¿A dónde escapar?
Vivir sin esperanzas es solo sobrevivir...
¡Calma! Dice mi mente.
¡Ya no aguanto!, grita el corazón.
Mis huesos duelen y mi cuerpo se desvanece, el cansancio emocional me va matando, lento, muy lento.
Cuando el cuerpo esta helado, falto de calor. Cuando ninguna frase amistosa logra elevar el ánimo. Duele entender que la juventud y la buena gana no bastan para acercarte a un sueño, duele cuando sabes que te has fallado a ti mismo, que no has cumplido ninguno de tantos sueños que te prometes.
Porque temes, temes arriesgarte, temes caer, pero peor aún es permanecer en el mismo sitio. Con la vasta curiosidad de ¿Qué puede pasar?
Al fin tomas la decisión de desertar, de arriesgarte, pero es tarde.
¡Hay pandemia!
Los sueños, las metas, los riesgos, todo está en pausa.
Lo único que te acompaña día a día es la incertidumbre. Esperando y esperando se nos va la motivación.
Matías, ¡Ten paciencia! Dice mi esposa, esto pasará... Te tocó la mejor parte de la historia.
- Pero, ¿Qué demonios dices mujer?
- Sí, date cuenta que existieron personas que morían por llamarse judíos, tú, mueres si sales de casa, parecido puede ser, pero, te mata un virus, en cambio, ellos murieron a punta de bala y golpes.
- A mí no me mata nada de eso mujer, me matan mis pensamientos y mi mal humor.
- Entonces, acurrúcate conmigo y deja de pensar.
- Pero...
- Calla, para que funcione debes dejar de hablar....

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Cuentos en pandemia
Short StoryAlgunas emociones en común que coinciden con el desespero que nos ocasiona la pandemia, el mundo se encuentra en pausa.