Capítulo 9

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El miedo me carcomía por dentro. La Muerte se respira por estos lares y yo no estoy para presentarme ante él. Tengo mucho que vivir, mucho por amar. Prefiero que me mate un flechazo de cupido.

Por otro lado, creo que para vencer un problema hay que entregarse a él: es como tener un orgasmo. Es mejor no poner resistencia y ceder.

Dejar caer las manos en la cama y no reprimir ningún gemido o grito, aunque se llegue a convulsionar de placer que por agonía. Y cuando uno se da cuenta el problema se soluciona solo o no era tan grande como se pensaba.

Me preguntaba si de verdad la copa que me ofreció Jaquelin tenía veneno... Creo que el revólver que había en la mesa respondía por ella. Fue su aliado y su delator.

—¿Has oído los quejidos de un muerto? —preguntó alguien en las tinieblas.

¡Dios mío! Me espanté.

—¿Es usted un muerto? —respondí con otra pregunta. 

La oscuridad cubría aquel rostro misterioso. Su voz era como un vehículo herrumbroso y averiado.

—Probablemente, Jack. Nunca me muevo de este cementerio.

—¿Cómo sabe mi nombre? —pregunté y pensé que no respondería.

—Reconozco a las personas que deberían estar muertas, pero no murieron.

Creo que debería analizar bien esa respuesta antes de abrir la boca.

—¿Por qué piensas que sigues vivo después de ser herido de muerte? —El hombre gruñó—. Tienes la oportunidad de salir...

—Creo que ya estoy entendiendo.

—Así que no pierdas esta oportunidad... Tienes siete vidas aún.

—¿Cómo sabe eso?

—De seguro debes tener arañazos de algún gato que pasó a mejor vida... Ese gato murió por ti. Si pierdes tus siete vidas te irás al infierno...

—Espere, hombre.

—Cuando llegues al portal del libro no te olvides de mis palabras.

El hombre desapareció, dejándome pasmado.

Yo escuché sobre aquel portal. Pensé que solo era una leyenda por estos lares. En este lugar existe un portal que puede llevarme al mundo real.

Pero para llegar allá debo enfrentarme a Baek y sus secuaces. Luego, debo recorrer diez mil kilómetros.

Por el momento debo regresar a mi casa. Debo coger algo de ropa y dinero. Sin dinero no voy a comer y la comida casera es lo que más adoro. El dinero también tiene el poder de dar y de quitar.

Las calles lucen oscuras y silenciosas. La ropa de Jaquelin me queda muy ceñida. Los zapatos están muy apretados y no creo que duren mucho. En mi casa tengo la ropa que necesito.

Corrí hasta mi hogar. No sabía por donde estaba pisando. Solo quería llegar y beber algo fuerte.

Pero a dos cuadras, percibí humo y un vocerío descomunal. Creo que la suerte quería abandonarme. El vecindario era tan tranquilo. Todo esto era muy extraño.

Finalmente llegué y vi mi casa en llamas. El fuego estaba consumiendo una parte de mi vida. Allí hasta mis recuerdos se estaban quemando.

Había bomberos y policías. Yo le temo a los polizones. Los policías son corruptos y están de lado de los poderosos y son capaces de encubrir un delito.

Baek debe estar detrás de todo esto. Por un pelo me salvé de perder una vida.

Me alejé de aquel nefasto espectáculo ardiente y corrí hasta llegar a la bocacalle. La oscuridad se estaba encariñando conmigo.

Aún puedo retirar dinero del banco, pero los policías andan sueltos.

Sé que puedo llegar hasta aquel portal.

¿Eso qué significa? Que podré salir de este libro y vivir en tu mundo.

Hombre de libro ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora