Las Rosas Escarlatas |ONE-SHOT|

Rosas Escarlatas

Estaba oscuro en la cuidad. Ni una sola persona en la calle. Todo estaba tan silencioso que hasta se podía escuchar el movimiento de las sombras. Pero en eso, una explosión en el Banco Nacional de La Ciudad de Solorzano, en la calle Mayor rompió la ley del silencio. Del agujero emergieron tres figuras femeninas, la más chaparrita de ellas soltó una carcajada al salir del banco con una bolsa enorme de dinero, no era tan sonora pero en aquel silencio sepulcral era de lo más ruidosa. Ellas se hacían llamar las "Rosas Escarlata", eran unas ladronas despiadadas que no dudarían en asesinar a cualquiera que se metiera en su camino. Sus nombres eran KillerRaven, Pinkcat y QueenWasp. Se hacen llamar así porque llevan rosas de esa tonalidad de rojo tatuadas bajo sus ombligos. Según una conferencia que había dado hace unos meses significaba que ellas eran como esos tatuajes; hermosas cual rosas, peligrosas como sus espinas y escarlata por la sangre derramada. No sonaron ni las alarmas, ni las sirenas de la policía. Nada. Todos temían enfrentarse con ese grupo de ladronas, y no vivir para contarlo. No siempre fue así. No siempre la ciudad de Solorzano había sido un lugar en el que nadie salía desde las nueve de la noche porque sabían que algo mal les podrá pasar si salía después de esa hora. Déjenme contarles lo bella que podía ser la ciudad Solorzano. Cuando esas ladronas no eran más que un grupo de adolescentes desbocadas que solo deseaban algo mejor que un par de billetes por un trabajo bien hecho. Les contaran la historia de cada una, quizá ver sus razones les haga comprender un poco la razón de estas damas para matar despiadadamente a cualquier adversario; en especial si es un varón:

María Alonso: era una estudiante de universidad a punto de terminar la licenciatura de Filosofía y Letras. En ella había conocido a un chico de otra facultad. Su nombre era Mario Ferri. Comenzamos una relación de noviazgo y el comenzó a vivir en mi casa. Amaba a Mario más de lo que posiblemente se lo recordaba. Fue un hombre muy artístico. Sensible. Un pintor. Pero siempre estuvo intentando buscarse a sí mismo, así que salía cada noche a la calle con ese pretexto, y en el camino encontró a Ruth, Gladis, Rosa e Irving. Supongo que podría decirse que rompimos por nuestras diferencias artistas. Se vio vivo a sí mismo. Pero yo lo vio a él muerto. Mientras él pintaba, aproveché para fingir que quería dormir antes de que él se fuera, pero con la blusa ya afuera, la enrollé y lo ahorqué con ella. Al llegar la policía y preguntar por lo sucedido les dije que él no soportó la presión de tener seis mujeres a la vez y se suicidó. Los muy idiotas se tragaron el cuento y estaban tan distraídos por el modelito que tenían enfrente que no se detuvieron a buscar evidencia. Debemos recordar que debes tener cuidado con los cuervos. Porque si los haces enojar, te van a sacar los ojos.

Alexa Cruz: era un hermosa chica del barrio de Tacuba, que en ocasiones viajaba a otras partes durante sus vacaciones de la universidad, yo estudiaba la carrera de biología, era muy buena, pero las cosas cambiaron cuando conocí a Chris Ezequiel en las vacaciones de verano hace dos años. Él me dijo que era soltero y nos llevamos bien inmediatamente. Comenzamos a vivir juntos. Él iba a trabajar, volvía a casa, yo le preparaba un trago, cenabamos; todo perfecto hasta ahora. Entonces lo descubrí. "Soltero" me dijo. "Soltero" mi culo. No es que hubiera estado casado, no, cariño. Tenía seis esposas. Uno de esos momentos, sabes. Entonces esa noche cuando regresó de trabajar le preparé su bebida, como de costumbre. Es bien sabido que hay hombres que no soportan el arsénico. Cuando me preguntaron lo que pasó les dije que había preparado veneno para ratas y lamentablemente, la rata equivocada cayó. ¿Es necesario recordarles que un gato es similar a un felino? No te metas con él o te clavará sus garras.

Melanie Vásquez: estaba en casa preparando la cena para celebrar nuestro compromiso. Estaba parada en la cocina. Cortando en pollo para la cena. Ocupada e mis propios asuntos. En la pelea, mi prometido Damián llega ebrio a casa y en un ataque de celos comienza a gritar «Has estado jodiendo con el lechero» Estaba loco, y seguí gritando « Has estado jodiendo con el lechero» Entonces cansada, me voté, me le acerqué y el tropezó con mi cuchillo. Tropezó con mi cuchillo diez veces. La policía preguntó y les dije que había peleado en el bar con algún tipejo de esos, y regresó a casa mal herido y murió en mis brazos. Por eso antes de haces enojar a una avispa piensa que su aguijón no es un juego.

Este escrito no pretende incitar al odio contra los hombres, y mucho menos que las chicas que lean esto tratan de imitar lo que lean. Recuerden que la violencia está mal, al igual que la venganza y no repitan nada de esto en casa.  Lavense las manos, no salgan sin cubre-bocas.

Besos y abrazos virtuales.