Las paredes de la habitación reflejaban la intensa luz del amancer en la ciudad. El aire se sentía fresco y renovado, una mañana de primavera que le había abierto los ojos al pelirrojo antes de que lo hiciese el despertador.
8:27 AM
Se levantó de la cama y se quedó sentado en el borde con la mirada perdida. Observaba el cuerpo de Jotaro, en la otra cama.
-Juraría que me dormí en sus brazos. O tal vez me abrazó con Star Platinum?- pensó delineando aquella figura con la mirada como si estuviese tallada por los mismos dioses.
-Como sea, tal vez me lo haya imaginado.- Tras abrir las cortinas trató de no pensar demasiado en la noche anterior, se arrepintió ligeramente de haber expuesto tanto sus sentimientos ante Jotaro, porque ahora se sentía transparente y desprotegido. Unos 15 minutos después sonó el despertador, Kakyoin ya estaba vestido y se encontraba en el baño, peinándose el pelo para que quedase perfecto, como de costumbre.
Jotaro no tenía un muy buen despertar, se levantó torpemente y apagó aquel trasto chirriante de un golpe, sobresaltado algo a su compañero de habitación.
-¿Despertaste ya?.-
-No verás, sigo dormido, y te habla mi fantasma.-
Respondió el cansado Jotaro con una notable ironía mientras se deshacía de la sábanas que envolvían su cuerpo. -¿Que hora es?
-08:45, date prisa o no podremos desayunar.-
-Vale...- Dijo Jotaro con la voz distorsionada por un bostezo mientras Kakyoin acababa de arreglarse y recoger sus cosas.- 🍒 -
Huevos revueltos con tostadas y café. Los dos estudiantes comían algo tensos sin cruzar miradas. El más alto permanecía serio como de costumbre, pero si uno se fijaba bien, sus ojos emitían una ligera expresión de preocupación.
Tras abandonar la habitación los dos entraron en el taxi que les llevaría a casa, era un viaje de unas dos horas, así que se lo pasaron leyendo o mirando por la ventana, sin decir ni una palabra.
Al pelirrojo le había afectado bastante que su amigo le hubiera visto llorar de esa forma tan vergonzosa, así que tenía miedo de recordar esa escena tan sensible para él.
Ambos llegaron a la ciudad sobre la hora de comer.
-Humm, hogar dulce hogar.- Suspiró Kakyoin mientras inspiraba el aroma a cerezos característico de las calles de Japón en aquella época del año.
-Me pregunto si suspenderemos el curso tras tantas faltas a clase, será difícil retomarlo a estas alturas...- Murmulló Jotaro sacando el equipaje del maletero tras entregarle el dinero al taxista.-
Mientras se dirigían a casa retomaron una conversación de lo más normal para los dos adolescentes que eran, comentaron algunos eventos escolares que se aproximaban, la nueva edición de uno de los mangas que compartían, diálogos simples pero agradables. Su vida parecía haber vuelto a la normalidad estudiantil que les pertenecía.
-Estoy nervioso.- El más bajo rompió la atmósfera de calma con esa frase.
-¿Porqué?- Se extrañó su amigo.
-Mis padres.- Dijo con una mirada de preocupación mientras jugueteaba con su mechón a modo de calmante.
-Ah... Cierto. Mierda, me había olvidado.- Chasqueó la lengua con algo de rabia al recordar que su familia no sabía nada de él desde hace más de 50 días.
-¿Cómo se lo voy a explicar? Tal vez ya me han dado incluso por muerto.- Siguió lamentándose exageradamente mientras sus pasos en dirección a casa se hacían más y más lentos y torpes.
-Te acompañaré, seguro que se alegrarán de verte sano y salvo, lo entenderán.-
-Gracias.- Solo pudo decir eso, un rotundo y sincero gracias, ya que sabía que iba a ser un reencuentro bastante duro.
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Un Latido ; Jotakak
Fanfiction-Las cerezas y los cigarros son una curiosa combinación ¿No crees? AU en el que Kakyoin sobrevive. Tras la batalla final contra Dio, los dos jóvenes regresan a Japón donde conviven, se enfrentan a varios problemas familiares y se enamoran lentamente...