𝟣𝟫🌊𝐸𝓃𝓉𝓇𝑒𝓃𝒶𝓇.

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"How many oceans must I cross?
How many hours will I wait?"

"To get to you
Just to get to you"

"The love I've got for you
No one can give to you
I need to get to you
Just to get to you"

Get to you de Milk Band.

Marina.

Tenía que admitir que, a pesar de que los reyes y el príncipe no me daban confianza, eran buenos hablando con su pueblo. Sabían desenvolverse de buena manera, pareciendo gente interesada en el prójimo, mientras su gente los veneraba y escuchaban atentos las indicaciones de estos para comenzar a trabajar. Por otra parte, Bruno se mantenía en el lado derecho de Eloy, siempre obedeciendo y aconsejando al príncipe; él era una persona muy sabia y amable.

Sin embargo, era igual que yo.

Ninguno de los dos tenía familia, aunque bueno, él casi fue adoptado por los reyes, pero no muestra un amor o un apego a estos por su bien, porque al ser bueno dominando todos los poderes, mucha gente querían exterminarlo y podían agarrar a cualquier persona en su contra para acabar con este. Por eso, siempre mantenía un perfil bajo.

Entre él y yo nos entendíamos, sin embargo, aquello no nos unía a un vínculo o algo por el estilo, sólo hacía que sintiéramos empatía por el otro, y eso estaba bien. Ya que nadie podía meterse en nuestro papel para entender nuestras decisiones; sólo nosotros.

Despejando mi mente, me encaminé lejos del castillo para comenzar a entrenar y practicar, sin embargo, preferiría estar en el exterior. Ahí siempre era mejor practicar y pelear, pero bueno, casi siempre estábamos aquí abajo. Teniendo comunidades iguales que las de la tierra firme, porque detrás de aquellas cuevas que había en el océano, se escondían portales para este lugar, que, aunque estuviera bajo el agua, podíamos vivir en paz sin encontrarnos criaturas terribles o espantosas que las personas que no son el rey, no las pueden controlar.

Mientras más pensaba y ensayaba, más gente comenzó a rodearme y cada quien empezó a practicar de forma individual, mostrando lo que sabía y dominaba, inclusive, Bruno se paró frente a mí dándome una leve sonrisa y se inclinó, dándome una reverencia y lo imité, regalándole una sonrisa, aceptando su reto. Muchas veces, cuando entrenabas, podías ponerte a pelear con alguien si le dabas una reverencia. Así lo manejábamos, y como era claro, podíamos pelear sin matar a alguien; esa era la única regla.

Miré con atención a Bruno, dándome cuenta que este no me miraba con la misma seguridad y confianza de siempre, sino, se miraba perdido. Al principio creí que era falso, que era una manera de tomarme confianza, como quiera, aventé sólo una ráfaga de agua que hizo que esta cayera al suelo y se levantó después de unos segundos y me dio una media sonrisa acercándose a mí, pero, de inmediato le lancé otra y paso lo mismo, provocando que atrajéramos la mirada de los demás, y eso, al parecer, hizo sentir incómodo a Bruno que se alejó del lugar adentrándose al castillo.

Dirigí mi mirada hacia él, siguiéndolo mientras este se apartaba.

—¡Hey! —grité, esperando atraer la mirada de Bruno, pero este se siguió alejando de mí con confusión, comencé a caminar hacia él consternada, hasta que Eloy se colocó frente a mí, obstruyéndome el paso—. Déjame pasar.

Lo miré fastidiada y cuando me desvíe para seguir caminando hacia Bruno, Eloy volvió a interponerse, molestándome.

—¿Qué quieres? —cuestioné fastidiada, cruzando mis brazos en mi pecho mirándolo atenta y este me sonrió con simpleza, sorprendiéndome, al no verse retador o mandón como solía serlo.

2 | 𝐸𝓃 𝑒𝓁 𝒶𝒷𝒾𝓈𝓂𝑜 𝒹𝑒𝓁 𝑜𝒸é𝒶𝓃𝑜.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora