Pills.

Capítulo 9:

Aquí tenéis. Espero que os guste muuuuuuuucho. Me hacéis feliz cuando comentais y votáis (indirecta). Mi amiga @neverland_09 tiene una historia fantástica que me encanta llamada 'Problematica', sube caps regularmente. Deberíais pasaros. xoxox-NightbBirds00. P.D:Muchas gracias por leerme y votar, sois l@s mejores.

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"Te vamos a sacar de aquí." ¿Qué significaba eso? El tiempo pasaba agobiantemente lento, a pesar de tener a mis amigos todos los sábados allí; ese día, por algún extraño motivo no habían venido.

Me encontraba en el salón, después de haberme tomado las 3 pastillas diarias. Estaba sentada en el sofá, mirando la tele, cuando escuché una voz que me resultaba asquerosamente familiar.

-¿Audrey?

Dios, si existes, ¿por qué me odias tanto? Levanté los ojos y la miré durante unos largos 3 segundos. Se acercó e intentó tocarme el hombro pero me levanté a tiempo.

-No tienes por qué hacer de madre, ¿a qué has venido?

Me miró sin expresión y comenzó a reírse. -Puedo sacarte de aquí, así que no te pases de lista.

-¿Con qué? ¿con chantajes? ¡Enfermera!-dije con los brazos cruzados y con una sonrisa irónica.

Mi enfermera Amy levantó la cabeza y miró a mi dirección, acercandose a paso rápido.

-Esta mujer me está molestando.-Mi madre, atónita, intentó negarlo, pero la otra la interrumpió.

-Señora, está molestando a una paciente, tiene que abandonar la sala.-Dijo mecánicamente.

Cuando se fue, me giré y me senté al rededor de una mesa, teniendo una vistade toda la habitación. Unos minutos más tarde, un chico moreno, con los ojos azules se acercó frente a mí. Lo miré unos segundos y, bajando la cabeza, me mordí la uña. Él me seguía mirando.

-¿Quieres algo...?- Dije un tanto confusa.

-Juguemos al Scrabble.-Dijo sentándose a la mesa conmigo.

Recuerdo haberlo visto varias veces sentado al lado del piano, pero nunca le había dado mucha importancia. Era alto, quizás de la edad de Parker, su espalda era ancha y tonificada. Llevaba puesto una camiseta gris básica y unos pantalones de chandal negros. Una muñequera adornaba su mano izquierda, no había sonreído, pero sus dientes parecían estar en su sitio y sus ojos eran capaces de atravesar a cualquiera, al menos, a mí.

Comenzamos a jugar mientras la curiosidad me comía por dentro. ¿Qué hacía alguien así aquí metido? Supongo que las apariencias realmente engañan. Pasados unos 20 minutos, decidí empezar a preguntar.

-¿Cómo te llamas?- Dije bruscamente. Claramente en mi cabeza sonaba mejor.

-¿Cómo te llamas tú?-Respondió sin levantar la cabeza del tablero.

-No se responde una pregunta con otra.-Dije clavando mi mirada en sus facciones.

Sonrió de lado y levantó la cabeza, observándome.-Soy Eric.

-Audrey.-Dije sin esperar su pregunta.-¿Jugamos a las preguntas?

-¿Por qué no me preguntas lo que quieras saber directamente?-Dijo enseñando los dientes en una sonrisa. Yo tenía razón, seguro que había llevado aparato.

-Porque así no tiene gracia.

-Está bien.-Dijo apoyando la espalda en la silla.-Empiezas tú.

-¿Cual es tu color favorito?-Decidí empezar flojo.

-¿En serio tengo que responder a eso?-Dijo sonriendo de nuevo.

-Ajá.-Dije cruzando los brazos.

-Verde. ¿Tienes novio?

No se había cortado un pelo.-Sí, si tengo.

Pasamos unos minutos haciendo preguntas estúpidas hasta que consideré que era el momento de preguntarlo.

-¿Por qué estás aquí?-Dije apoyandome en la mesa y echando mi cuerpo hacia delante.

-Por fin, pensaba que no lo preguntarías nunca.-Eso me sorprendió. -Supongo que mis padres son un poco exagerados-dijo deshaciendose de la muñequera y mostrandome una cicatris bastante gruesa hecha de manera horizontal. Un escalofrío me recorrió la espalda. El hecho de que estuviese tan relajado a pesar de haberse intentado suicidar me parecía raro e interesante. No respondí, tan solo me limité a esperar la siguiente pregunta, aún con la mirada clavada en su muñeca.- ¿Y qué hay de ti, pequeña Audrey?

-Puestos a suponer, supongo que estoy un poco... ida. Veo cosas que no son reales, personas.

-Eso es interesante. ¿En qué habitación estás?

-135.-Respondí mecánicamente.

-Bien.-Dijo levantandose ante mi mirada confusa. Se puso la muñequera y prosiguió.-No te duermas temprano.

Sin dejarme preguntar, sonrió y se fue, dejándome de piedra.

No se le ocurriría venir a mi habitación.

¿No?

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