• ʏᴏᴜʀ ʜᴇᴀʀᴛʙᴇᴀᴛ •

1.2K 151 52
                                    

Pov Félix

—Caminaremos desde aquí–

Todos los hombres bajaron rápidamente de los autos. Miré con asombro el espesor del bosque frente a nosotros.

Nos dirigíamos a la casa del Clan de los lobos. Los licántropos por su naturaleza salvaje se sentían más cómodos en los bosques. Nunca había tratado con éstos debido a que pasé mis doscientos años de vida en un bosque remoto en Australia. Era de esperarse que nunca hubiese tenido contacto con uno.

Comenzamos a adentrarnos por el gran lugar. Siendo rodeados por inmensos árboles y abrazados por un exquisito olor a tierra mojada. Amaba ese olor, aunque no más que el de la sangre, por supuesto.

—Félix...–miré al pelirrojo a mi lado y asentí para que éste hablara– Pase lo que pase. No pierdas el control, es muy importante que te mantengas al margen del asunto y no te dejes llevar por el instinto. ¿Entiendes?–me miró serio, esperando un "" de mi parte.

Iba a hablar pero fuí interrumpido por la fuerte voz de mi padre.

—Hemos llegado...–

Frente a nosotros estaba una mansión. No era de lujo, o por lo menos no de la manera en la que pensábamos. Era de madera de roble y tenía un aspecto muy cálido. Era preciosa a la vista.

Los vampiros a mi alrededor gruñeron al ver cómo lobos se acercaban y nos rodeaban.

Hice una mueca de desagrado al percibir el olor de los mismos. Para nuestra especie los lobos tenían un olor desagradable.

Uno de ellos volvió a su forma humana. Estando completamente expuesto ante nosotros.

—Creo recordar que ustedes tienen prohibido cruzar nuestro territorio, ¿no es así, Lee Jong Suk?–habló con aquella voz autoritaria.

—Recuerdas muy bien, Seungmin. Pero ésta ocasión lo requiere.– sonrió mostrando sus colmillos, a lo cual los lobos de tras de aquel chico gruñeron en defensa–Vengo a hablar con Hwang de un asunto muy importante–

El castaño soltó una carcajada burlona —Así que, ¿para venir a hablar con mi hermano necesitas que estos bufones te acompañen?–

Apreté fuertemente mis manos en puños. Maldición, ¿quién se creía? Él también estaba acompañado por los demás perros pulgosos. De pronto, oí a mi padre chasquear la lengua, quizás irritado.

—Esto es jodidamente aburrido. Iré al grano...–dicho eso, se escucharon las armas ser cargadas. Y no pasó desapercibido para los lobos, quienes gruñeron y mostraron sus afiliados colmillos– Puedes acceder a llevar esto por la paz y dejarnos entrar a conversar con Hwang ó ...–sonrió mostrando sus colmillos– Podemos hacer esto más interesante y ver quién muere y quién sale con vida. ¿Qué opinas, Seungmin?–el nombrado miró con odio y recelo al mayor y sonrió levemente.

—Bien... Los llevaré. No quiero perder mi tiempo con unos chupasangre inútiles–los lobos a su espalda volvieron a su forma humana y rieron por las palabras del castaño– Síganme–

Caminamos unos segundos y nos adentramos a la casa. Sí, justo como lucía por fuera, lo era por dentro. Cálida, hogareña y hermosa. El castaño nos guió a una habitación inmensa, en medio de ésta se encontraba una mesa larga de madera con sillas a sus costados. Sentí un escalofrío recorrer mi espina dorsal cuando un olor demasiado extraño inundó mis fosas nasales.

Pronto ví como la puerta del lado contrario de ese salón era abierta, dejando ver a un hombre. Alto, piel acaneláda, labios gruesos y rojizos, cabello azabache y largo, el cual llegaba hasta su cuello, usaba unos pantalones baqueros ajustados y una camisa blanca que se amoldaba a la perfección con su cuerpo, el cual era fornido. Era muy atractivo.

☽⋆--𓆩ˈˈ𝐎𝐔𝐑 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃ˈˈ𓆪 ━ ‹ 𝐋𝐈𝐗B̸𝐈𝗡 ›--⋆☾ (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora