2 | 𝐸𝓃 𝑒𝓁 𝒶𝒷𝒾𝓈𝓂𝑜 𝒹𝑒𝓁 𝑜𝒸é𝒶𝓃𝑜.

𝟣𝟪🌊𝒱𝑒𝓃𝑒𝓃𝑜.

"I woke up in the night
I found an empty cage
How you got out, I don't know
I guess you clawed your way
You waited there in the shadows
You made me feel afraid"

"Don't you realize that you and I
We bleed the same blood
You've got so much power
And it makes you feel tough
But can you see that all you need
Is just to be loved"

Monster v1 de Tom Odell.

Desperté asustada, con todos los demonios en mi mente torturándome con las pesadillas y los gritos de seres inocentes pidiendo una salvación.

La desesperación y la angustia me invadió, ¿desde cuándo me separe de mi camino? El imaginar las cosas que había hecho y había pasado, el ver mi piel oscurecerse con cada acto malo, el envenenarme con la sangre de los demás, el entrar en un vicio de robar sangre ajena para sobrevivir era algo que me dolía. El saber lo tanto que me había alejado de mis principios morales y éticos, me destrozaba. Por ello, de forma constante tenía pesadillas y lloraba cuando nadie me observaba, sintiéndome cada vez más sola y con miedo por cada momento de desesperación y angustia que sentía.

Era claro que vivía con monstruos y poco a poco ellos me habían envenenado haciéndome olvidar quien era yo y cuales eran mis valores.

Todos eran una mancha negra viviendo, todos reflejaban lo negra que era su alma con cada paso que daban y con cada paso que yo estaba dando, siguiendo las influencias de los demás, me estaba integrando a los blodies. Siendo alguien sin corazón y sin alma, sin vida, llena de dolor. Muy diferente a lo que mostraba físicamente y a lo que fui en un pasado. Odiándome a mí misma cada vez más.

Bufé, abrazándome a mí misma, llorando mientras permanecía en oscuridad y soledad. Hasta que unos pasos se acercaron y sentí la presencia de alguien cerca de mí, pero no me anime a verla a los ojos, primero que nada, porque sabía que era Kaleb y él con su amistad, me hizo caer en el infierno.

—Hey. —me llamó acercándose a mí, queriendo tocarme la cabeza y darme caricias, pero alcé la mirada y lo miré con odio, sorprendiéndolo.

—¡No me toques! —grité molesta y violenta, empujándolo, haciendo que me viera con asombro y sorpresa, impactado por mi acción.

—¡Soy yo! —exclamó haciéndome entrar en razón, pero yo solté una risa burlona, negando con la cabeza, porque era claro que era Kaleb.

El mismo Kaleb que era una mierda.

Sin embargo, aquel Kaleb me sonrió con ternura, pero aquella sonrisa era más falsa que nada, más por su alma sombría que podía observar reflejándose en las paredes del lugar, dejándome ver su maldad.

—¡Tú no eres Kaleb! —grité asombrándolo y manteniendo el silencio sepulcral entre nosotros.

Él me observó con burla y ladeo su cabeza, dándome una sonrisa, mirándome de forma retadora provocándome que un escalofrío me invadiera por su mirada aterradora.

—Ya entiendo —aclaró con diversión—. Desde que te volviste completamente bloosea, nos miras como somos y no te gusta...

—¡Odio verme así! —exclamé llorando, tapando mi rostro de sus ojos, ocultando la vergüenza que sentía entre la oscuridad de mis manos.

—Eres una bloosea, y eso es parte de ti —mencionó, soltando todo eso con felicidad y con tranquilidad, queriendo hacerme sentir mejor, pero no lo logro, porque me dolían sus palabras. Me dolía saber lo que me había convertido.