𝘋𝘙𝘐𝘝𝘌𝘙𝘚 𝘓𝘐𝘊𝘌𝘕𝘚𝘌 ❁ jaeyong.

Capitulo único.

Dejó salir un suspiro cuando la piel de sus manos tocó el volante, sintiendo la dureza y el cuero del mismo. Sus dedos comenzaron a moverse lentamente sobre este, mientras pequeñas y silenciosas lágrimas se deslizaban por sus ahora apagados ojos.
Él no quería recordarle, no quería seguir pensando en él, simplemente quería seguir con su vida cómo si nada le hubiera afectado, pero eso era lo malo, le había roto el jodido corazón y no había momento donde él no esté en sus pensamientos. 

Rápidamente sacudió su cabeza para alejar todos esos pensamientos que comenzaban a invadir su débil mente, carraspeó su garganta y dio en primera, comenzando a conducir.

Condujo por las levemente oscuras calles, suspirando de vez en cuando. Frenó a mitad de camino debido al pequeño nudo que empezaba a crecer en su pecho, el cuál le molestaba bastante para respirar y recostó su cabeza sobre el volante tratando de controlar su agitada respiración, y le fue inevitable no mirar al asiento del acompañante e imaginarlo allí, con su preciosa sonrisa y esos hoyuelos que lo hacían sentir en el cielo. Una irónica risa abandonó sus labios, sintiendo como sus mejillas se humedecen ante las lágrimas que comenzaban a salir se sus ojos, para luego de algunos minutos, comenzar a hablar con la soledad de su auto, tratando de creer que él estaba allí. 

- Jae, conseguí mi licencia de conducir la semana pasada - habló bajo, sin despegar su mirada del asiento acompañante - recuerdo que estabas emocionado porque la consiga, ¿recuerdas cuando en nuestro viaje al campo intentaste enseñarme un poco a conducir? me sentaste sobre tu regazo, y a pesar de lo apretados que nos encontrábamos no querías soltar mi cintura, parecía que me amabas.

Más lágrimas siguieron bajando por sus mejillas, pero una pequeña y apagada sonrisa intentaba adornar su triste rostro, pero a pesar de estar parado en medio de una calle a oscuras y sin compañía, siguió hablando a su vacío asiento acompañante. 

- pero hoy conducí por los suburbios, y aún sigo llorando porque no estas aquí conmigo, te extraño tanto.

Y fue en ese momento que tantas imágenes pasaron por su memoria, algunos buenos y otros simplemente que preferiría no haber recordado, pero esto le hizo romper en un llanto descontrolado, sintiendo como la ansiedad y pánico le comían cada parte de su ser.

Con sus temblorosas manos, tomó su celular marcando rápidamente al número de su mejor amigo casi hermano, Doyoung. 

- ¿hola? - se escuchó atraves del dispositivo - ¿taeyong estás bien? - preguntó exaltado al oír el fuerte llanto de su querido amigo tras los parlantes de su celular - escúchame tae, trata de controlar tu respiración ¿sí? ¿crees poder mandarme tu dirección actual?

Taeyong solo pudo soltar un sonido de afirmación entre los pequeños espasmos que tenía por su fuerte llanto, cortando la llamada y enviando rápidamente su dirección actual a su mejor amigo.