𝟤𝟢🌊𝒩𝑜 𝑒𝓈 𝑒𝓁𝓁𝒶.

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Los nervios me recorrían con cada segundo que pasaba y mientras contemplaba a los demás preparándose para atacar, unos practicaban y otros meditaban, preparándose para ir detrás de los blodies y de rescatar a Alanney. Nadie la conocía, sólo Bruno, Eloy y yo, sin embargo, todos estaban dispuestos a dar su vida por ella.

Íbamos los tres con más personas encaminándonos y acompañándonos para esto, los reyes no vendrían, sin embargo, Jared nos protegería a la distancia, dispuesto a mandar una de sus bestias si era necesario, y eso me daba temor, porque si las liberaba, nadie estaba a salvo.

Un escalofrío me invadió y sentí como alguien se colocó a mi lado, volteé al instante, encontrándome con Bruno que parecía más pálido que de costumbre, inclusive parecía tembloroso, asustado y nervioso, y aquello me asombro, ya que nunca lo había visto así, y eso me perturbaba. Por eso, coloqué mi mano en su hombro, atrayendo su atención y le sonreí tratando de calmarlo.

—Todo saldrá bien —mencioné y este me sonrió, feliz y calmado.

—Nunca creí que tú dirías aquello —aclaró desviando su mirada y me reí, aceptando sus palabras, porque eran ciertas. Ni yo misma me imaginé diciendo aquello.

—Para eso estamos —solté entonces después de unos segundos en silencio y este me volvió a sonreír, para después alejarse de mí y encaminarse a Eloy que se miraba nervioso también.

Él, al ser el futuro rey, se miraba obligado a venir con nosotros para obtener el respeto del pueblo y que estos se vieran agradecidos con él, sin embargo, desde lejos se notaba que él no quería estar ahí.

Traté de despejar mi mente, ignorando aquellas cosas malas y solté un suspiro. Comencé a avanzar con ellos, yendo hacia donde estaban los blodies, siendo yo la guía, que, como toda una protectora, sabía todo lo que sucedía en el momento y sabía dónde estaba Alanney, sin embargo, apenas podíamos ir a rescatarla cuando ya teníamos un plan previsto.

Estaba nerviosa y angustiada, pero tenía que seguir firme encaminando a todos.

Dentro de nuestra idea, era salir de nuestro mundo y adentrarnos al oscuro y frío océano, hasta llegar a su cueva en dónde estaba el reino de los blodies, en dónde, entraríamos de forma silenciosa a la cueva, sin atraer la atención de nadie para no matar, e ir introduciéndonos poco a poco hasta encontrar a Alanney y escapar con ella. De hecho, no todos entraríamos a la cueva, una parte se mantendría escondida a una distancia prudente, por si tardábamos, ellos nos rescataban.

Todo estaba bien. Y esperábamos que el plan funcioné completamente bien.

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Adentrarnos al lugar fue fácil, pareciera que todos estaban en su mundo o el lugar estaba vacío, inclusive llegué a pensar que esto era una trampa y el miedo me recorrió, porque al pasar el portal de la cueva, el lugar era todavía una cueva rocosa con sus paredes de vidrio, en la cual, el agua que sí había en su guarida, no rompía de los vidrios de aquí. Así que, como nos fuimos adentrando al lugar, nos encontramos a Alanney dentro de una jaula, por lo cual, supimos que todo estaría bien.

Todos entramos en paz y nos adentramos poco a poco al lugar siendo cuidadosos, esperando cualquier acto de presencia malo cerca de nosotros, pero no hubo ninguno y eso nos asombró. Entonces, Bruno se acercó a Alanney feliz, pero cuando está alzo la vista y nos vio a los ojos, al ver sus orbes rojos, su piel negra en ciertas partes y su cabello rubio, todos retrocedimos unos pasos al darnos cuenta que ella no era ella.

Entonces, como si todo estuviera preparado, la jaula desapareció y ella se levantó al instante y soltó una carcajada divertida, retándonos, y de sus manos soltó un chorro de sangre que nos envolvió.

Al instante, traté de salvar a todos los que podía, principalmente a Bruno y a Eloy, porque la sangre nos envolvía y esta ardía, quemando nuestras pieles.

Con desesperación, traté de salvar a todos, pero no lo logré. Entonces, ella nos soltó y nos miró con diversión. Unos no se pararon, y permanecieron muertos en el suelo.

La mayoría se encontraba débil, y eso me dio un coraje porque Alanney sólo se reía. La miré con enfado y me acerqué a esta, dispuesta atacarla, pero Bruno me tomo de la mano, dispuesto a interrumpirme, pero yo me solté de su mano y seguí acercándome a la pecosa, dispuesta a acabar con ella.

—¡Marina, no lo hagas!

Tragué saliva con miedo y nerviosismo, contemplando la diversión en la mirada de Alanney y como está poco a poco se tornaba en algo que nunca creí contemplar, viéndose terrorífica. Entonces, cerré los ojos, dudando de mi decisión final, pensando en todo, y en especial, en el futuro.

En el océano, Mad-ClepGirl (Dianessa)🐧

2 | 𝐸𝓃 𝑒𝓁 𝒶𝒷𝒾𝓈𝓂𝑜 𝒹𝑒𝓁 𝑜𝒸é𝒶𝓃𝑜.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora