Capitulo 6

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Salgo de clase por fin, satisfecha, pero por otra parte, no se que decirle a mis padres sobre mi examen, tampoco pueden saber que Harry me ha dado la opción de volver a hacerlo.
Sigo andando y veo a Bea, mi vecina, esta en la salida del instituto,va vestida con un vestido largo de flores y su media melena color negra resalta entre todos. Qué raro que esté aquí...
Me acerco y me saluda con la mano derecha.
-Hola Madison.-me dice amigablemente
-Hola vecina, no sabía que estabas aquí, ¿hace cuanto que has vuelto de Italia?-pregunto curiosa
-Ayer, bueno... Hoy por la noche, hoy ya he vuelto a dormir en mi cama, no sabes las cosas que te tengo que contar, la mejor experiencia de mi vida.-exclama muy entusiasmada, se nota que ha sido feliz.
-¿Y que haces en el instituto?-frunzo el ceño
-A veeeer, no soy tan vieja oye, tambien me gusta venir aquí, tengo 19 años, quería verlo otra vez-dice molestada pero en tono de broma
-Entonces has venido aquí solo para ver el instituto, ojalá poder irme como tú-resopló
-Puede, he conocido a alguien aquí...Pero porfavor no digas nada, eres mi vecina, y te aprecio ¿vale?- susurra un poco arrepentida de haberme contado.
Abro los ojos de en par en par.
-¡Que! Ya sabía yo que no venías aquí por que si, me tienes que decir quien es Bea, si no, no voy a dormir pensando -bromeo
Bea agita las manos en cruz, simbolizando que no.
-No, no, seguro que ni le conoces, puede que algún día, ahora mejor que no te diga el nombre-murmura
-Valeee, pero te lo tendré en cuenta
Ella asiente y se sube al autobús amarillo grande que le lleva directa a su casa, y yo, me largo con mi coche.
Al llegar, me esperaba de todo menos eso, creo que estoy soñando, porque si no, esto no tiene nada de sentido ¿¡Que hace mi caja en la puerta de entrada de casa!? Corro hacia ella aterrorizada ¿Que diablos? La cojo con las dos manos bien fuerte y con la rodilla un poco tambaleándome toco el timbre. A los pocos segundos abre mi madre la puerta y expresa cara de extrañada, normal, quien no va a estarlo.
-¿Para que te has llevado la caja al instituto? Ya sabes que la pierdes-resopla
-¡No! La acabo de encontrar, estaba en la puerta de entrada, no la he llevado a clase, lo juro-doy explicaciones
Mi madre frunce el ceño
-¿Y como que la tienes? Estaba en tu cuarto y tu no has entrado-dice muy confundida y abriéndome totalmente la puerta para que pueda entrar.
-Lo se, es muy raro, ni yo sé porque está aquí-digo cruzándome de brazos.
Pone los ojos en blanco quitándole toda la importancia a que mi maldita caja esté otra puta vez en el mismo sitio donde ella la encontró. Vamos a la sala de estar y nos sentamos cara a cara en el sillón.
-¿Y el examen? ¿como ha ido?-pregunta mi madre
Digo lo primero que se me ocurre.
-Guay
Soy estupida , enserio tenía que decir eso...
-¿Eso que es exactamente Madison? -pregunta girando la cabeza para intimidarme
-Pues guay es una palabra nueva entre los jóvenes, quiero decir... adolescentes, tú estás muy joven-Tartamudeo
-Me lo tomaré como buena nota-mientras dice las anteriores palabras, mira de reojo mi caja, y señala las escaleras hacia mi cuarto. Captó la indirecta y me voy.
Mientras subo poco a poco y sin ninguna gana los escalones, Trish baja rápido al lado mío sonriendo, seguramente haya quedado con alguien, siempre tiene cosas que hacer y nunca tiempo para mi, me pregunto las veces que se arrepentirá de haberme pedido a mis padres.
El olor a madera de mi puerta me tranquiliza, mi olor favorito, desde pequeña lo ha sido siempre, bueno, desde que fui a Moinyt, un bosque lleno de árboles, solitario en animales y abandonado por todo el mundo menos yo. La gente no es consciente de lo que transmite ese lugar, es mágico para mi.
Al cruzar la puerta, intento abrir la caja y comienzo a sudar, no se abre, pero... Me detengo un segundo, la caja ayer la guardé en el armario, ¿y si..? Camino hacia el, lo abro y mis ojos se abren como platos, está ahí, miro devuelta a la supuesta nueva caja y no consigo entender, como es posible que tenga dos cajas iguales, miro la hora en mi teléfono que saco al instante del bolsillo trasero de mi pantalón azul marino y veo que son las 5:45 p.m.
Salgo corriendo de mi casa en pocos segundos y me dirijo a casa de Bea.
Toco el timbre y espero a que abra la puerta. Esperaba que saliera Bea y no su padre. William, es una persona un poco peculiar que digamos... Su rostro transmite paz y sus ojos claros también, lleva una bata de estar por casa, muy normal abrir a alguien con estas pintas...
-Hola Madison, ¿que haces aquí?-dice y veo que por debajo de la nariz suelta una pequeña risita, me miro en búsqueda de algún error en mi vestimenta y cara y lo descubro. La bragueta, joder... Me la abrocho rápido muy avergonzada.
-Quería hablar con Bea, ¿está aquí? Si no está, no pasa nada, es solo una cosa, puedo volver después-digo casi tartamudeando
-Tranquila chica, está en casa, la llamo ahora-se voltea y exactamente hace lo que me ha prometido.
-Beaaaaa, nuestra vecina Madison está aquí y quiere hablar contigo-chilla a la nada
Vuelve a girarse a mi y me sonríe, yo hago lo mismo y le devuelvo la sonrisa, detrás de el aparece mi vecina y hacen contacto visual entre ellos y William desparece de la entrada.
-Hola Mad, ¿ocurre algo?-dice mi vecina apoyada sobre la puerta color celeste de su casa.
-Te mentiría si dijera que no-respondo, Bea me coge del brazo y me lleva a su habitación y nos sentamos en el borde de su cama, es esponjosa y bonita.
-A ver... llevo poco tiempo aquí, y ya tienes un drama, ¿que ha pasado?-murmura Bea mirándome preocupada
-Mi caja, mi caja es un drama, ahora tengo dos-digo sin yo misma poder creerme las palabras que he dicho. ¿Dos cajas tengo?
-Espera, me estoy perdiendo, tu caja negra, ¿tienes dos de esas?-dice muy confundida
-Si, la caja que tengo desde muy pequeña que me traía a tu casa cuando teníamos apenas seis años-exclamo
-Vale, pero sigo flipando con que tienes dos cajas, ¿esa no era única?
-Exacto, no puedo encontrar sentido a todo esto. Hace poco desapareció de mi segunda habitación y la encontró mi madre en la puerta de mi casa y no se podía abrir y hoy he encontrado otra que... Para colmo, tampoco se puede abrir-digo y acabando hago un gran resoplido.
Bea pone cara de extrañada
-¿Que?-pregunto
-Que no es muy lógico, la compraste en una de esas tiendas de subastas, ¿te dijeron que solo había una en todo el mundo no?-dice Bea aún con cara estrañada.
-Si, pero que me mintieran y haya más no es lo más preocupante, ¡Es que hay dos y no se abren! ¿Quien las lleva hasta mi casa? No estoy ni segura que una de ellas sea la mía , las noto diferentes, el olor...-digo alterada y dirijo la mirada hacia un cuadro de la pared.
Bea parpadea rápido y me coge las dos manos y hacemos contacto visual.
-Mad, calma, tiene que ser un error, ¿y si... La persona que te lo vendió guardó tu dirección y alguien le ha comprado otra y se ha equivocado al enviarla?
-Podría ser, pero mucha coincidencia, ¿no cres?-frunzo el ceño
-Madison, eres muy paranoica, alguna explicación coherente tiene que tener, no te comas la cabeza porfavor-me suplica mientras se recoge el pelo a una cola de caballo.
-Vale, pero porfavor, prométeme que...-paro al ver a Bea levantarse de la cama y encender su teléfono, mira la hora.
-Madison, lo siento, he quedado con quien ya sabes... Me tengo que ir- me guiña el ojo.
Pongo los ojos en blanco, pero no le quiero dar demasiada importancia a que no me diga el nombre.
-Vale, gracias supongo-digo a Bea mientras nos dirigimos las dos a la puerta de entrada.
-Eh, si quieres hablar conmigo hazlo-me ordena. Yo asiento con una media sonrisa y a continuación, Bea se sube a un coche con las ventanillas pintada de negro, es un vehículo negro muy moderno. Me pregunto quien será la persona que ha conquistado el corazón de mi vecina...
Camino sobre el césped que me lleva a mi casa , se que no debería hacerlo, pero andar por el me relaja y me transmite alegria.
Bipp Bipp
Una notificación de Mike, seguro que algo sobre la fiesta... Resoplo al pensarlo.
Entró al chat a los pocos segundos de ver el mensaje en la pantalla de mi teléfono.
Madiiiisooooon, en unas horas ya comienza la fiesta, ¿estarás preparada no?
Me rasco la pequeña curva de mi nariz, no sé si ir, ademas tengo que ir a hacer el examen. <<El examen>>¿ cuanto tiempo queda? Miro la hora en el teléfono y son las 18:30 p.m, menos mal, aún puedo ir a casa y distraerme eschuchando música. La casa de Bea está a 15 metros de la mía y llevo un par de minutos andando, casi llego. Me pregunto que hará Harry, supongo que debido a la segunda oportunidad de hacer el examen de geografía que me ha dado tendrá mucho tiempo libre, lo más seguro es que haya más personas haciendo el examen otra vez, espero y deseo que no solo sea yo quien le haya dado esa oportunidad.

10 CAJAS CONTANDO LA MIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora