II

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Desperté con los rayos del sol entrando por mi ventana pegandome directamente en los ojos, me levanté de la cama adormilada y entré al baño, sentía que me habían dado una paliza o que ayer había estado en una gran batalla la cual perdí.

Con pocas fuerzas terminé de hacer mis necesidades y salí del baño con más ánimo, tomé una camisa color celeste junto con unos jeans y zapatillas deportivas blancas, peiné mi cabello y lo deje suelto como de costumbre. Suspiré mirándome en el espejo y tomo mis lentes de contacto azules escondiendo mis iris diferentes, con algo de tristeza salí de la habitación y bajé las escaleras mirando el suelo, alcé la vista y me encontré con unos tacones de aguja altos color crema, dos piernas y una falda de tubo ceñida al cuerpo de la mayor.

Su cabello rubio estaba recogido en una coleta alta muy apretada y en sus facciones estaba estampada una sonrisa amable. La miré con atención y algo se removió en mi interior, algo no está bien ...

__ Hija __ Mi mamá me da un beso en mi mejilla saliendo de la cocina

__ Mamá __Sonreí.

__ Ella es Rosalie__ Dice mi madre entregándole una taza de café

__ Hola señora, soy Olivia__ Extendí mi mano y está la tomo rápidamente.

__ Mucho gusto Olivia __ Sonríe falsamente, aunque trate de ocultarlo, puedo notarlo.

Esa voz...

Sentía que la había escuchado en algún lugar, es suave y al mismo tiempo fuerte, se me hace muy familiar; me quedé pensando por unos muy cortos segundos, hasta que reaccioné y respondí

__ Igualmente__ dije con desagrado

Le sonreí a mi madre despidíendome de ella para dirigirme al instituto.

Salí de la casa y caminaba pensando en que lugar había escuchado o visto a esa mujer

Olvidé a la mujer llamada Rosalie y su voz que me era muy familiar y pasé por la calle fantasma o así la llamaban, solo porque nadie transitaba por aquí.

Los del instituto siempre caminamos por esta zona ya que es más rápido para llegar al colegio, pero había algo extraño, no había nadie. No estaba el grupo de chicos con patinetas, ni los góticos, tampoco estaban las porristas principiantes que no tienen auto.

Yo tampoco tengo auto pero no soy porrista, le di una patada a un bote de basura haciendo que este cayera al piso, sonreí y ví como un auto negro se acercaba a la calle, no le presté mucha atención y seguí caminando, tal vez era Britney con Damen, esos eran los tipos de autos que le compraba su padre. Saqué mi celular del bolsillo de mis jeans y conecte los auriculares para escuchar un poco de música, busqué entre las músicas mis favoritas y seguí caminando mirando el piso. Ya había olvidado por completo el auto negro que estaba detrás de mi, iba a cruzar la calle y en ese instante el auto aceleró y corrí a la otra acera con los nervios de punta

__ ¡Idiota, que no te das cuenta que iba a cruzar la calle! __ grite furiosa

Éste paró en seco y empezó a conducir en reversa, me asusté un poco y trate de volver por donde vine pero ya había caminado demasiado y solo podía hacer dos cosas. Correr o quedarme aquí para saber quién es

¿Sabes? olvida lo último, empecé a correr con todo, el auto comenzó a seguirme y aceleró para alcanzarme. Miré por encima de mi hombro y el auto me estaba pisando los talones, traté de correr un poco más rápido hasta que ví la autopista. Mis piernas dolían y mis pulmones ardían, ya podía sentir las gotas de sudor resbalar por mi espalda, frente y abdomen.

Mi rostro se estrelló fuertemente con un torso masculino y solté un quejido sosteniendo mi lastimada nariz

__ Olivia ¿Estás bien? __ me mira preocupado

Un amor desconocido [SEMI EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora