Dos por dos

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-¿Cuánto te darás cuenta de que no quiero saber nada de ti, Naruto? Sólo lo necesario. -Naruto no le hacía caso; seguían caminando-. ¿Y puede saberse a dónde vamos? -Konohamaru estaba irritándose.

-Pues vamos a tu casa para estar tranquilos y poder hablar. Estás agitado por la cena, y se nota que no sabes bien lo que dices, así que, una vez que estemos en tu casa, podremos dialogar como personas civilizadas. -Al fin respondió el Uzumaki.

-Es que tú no eres una persona civilizada. Vives en tu mundo. No sabes hacer otra cosa que no sea pensar en ti. Arrasas con lo que sea, con tal de que tú estés bien. ¿De verdad pretendes que hablemos? -La sinceridad de ambos, siempre fue su condena particular.

-Sí. Ya hemos llegado, que no te enteras. Abre la puerta. -El semblante de Naruto se tornó serio. No le agradó nada de lo que dijo.

Una vez que pasaron, Naruto se sentó en el sofá del salón. Prosiguieron: 

-Estoy cansado de que sólo digas lo malo de mí, Konohamaru. ¿Te crees que no me gustaría poder estar contigo aquí, en tu casa? Claro que me gustaría, pero eres consciente de que no puedo, de que las cosas no son tan sencillas como parecen. Y para colmo, no pones nada de tu parte. No haces más que hundirme. Si yo soy malo, tú eres como yo. En el fondo, lo sabes. -Contraataque de Naruto.

-Hay una respuesta muy simple a por qué resalto lo malo tuyo: Porque no he visto aún nada bueno por tu parte. ¿Pero qué has hecho tú de bueno? Desprecias a tu mujer, eres un padre ausente... Un completo muerto en vida. -No cesaba de acribillar a Naruto.

-Olvidas que me conoces desde que éramos niños; no me has conocido una vez que soy Hokage. Si olvidas el pasado, no te atrevas a recriminarme lo que hago en el presente. Y yo no desprecio a mi mujer; simplemente, no la quiero como ella quiere que la quiera. Aunque no sea un padre que esté todos los días con mis hijos, los protegeré siempre. Dejaré todo, moveré el mundo con tal de que ellos estén bien, incluida Hinata. Basta de tanto reproche, que no tienes ni idea de cómo soy realmente. Sigues siendo un mocoso que no ha madurado. Sí, por fuera, has cambiado, pero por dentro, siempre seguirás siendo ese niño que reclama la atención de todo el mundo. ¿Yo un "muerto en vida"? Mejor estar muerto a ser alguien como tú.

Tras estas duras palabras provenientes de Naruto, Konohamaru se quedó con la mirada perdida. En realidad, le había hecho daño porque tenía razón con todo lo que decía. Sin embargo, no tenía derecho a decírselo. No le salía las palabras. Sentía un dolor en el pecho tan malo como cien puñaladas.

-¿Sabes por qué no quiero a Hinata como ella desea? Porque ese amor no es para ella. En realidad, nunca lo fue; no lo fue para nadie, excepto para ti. Desgraciadamente, no puedo estar con alguien que me odia tanto. Al final, no es imprescindible tener todo lo que se desea. En el supuesto de que estuviera contigo, ¿qué cambiaría nada? Seguiríamos igual, pero durmiendo en la misma cama. He intentado muchas veces hablar contigo, y nunca quisiste. Cuando por fin hablamos, resaltas mis defectos, como si no me hubieses conocido jamás... 

Naruto, al ver lo mal que estaba Konohamaru, lo agarró y lo atrajo hacia él para fundirlo en un abrazo protector. A veces, cuando las personas se portan mal, es cuando más cariño necesitan.

-Hoy dormiré aquí, Konohamaru, que no quiero aguantar a mi mujer. Es muy pesada cuando se enfada. No te muevas aún; la cama ya me la prepararás después. Quedémonos así un rato más. Es agradable y reconforta.

Impensable (Konohamaru x Naruto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora