𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐮𝐧𝐢𝐜𝐨.

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-Muchas gracias por su compra.- Sonrió amablemente a aquella mujer después de entregar en una pequeña caja decorada, unos bonitos zarcillos de plata.

Miró su reloj, ese había sido su último cliente del dia por lo qué aflojó el nudo de su corbatín y se relajó un poco. Yerim la miró con dulzura.

Había sido un día largo, quizás era por que llevaba noches sin dormir bien.

Desde hacía semanas atrás, una extraña incertidumbre había tocado la puerta de su habitación, sus párpados se sentían pesados y un débil pero molesto dolor de cabeza la había acompañado durante todo su turno de trabajo.

Por suerte, la hora de cerrar había llegado y podría por fin descansar.

- Tendremos una pequeña reunión hoy, Hyunjin.- Su sonriente compañera de trabajo se le acercó, ella parecía siempre tener la energía intacta.- ¿Quisieras venir?

- Me encantaría.- Comenzó a decir mientras acomodaba el estante de collares.- Pero me siento algo cansada y preferiría quedarme en casa y reponer energías.

Tal vez su expresión había sido un poco dura, no intencionalmente claro, pues Yerim le caía muy bien, pero esta dejó de sonreír por un momento y se sintió un poco mal por eso.

- Pero prometo que la próxima iremos por un café.- Le dijo amablemente.- Solo tu y yo, si quieres.

El rostro de la chica volvió a brillar de nuevo y un leve rubor llegó a sus mejillas.

- ¿Enserio?

- Si, no hay problema.

- Está bien.- Sonaba animada.- Esperaré el día con ansias.

Hyunjin le sonrió por una fracción de segundo, y luego se concentró en seguir con lo que estaba haciendo.

A decir verdad, no le importaba si era viernes por la noche, si había el festejo más grande, apenas y podía mantenerse en pie por el cansancio que tenía encima, ella solo quería irse a casa.

Después de cerrar la joyería, decidió caminar hasta su apartamento, por suerte este quedaba cerca.
Calles desiertas, vehiculos a toda velocidad que se perdían en la lejanía, las luces de los establecimientos le cegaban, música, risas de adolescentes que a veces pasaban por su lado, embriagados por el alcohol y por la noche misma.
Sentía que todo iba un poco rápido, todo hacia más ruido de lo normal, más sin embargo en ella solo había un silencio que llegaba a cada uno de los rincones de ninguna parte, por qué nunca se iba de su cabeza, un silencio que era solo suyo y que desde hacía varias semanas no había dejado de ensordecerla.
Constantemente ella se venía sintiendo de esta manera, tal vez era solo un periodo de bajón, trataba de no pensar mucho en ello, de distraerse haciendo otras cosas para que ese peculiar vacío no le carcomiese la mente.

Faltaba una cuadra para llegar a su hogar y su estómago empezó a gruñir, tenía hambre y cero ganas de cocinar, pudo haberse llegado a su casa y pedir un domicilio, pero de pronto se detuvo, la idea de estar sola en su apartamento viendo otra serie más o recostada en la cama mirando hacia el techo le pareció aburrida, no entendía su cambio repentino de opinion si hace unos minutos solo quería dormir, a veces ni ella misma se entendía.

Al final decidió que iría a un restaurante, miró a su alrededor, y su vista llegó hacia un pequeño pero bonito local que estaba justo en frente de dónde estaba, sin más caminó y se adentró en el lugar, habían muy pocas personas, visualizó una mesa que estaba al lado de una ventana, tenía una linda vista hacia la ciudad, así que se fue a sentar ahí.

Después de revisar el menú por unos minutos, vió al camarero acercarse a pedir su orden, todo iba bien a excepción del extraño nudo en el estómago que comenzó a sentir en ese momento.

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⏰ Última actualización: Mar 01, 2021 ⏰

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𝐂𝐢𝐫𝐜𝐮𝐧𝐬𝐭𝐚𝐧𝐜𝐢𝐚𝐬 - 𝐇𝐲𝐮𝐧𝐬𝐨𝐮𝐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora