Entre papeleo, fotocopias y pedidos varios del resto de mis compañeros de oficina, se me pasó la primera parte de la mañana volando.
Me gustaba aquel trabajo. Bueno, "gustaba"; y lo pongo entre comillas porque en las horas punta en las que todos los trabajadores de la empresa sentían la imperiosa necesidad de bajar a por unas copias de última hora o a reponer material de papelería de sus departamentos, quería tirarme de los pelos. Parecerá una tontería lo que estoy diciendo... pero creedme: la empresa es demasiado grande y una única persona en reprografía tiende a ser insuficiente. Lo bueno de todo eso era que aquello se me daba bien, más específicamente tratar con la gente y poner buena cara, así que gran parte del propio desempeño del puesto lo tenía conseguido. Sí, hace falta mucha paciencia, más de lo que me pensaba al aceptar ese cambio de vida con un par de cervezas encima.
A media mañana llegó Tefi. Eran mis minutos de descanso así que hice una pequeña parada para poder hablar con ella y saber cómo había ido todo en la comisaría con Miriam. Ambas me habían tenido en ascuas toda la mañana.
─¿Ha valido tu excusa para tu jefe?
─Sí. Se la ha tragado al completo.
Tefi y Miriam habían hablado esa mañana durante el desayuno de la versión que darían para llegar tarde al trabajo. Ella contaría que había pasado parte de la mañana haciendo teletrabajo desde casa y organizando el material que tenía ya recabado del expediente con el que andaba entre manos. El cliente era tan importante que su superior le había concedido unas horas a la semana de teletrabajo para facilitarle las cosas. Tenía que hacer la presentación en dos semanas sí o sí, así que era primordial que aprovechase hasta el último minuto de su jornada laboral para ello. Y si eso significaba alejarse del follón de la oficina y de las reuniones banales, él no iba a poner ningún obstáculo a Tefi.
Miriam, por el contrario, había planeado decir que había asistido a la asesoría a primera hora para revisar mi contrato temporal y ver cómo iba el tema de la baja que yo estaba cubriendo. Todo muy calculado y muy pensado para que nadie notase lo más mínimo.
─Bueno ¿y qué? ─pregunté nerviosa─ ¿Qué tal ha ido todo?
─Mal. Bueno, mal pero bien.
─¿Puedes ser más específica?
─No hemos entrado a la comisaría. Miriam se ha negado, le quiere y no quiere ponerle ninguna denuncia porque dice que todo esto que ha pasado ha sido porque está muy estresado y agobiado en el trabajo, que él no es así. Que si fuese mala persona no le pediría perdón ni se habría arrepentido, y que él sí que lo hizo.
─¿No ha puesto ninguna denuncia ni hablado con la policía?
Tefi negó con la cabeza. Me senté en la silla soltando todo el aire que tenía en los pulmones. Miriam era una chica maravillosa que se había ganado mi cariño en esos meses. Era muy buena, paciente, tranquila, inteligente... No se merecía lo que le había pasado. No se merecía lo que le estaba pasando.
─¿Entonces qué? ¿Habéis venido justo después para acá? Porque habéis tardado mucho. ¿Has hablado con ella para hacerle entrar en razón?
─Espera, no corras ─Tefi hizo un ademán con la mano para tranquilizarme─. He hablado con ella, pero no he conseguido que entrase, ha sido imposible; y aunque nosotros sepamos que es lo que debe hacer y que ese Víctor de los cojones no se merece ni los buenos días, es ella la que tiene que hacerlo. No podemos obligarla.
─¿Y si denunciamos nosotros como testigos o algo así? A lo mejor conseguimos algo.
─Sí, que ella se rebote contra nosotros y se alíe más con él. Lo mismo hasta niega lo que ha pasado.
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Soy Diferente© [COMPLETA]
ChickLitA raíz del trágico fallecimiento de sus padres en un accidente de coche, Alex tiene que lidiar con la pérdida emocional mudándose a la gran ciudad y dejando atrás el pequeño pueblo donde ha vivido toda su vida. Junto a su amiga de la infancia Estefa...