Diamond Sky (Larry os)

Only

Un pequeño extra presentando a un Harry embarazado, y a un Louis volviéndose cariñoso por su omega y su bebé.

Harry&Louis

La primera vez que Harry menciona la idea de tener un bebé, es un miércoles en la noche a mediados de marzo.

Ambos han culminado su cena al rededor de media hora atrás, así que, en el momento, ellos están tranquilamente acomodados en su cama.

Harry trae puesta una bata de baño color Louis blue, y se encuentra esparciendo un barniz de color durazno suave por sus uñas bien hidratadas. Louis está justo atrás de él, piernas a cada costado de la cadera de Harry, y se encuentra pasando un cepillo por sus rizos largos y húmedos. Acaban de terminar de darse un baño juntos, lo cual consistió en caricias torpes y dulces palabras susurradas, y luego Harry le pidió amablemente a Louis si podía cepillar su cabello por él. Por supuesto, el alfa no se negó. Hay algo tan doméstico en la acción que hace a su corazón rebotar en su pecho.

Louis suavemente le aparta los rizos de la frente, trayéndolos hacia atrás con el cepillo para luego separar sus hebras en dos partes. Le hace una línea en el medio con la punta del cepillo, y atrae ambas piezas de cabello hasta que quedan en manos distintas. Louis aparta una de ellas con delicadeza, haciendo que los rizos chocolate caigan por la clavícula casi desnuda del hombre frente a él. Se le frunce todo el rostro en una mueca cuando ve que el cabello sigue goteando agua, así que, con agilidad, se estira para agarrar la toalla que reposa en su mesita de noche, y la envuelve al rededor del hombro de su esposo para evitar que su piel se humedezca más.

—¿Francesas, dijiste?

Harry tararea en afirmación frente a él, soplando sus uñas con el solo propósito de secar el esmalte. Louis entonces separa tres delgados mechones de la pieza de cabello, y empieza a trenzarlos con movimientos ágiles de sus dedos. En medio de su habitual baño nocturno, Harry le mencionó cómo sus niños le rogaron por trenzar su cabello, pero él amablemente lo declinó diciendo que posiblemente mañana lo verían con dos bonitas trenzas francesas reflejando sus rizos.

Así que, aquí están.

El trabajo no le sienta para nada difícil a Louis, puesto a que con cinco hermanas pequeñas bajo la mayoría de su cuidado, él ya tiene la habilidad de hacer trenzas casi amaestrada. Pronto, Louis termina de amarrar la última pieza de cabello, la liga azul que usó para atarlo rebota tan solo un poco sobre las hebras castañas.

—Ya estás listo, corazón.

Harry voltea un poco su rostro, y lo besa cortamente en los labios. Louis acuna una de sus mejillas con su mano izquierda, y enreda la punta de su dedo sobre el ligero mechón de cabello sin trenzar.

—Tus uñas lucen preciosas.

Harry sonríe, separándose del beso para admirar el color durazno de sus uñas. El esmalte brilla sobre la luz artificial de la habitación.

—Creo que se ven lindas. —Louis lo aprieta más contra su pecho, susurrando un 'lucen hermosas' sobre la piel desnuda de su hombro. —Gracias por las trenzas, los niños van a amarlas mañana.

—Estoy seguro que les va a encantar. Te miras guapísimo. —Harry suelta una risa burbujeante, dejando el potecito de esmalte de vuelta en la mesa de noche. —¿No quieres ver cómo lucen?

—Nah. Confío en ti, sé que hiciste un buen trabajo.

Louis sonríe con los labios apretados, Harry es siempre tan dulce, tan amable con él; sin duda alguna, proponerle matrimonio y luego casarse con el amor de su vida fue la mejor decisión que ha podido tomar en todos los años. Louis lo quiere todo con él, anhela un Harry&Louis hasta el final de los tiempos.