Casi todos los días son igual

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Me levanto ,una vez más, a las 10 am tocando mi lado izquierdo de la cama sin sentirla otra vez, la extraño mucho. ¿Cómo una relación que comenzó tan bien puede estar al borde de la ruptura? Extraño ver sus ojos miel mirándome fijamente mientras me decía que me amaba y que quería estar siempre a mi lado. 

Me levante desganado para ver si se encontraba durmiendo en el salón, salí de la habitación y baje las escaleras, apenas toque el suelo del piso de abajo escuche el retumbar de las ollas en la cocina y un claro "joder", corrí rápidamente para ver que había pasado.

- ¿¡Paso algo!?- Dije preocupado sabiendo que era Martina; clara fue mi cara de sorpresa al ver que no era mi hermosa esposa la que estaba quejándose junto al fregadero, si no mi igual de hermosa hermana, Clara. 

- ¡Nada coño, solo que tu asquerosa cocina conspira en mi contra!- Exclamo claramente enfadada refunfuñando por lo bajo.

- Que dices, acércate quiero ver como tienes esa mano - le dije al ver que se la sostenía con ímpetu, me acerque poco a poco para verla y curársela, aunque no soy doctor ni enfermero tengo mi maña en primeros auxilios.

- Pero pasito ¡por favor!- suplico mientras me miraba a los ojos con preocupación de que le hiciera daño a sus preciadas maños y la entiendo; si yo trabajara con mis manos, como ella que es escultora, también me preocuparía.

- Venga no seas llorica, déjame verla bien - me detuve a ver su manos - ¿Qué paso exactamente? - le pregunte para hacer que se distrajera.

- Pues iba a hacerme una tortilla con queso y no me acordaba de donde estaban las pailas así que busque y al abrir una alacena se me cayeron esas ollas de ahí - dijo mientras señalaba las ollas del suelo - la mas grande se me cayo en la mano, creo que se me disloco la mano - dijo casi lloriqueando, con su voz de niña pequeña.

- No tienes nada, pero ponle algo de hielo porque eso se va a hinchar, tu acomódate que yo te hago tus huevos con quesito - le dije mientras le tocaba los mofletes de hámster que tiene.

- Que buen hermano mayor eres Alex, no sé como Martina puede ignorar a un partidazo como tu - a penas termino de decir eso cerro su boca abruptamente al darse cuenta que lo que dijo, me afecto - perdóname me callo, no te enfades conmigo - dijo suplicante mientras unas lagrimas se asomaban por mi ojos - lo dije con intención de apoyarte - se levanto de la silla para darme un abrazo de aliento, me quede llorando en su hombro mientras ella tocaba mi espalda para calmarme.

- No tienes porque disculparte conmigo - le respondo mientras me quitaba las lagrimas de los ojos y la verdad que ella tiene razón; ahí días que no sé como sigo esperándola todas las noches, llamándola para ver que podemos hacer para arreglar la situación, ella solo me ignora y hace su vida de veinteañera rica, pero ahí otros días en los que pienso que son mis errores los que han dañado esta relación.

- Y que tal todo con ella, ¿Sigue sin dormir en casa?- asentí - ¿Cuántos días lleva sin venir? ¿4 días? - negué - ¿Cuántos? - pregunto.

- Unos 10 días - respondí mientras me sentaba en la encimera.

-¡¿10 días?!- se sorprende acercándose a mi - ¿no ha llamado o algo?- preguntó.

- No, solo me envía un mensaje cada dos o tres días para decirme que esta viva - le respondí mientras cogía mi móvil del bolsillo delantero del pijama para que viera el mensaje - solo me pone eso y siempre que llega el mensaje me pongo a llorar, creo que por eso no le gusto más, me he vuelto un maldito llorón.

- No te menosprecies, si ella puede estar por ahí de fiesta es porque eres un ejecutivo de la empresa de Papa, que le paga sus mierdas sin decir ni mu, además eres muy inteligente; hijo que ganaste una beca para estudiar donde te saliera y elegiste quedarte aquí en Tennessee con la familia y con ella; si quieres puedo estar aquí durante una hora diciéndote lo guapo y buenorro - eso último lo dijo con una sonrisa de oreja a oreja, le devolví la sonrisa y le dije un tenue gracias.

 - ¿Qué haría yo sin ti hermanita? - pregunte.

- Pues morirte de lo descuidado que estás, porque me entere que saliste de la empresa a las 11, cuando la empresa cierra a las 8 y además sé que no has comido porque le pregunte a Susan ,¿Qué estuviste haciendo gamberro? , no me digas que estar con Diego porque yo estuve con el anoche; ya te he dicho que salgas más -dice Clara bombardeándome de verdades, desde hace unos 3 meses que cómo poco, trabajaba mucho o iba al Gym a hacer algo de deporte para ver si Martina se vuelve a fijar en mi o por lo menos no pensar en ella.

- Quería terminar el papeleo de los proyectos que son para el mes que viene así solo me quedarían las juntas con los inversores para realizar la nueva campaña, sabes yo debería estar ejerciendo mi ingeniería pero desde que cumplí los 25 no hago una mierda, no creas que no me gusta el trabajo, lo adoro, pero no se que hacer para evitar esta sensación de que no valgo para nada más que trabajar en la empresa de Papa.

- Te lo repito, tu vales mucho más de lo que crees, si no me crees pregúntale a Diego, a Papa, a Mama, a todos le caes bien, no pienses en la única persona que no quiere estar contigo. ¿Haz piensa en el divorcio?, ¿Cuánto tiempo llevan así?¿2 meses?- asentí - sé que no estas acostumbrado a fracasar en algo, pero háblalo con Martina, ella sabe que esto no va para bien, enfréntala y dile lo que sientes ábrete con ella; la conoces hace 15 años, ella fue tu primera relación seria y tuvieron 3 años de noviazgo antes de casarse; se suponía que te amaba antes de casarse, yo te recomiendo que la dejes cariño.

Mientras mi hermana me decía todo esto me quede pensando en el momento que la conocí, teníamos 12 años, la vi y me pareció la chica más guapa del curso, comenzamos a hablar ese mismo día en el recreo, sobre de donde éramos y que queríamos hacer de mayores, ella me respondió que había nacido en Tennessee y que quería ser pastelera, yo le dije que nací en Nueva York y que me mudaba a Tennessee por mi padre que había heredado la empresa del tío Roger y que me encantaría hacer puentes. Mientras hablábamos veía su cabello negro corto y peinado con un afro, quería tocarlo pero me contuve no quería mostrarle que me interesaba en ella ya apenas la había visto unas cuantas horas. Esa misma noche soñé con abrazarla mientras tocaba su cabello que se veía como una esponja suave, al levantarme tuve mi primera erección, cosa que aun después de años de casados no le he contado; me sentí tan mal que deje de hablarle después de unas semana, es uno de los sucesos de los que más me arrepiento.

Deje de divagar para decirle a mi hermana que el tiempo dirá lo que pasará en nuestra relación

Me baje de la encimera, limpie la cocina, me puse a cocinarle a mi hermana sus famosos huevos con queso y le coloque hielo en su magullada mano, desayunamos juntos, recogí la cocina y me dispuse a realizar mi trabajo de domingo después de que mi hermana se fuera a visitar a Mariom, nuestra prima excéntrica y friki. Los domingos eran el único día que no iba a la empresa. El tiempo pasó y me dieron las 10 pm, salgo del pequeño despacho hacia la cocina para ver que comer, al entrar me quede pensando en Mariana durante unos instantes, hasta que escuche un tenue sonido de tacones acercándose a la puerta de la entrada, me acerque a la entrada esperanzado que fuese ella; mi ilusión se intensificó cuando escuche la puerta abrirse, viendo su esbelta figura entrando en casa después de tortuosos 10 días. Al fin en casa.

Joder...cariño dame un beso (Historia Original/En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora