𝟤𝟣🌊𝐿𝓊𝑔𝒶𝓇 𝓈𝑒𝑔𝓊𝓇𝑜.

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"I knew you were

You were gonna come to me
And here you are"

"But don't make me your enemy, your enemy, your enemy

So you wanna play with magic

Boy, you should know whatcha falling for

Baby do you dare to do this

'Cause I'm coming atcha like a dark horse

Are you ready for, ready for

A perfect storm, a perfect storm"

Dark house de Katty Perry.

Alanney.

—¡Marina, no lo hagas!

Esa voz.

Volví en sí de nuevo, contemplando mi alrededor y mi condición, contemplando a la gente frente a mí que parecía sufrir mientras la sangre se la llevaba el agua. 

Contemplé a Eloy débil, a un Bruno preocupado y desesperado, y a una Marina dispuesta a atacarme. Sin embargo, aunque algo dentro de mí me ordenaba defenderme y acabar con todos ellos, me detuve. Me puse a pelear dentro de mi mente conmigo misma para lograr lo correcto, cuando Marina me atacó.

Marina aventó una cuchilla a mi mano, que la paralizo al instante e hizo que soltara un grito de dolor, provocando que manchara más el agua de rojo carmesí mientras me tiraba al suelo rocoso, cansada y adolorida, gritando. Escuché voces a la distancia, pero sólo eran para regañar a Marina.

Aun no podía creer esto, aun no podía creer que mis amigos me hubieron hecho esto. Me sentía traicionada y dolida, por ello, como podía, me volví a alzar y aventé unas estacas de sangre que eran filosas y que traspaso los cuerpos de varios, sin embargo, otros pudieron protegerse ante aquel ataque, y eso era comprensible.

Ya que me estaba desangrado y no tenía la misma fuerza que los demás, por desgracia, a pesar de que había matado a varios, Marina seguía sin ningún rasguño, y algo en mí se molestó. A pesar que todo estaba en rojo y no podía contemplar nada, estaba molesta y quería venganza. Quería hacer sufrir a Marina. Y sabía que ella me estaba viendo, sabía que ella quería hacerme algo, por eso, corrí hacia ella formando una espada en mi mano sana y me dispuse a atacarla, pero ella se envolvió en un escudo de agua para que no le hiciera daño. Trataba de traspasar aquel escudo con cada golpe que daba, pero sólo se deshacía cada vez más mi arma, haciendo más rojiza el agua.

Entonces, como si algo en mí hubiera vuelto en sí, mi mano herida toco el escudo de Marina, y de ese agujero que había hecho en esta, solté todo el poder que tenía, haciendo que mi sangre envolviera su escudo y poco a poco, aquel escudo suyo se estaba rompiendo y yo la estaba envolviendo con mi sangre.

El espacio cada vez era menos y podía sentir la desesperación que ella sentía, y eso me satisfacía y me animaba completamente. Me sentía orgullosa y feliz, me sentía completa, me sentía...

—Por favor, Alanney, ¿¡qué estás haciendo!? —exclamó Eloy acercándose, pero al instante, una mujer rubia se colocó frente a él deteniéndolo y corriendo hacia mí dispuesta atacarme, pero con sólo verla fijamente, de sus ojos salió sangre mientras gritaba de dolor, haciendo que una sonrisa saliera de mis labios, orgullosa de lo que sucedía.

2 | 𝐸𝓃 𝑒𝓁 𝒶𝒷𝒾𝓈𝓂𝑜 𝒹𝑒𝓁 𝑜𝒸é𝒶𝓃𝑜.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora