hojas sin arrugas.
Aura observó el libro atenta. La portada tenía dibujados un par de árboles de colores cálidos, la tipografía utilizada en el título no hacía nada más que expresar elegancia. Parpadeo un par de veces para después recibirlo con un gran "gracias". Fue entonces cuando sus ojos dieron a parar en cierta persona del grupo de estudiantes alejados llamando la atención de Diana.
La mirada de Aura se posaba en una chica que hablaba con otro par, su cabello ondulado no era tan largo, pero tampoco lo suficiente corto; pareció notar la mirada de Aura pues dando la vuelta le sonrió y guiñó el ojo para después volver su vista a sus amigos.
Sintió la presión de una mano cuando notó que era Aura tratando de llamar su atención.
—¿Quién es?— preguntó Diana con cierta curiosidad.
—La he visto varias veces en la biblioteca o cerca de la tienda de esferas.— aclaró pasando saliva de manera fuerte —¿Viste eso? Ella me guiñó —suspiró entrecortado, tal vez exagerando sus expresiones de manera divertida. Diana, acostumbrada a que su amiga cada cierto tiempo sintiera un flechazo por cualquier estudiante de su año rió con gracia, casi carcajeó.

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De cuando Aura y Diana tienen una sencilla misión de rescate.
AdventureAura y Diana son enviadas a una misión de rescate, en la que más que fuerza física se necesita un fuerte entusiasmo de ambas partes. En este se encontrarán distintos obstáculos que pondrán a prueba sus capacidades.