Hoy Casandra y Aron nos habían invitado a la celebración de su compromiso, fue una linda cena, donde invitaron a sus más cercanos familiares y amigos, asistí. Ella se veía feliz y radiante, yo estaba feliz por eso y le comuniqué mis últimas novedades a Casi. Ella era mi confidente, después de eso el loco de Rex me invito a una fiesta que tenían donde asistirían algunos empresarios.
—Vamos preciosa, será divertido, además Hamilton muere por estar contigo — dijo Rex mientras nos dirigíamos a su coche.
Hamilton era superdivertido, era un jugador de futbol profesional y habíamos tenido un rollo hace más de 3 años cuando acompañé a Casi a una de sus fiestas con Aron, ese día nació mi amistad con Rex y tuve mi revolcón con Hamilton
—Estás hermosa — dijo Hamilton mientras tomaba mi mano y nos dirigíamos a la fiesta, Rex estuvo con nosotros un rato y después desapareció.
—Bien, ya vuelvo, alguien llamó mi atención — dijo Rex de forma juguetona.
—Más bien unas piernas llamaron tu atención — me reí mientras él se perdía entre la multitud.
—¿Qué vas a hacer mañana? — me dijo Hamilton.
—No lo sé – le dije indecisa.
—¿Quieres salir a comer? — cuando formulo esa pregunta no pude dejar de pensar en Augus, nos íbamos a casar sí, pero nadie hablo de fidelidad, entonces porque me sentía una traicionera.
—Vamos a bailar — Arrastre a Hamilton a la pista de baile después di la vuelta y unos ojos verdes muy conocidos me veían con intensidad y rabia.
Me reusé a dejar que Augusto controlara mi vida de nuevo, así que guie a Hamilton a un lugar oscuro y empecé a desabrocharle el pantalón, el intento darme un beso.
—Ya sabes Hamilton, nada de besos — esa fue mi regla establecida después de la muerte de Eric solo apego sexual, pero nunca sentimental.
—Sí lo siento.
—¿Traes condón?
—Sí — él se puso el condón y después introdujo su miembro dentro de mí, mientras gemíamos, después de unas cuantas embestidas más nos separamos y empezamos acomodar nuestras ropas.
—¿Entonces mañana si salimos? – me dijo esperanzado.
—Hamilton no quiero que te hagas ilusiones. Esto es solo sexual.
—Yo quisiera algo más.
—Pero yo no, así que olvídalo, sí.
—Está bien — dijo mientras me daba una sonrisa tranquilizadora.
Volvimos a la fiesta donde no había señales de Augus. Rex llego tiempo después y me llevo hacia mi casa, le conté lo sucedido con Hamilton y se rio de mí.
—Entonces utilizaste a Hamilton y después lo bateaste para darle celos al hombre misterioso.
—Si lo primero, no lo segundo.
—No te preocupes por Hamilton, muchas veces ha hecho lo mismo y sigue ahí como si nada, que tú lo hagas no es diferente a que él lo haga y lo segundo es cierto, yo no me acuesto con alguien para que otro me vea, solo porque sí. Fue para darle celos.
—Fue para demostrarle que él no me afecta.
—Eso ni tú te lo crees preciosa — Rex me dejo y se fue odiaba que tuviera la razón.
Al otro día me llego un mensaje de Augusto diciéndome que necesitábamos mirar las cláusulas de matrimonio, lo comprendía, yo no tenía nada y él tenía una corporación, así que quería firmar cláusulas que aseguraran que después del divorcio él se quedaba con sus bienes completos.
Me arreglé con un jean, una camisa blanca, zapatos de tacón color marfil y una bufanda de flores estampadas, mi cartera de manos y mis lentes. Presente mi identificación y me dejaron ingresar sin problemas.
—Buenos días, Carla, el señor Thompson me está esperando — ella me sonrió.
—Si claro, señorita Bels, puede seguir — ingrese a la oficina de Augus y él estaba ahí reunido con Carola. Él sentado y ella mostrándole algo en una Tablet, cuando sentí que abrí la puerta ambos levantaron la vista.
—Hola Bels, te estaba esperando, adelante siéntate, ya te atiendo — dijo Augus mientras volvía a ponerle atención a lo que la alimaña le estaba mostrando, la maldita sonrió con suficiencia.
—Nos vemos al rato, osito — dijo la alimaña mientras se despedía de Augusto.
—Ven Bels, para que revises los documentos — yo me ubique en la silla enfrente del escritorio de él, mientras él aproximaba a mí un documento.
—No tengo ningún bien a mi nombre, así que asumo que quieres que firme la cláusula donde los bienes tuyos quedan intactos después del divorcio.
—No quiero esa cláusula. Mis cláusulas son diferentes, léelas — dijo Augus de forma cortante mientras me pasaba el documento el cual procedí a leer.
—¿Quieres que firme una cláusula de fidelidad?
—Sí, durante el tiempo que duremos casados no podrás acostarte y tener relaciones sexuales con nadie más que no sea tu marido, con eso evitamos los eventos como los de anoche, donde estamos comprometidos, pero mi prometida tiene sexo con alguien en un rincón escondido — anuncio con molestia y celos. Así que sí me había visto.
—No te iba a ser infiel durante el matrimonio o tal vez si — dije de forma hiriente.
—En ese caso firma, Bels.
—Sabes, existen los consoladores, podre vivir sin sexo con hombres durante lo que duré esto, pero tú y yo teniendo sexo, eso no va a volver a pasar — dije mientras firmaba el documento.
Augus tomo el documento y después me detallo con intriga. Se veía molesto debido a mi encuentro de anoche y yo tenía una sonrisita traviesa por hacerlo enojar.
—Augusto, tengo una duda – le dije de forma divertida.
—Dime.
—¿Por qué no le dijiste a tu osita esta propuesta? — dije de forma hipócrita y chillona, el gusano de los celos me hizo formularle esa pregunta.
—Carola es mi amiga y hay sentimientos de por medio — dijo Augusto en tono tranquilo.
—Claro, era más fácil conmigo, no somos amigos y no tienes sentimientos por mí — dije mientras me ponía de pie, sintiendo un nudo en la garganta—. Bueno, nos estaremos hablando para coordinar lo del matrimonio.
Salí lo más rápido que pude de esa oficina, ese siempre fue mi problema con Augusto podría no importarme lo que dijeran los demás, pero cuando él decía que no éramos amigos y que la alimaña si era su amiga además de que por ella si había sentimientos y por mí no me sentía miserable. El problema siempre fue que no importan las palabras, lo que importa es esas palabras de qué persona vienen.
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Una jugada inteligente
RomanceUna amistad de pequeños entre un niño inteligente y una chica hermosa y divertida Un amor inocente entre el chico listo y la chica popular y coqueta de la secundaria. Una atracción sexual entre un empresario millonario, romántico y cariñoso y una m...