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Empezó por un error, un accidente que terminó por gustarle. Quizás no solo a él, pero no tenía manera de saber la opinión del otro. ¿Y cómo es que podría saberlo?, ni si quiera él sabía como se sentía respecto a eso.

Nunca pensó que solo un beso le traería tanto caos.

Nunca pensó que solo un beso le traería tanto caos

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Estaban en una fiesta llena de adolescentes, uno pensarían que tenían el lugar destrozado, pero no era así. A pesar del alto volumen de la música y algunos que ya se encontraban en el piso por la sidra con un grado alcohólico menor a 5.

La emoción y la adrenalina de hacer cosas que a su edad no deberían hacer inundaban sus pensamientos. ¿Se encontraban solos sin supervisión de un adulto?, no, había alguien supervisando todo y de hecho los mayores de ahí actuaban como las mamás del grupo.

Por eso los otros creían estar borrachos con la sidra, fue una pequeña broma que resultaba benéfica para todos, no pasaría nada malo. Bueno, en medida de lo posible todo iba bien.

De un momento a otro un grupo más pequeño de quienes se encontraban ahí , se encaminaron a la habitación de Colette. Eran tres chicas y dos chicos que habían sido arrastrados no tan a la fuerza.

Su habitación era muy grande, envidiable para algunos, pues incluso tenía su propio baño. Podría ir al baño a cualquier hora sin necesidad de ir sigilosamente por las noches.

Al prender la luz Colette soltó un pequeño gritito que alarmó a los demás. —¿Qué pasa?— entra Emz de sorpresa.

—Nada, solo no esperaba verlo ahí.— responde ya más tranquila.

—¿A quien?— entra Edgar de mala gana.

—Sandy...— empiezan a caminar a donde éste estaba dormido. Al sentir su presencia solo abrió uno de sus ojos. Colette se agachó a la altura en la que estaba.

—¿Estás seguro que ahí es más cómodo que en mi cama?— quizás pienses que es raro que encuentres a alguien durmiendo en la esquina de tu cuarto y aparte le invites a dormir en tu cama. Pero eso no importa, no son desconocidos, todos se conocen entre todos y a Colette no le importa aquello.

Se quedó ahí con él, mientras los otros se iban a otra parte de la habitación para preparar todo.

—Aquí está más calientito...— murmuró cerrando sus ojos de nuevo.

—¿No quieres venir?, vamos a jugar a...—

Ni siquiera la estaba escuchando estaba enfocado en su sueño. ¿Podría jugar sin tener que moverse? Como aquel juego en el que puedes ser una licuadora ddscompuesta. —¿Puedo jugar desde aquí?— sonríe esperando una respuesta positiva.

—¿Oh?, está bien.— se levanta y va con los demás.

Ya tenían todo listo, quizás creíste que sería el típico juego de la botella que gira, y aunque está incluído, es algo más complejo que solo eso. La razón de que hayan aceptado mas o menos Poco y Edgar, es porque tenía más opciones que solo besar.

▒ 𝕭𝖊𝖘𝖔𝖘 ▒ 𝑬𝒅𝒈𝒂𝒓 𝒙 𝑺𝒂𝒏𝒅𝒚 ▒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora